Esta mañana ha tenido lugar una sesión pública ante el Parlamento británico, en la que la CMA no ha salido muy bien parada. Tras la aprobación de la Comisión Europea del acuerdo de compra de Activision Blizzard, el estrés de la CMA y de casi todo Reino Unido es palpable. Y no es para menos. Nada más anunciarse el «sí», Microsoft y Activision Blizzard reiteraron sus compromisos de inversión con la Unión Europea. Compromisos que muy probablemente pasen por abandonar Reino Unido, si la decisión de la CMA no cambia. Algo que Bobby Kotick reiteró una vez más, al agradecer a la Comisión Europea su decisión.
Pero no fue el único. Lulu Cheng, responsable de comunicaciones de Activision Blizzard, destacó el talento europeo en el desarrollo de videojuegos, manifestando su deseo de colaborar con los talentos de la Unión. A ello hay que sumarle el reciente comunicado de la Federación Europea de Videojuegos, que insta a Microsoft a cumplir con sus compromisos económicos en el terreno de la Unión. Algo que quizás haya terminado por disparar los nervios en Reino Unido.
Sarah Cardell, representante de la CMA y principal artífice del bloqueo de la compra de Activision Blizzard en Reino Unido, ha comparecido en el Parlamento británico.
La CMA está tocada y hundida: tampoco cuenta con el apoyo del Parlamento británico
En la mañana de hoy ha tenido lugar una audiencia pública en el Parlamento británico, cuyo núcleo ha sido la decisión de la CMA. Sarah Cardell, representante de la CMA, ha estado presente respondiendo algunas preguntas, que han dejado más dudas sembradas que resueltas acerca de la decisión tomada. Y es que, como apunta el analista Florian Mueller en Twitter, la reputación de la CMA se ha visto puesta en jaque tras la decisión, teniendo en cuenta que, ante los mismos hechos (un mercado en la nube que prácticamente acaba de nacer) las soluciones de la Comisión Europea y de la CMA han sido las opuestas.
El Parlamento británico ha ido directo al grano, preguntándole a Cardell por las repercusiones internacionales que podría tener el bloqueo de Activision Blizzard. Ya no solo por la posibilidad de que el Tribunal de la Competencia revoque la decisión, sino por la mala imagen que dará Reino Unido como territorio inversor. No obstante, Cardell se ha mostrado bastante evasiva, incluso al ser preguntada por las relaciones de la CMA y FTC, alegando secreto.
«El Parlamento insiste en conocer más las conversaciones entre la CMA y FTC, pero Cardell lo rechaza bajo razones confidenciales.
Cuanto más tiempo pasa, más parece que Activision tenía algo de razón al apuntar a una supuesta conspiración entre Khan y Cardell para bloquear el acuerdo en Reino Unido».
No obstante, el Parlamento no ha tardado en recordarle a la CMA que debe responder de sus decisiones ante él. Y es que tanto la decisión como el esperpéntico comunicado no han dejado indiferente a nadie. No obstante, por el momento la decisión no es ejecutiva ni definitiva, porque podría revocarse por el Tribunal de la Competencia o por el propio Gobierno.