Tenemos demasiadas ocupaciones y distracciones como para pensar y, cuando no pensamos, alguna »mente brillante» lo hace por nosotros. Llámese político, llámese »gurú», »influencer» o chamán si se quiere. Somos una masa que suele responder a lo que se nos dicta y el último ejemplo lo hemos visto esta semana en Miami.
Sí, Florida se convirtió en noticia hace unos días por la terrible matanza que un estudiante de instituto realizó gracias al fácil acceso a armas de fuego del que disfrutan, de forma constitucional, los habitantes de Estados Unidos. Como siempre en estos casos, los videojuegos fueron puestos en el punto de mira y, con un presidente como Trump »manejando» el país, eso solo podía acabar de una forma: los videojuegos y no los problemas mentales, unido al fácil acceso a armas de fuego, fueron los culpables.
Y, en esas, llegamos al tema que nos ocupa. Para combatir contra la violencia, a los responsables del centro privado The Cushman School, de Miami, han decidido organizar una jornada en la que diferentes juegos violentos han sido tirados a la basura. La directora, Arvi Balseiro, ha comentado que se trata de un proyecto enfocado a erradicar el consumo de violencia virtual y ya se han depositado juegos de las sagas Call of Duty, WWE 2K, Battlefield y Grand Theft Auto. Eso sí, no se cierran a solo esas sagas. Si alguien considera que Los Sims también incitan a la violencia, el juego de Electronic Arts tiene cabida.
No se ha dicho qué se va a hacer con estos juegos físicos. Tampoco si los responsables del centro duermen tranquilos porque ahora están a salvo.