La CMA se está ganando, con el paso de las horas, la antipatía cada vez menos disimulada de Microsoft y Activision Blizzard. Ninguna de las dos empresas se esperaba la decisión final que se publicó ayer, en la que la CMA se apartaba de sus conclusiones provisionales y decidía bloquear la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft. Una decisión que ya está trayendo cola, porque tanto Microsoft y Activision Blizzard han «amenazado» con dejar de invertir en el Reino Unido. Y todo apunta a que esta amenaza podría hacerse realidad, porque un representante del Primer Ministro británico ha salido a pronunciarse sobre esta medida, considerándola desproporcionada.
Y no es la primera vez que la CMA se pronuncia en contra de la fusión de empresas americanas. Desde hace unos años, se viene acusando al organismo regulador de la competencia en Reino Unido de intervencionismo en detrimento de empresas que resulten de competencia al propio Reino Unido, como es el caso de Estados Unidos. No es el único organismo que ha sufrido estas críticas, porque hace unas semanas una representante del Congreso de Estados Unidos acusó directamente a Lina Khan, Presidenta de la FTC, de intentar torpedear el proceso de compra, aliándose con Sony, que goza de una protección destacada en el mercado japonés.
Microsoft y Activision Blizzard han disparado contra la economía británica, apuntando a una deslocalización de sus sedes.
La CMA y su antipatía a las empresas norteamericanas: el bloqueo de Activision Blizzard no es el primero
En cualquier caso, Microsoft y Activision Blizzard no son las primeras empresas norteamericanas cuya fusión se ve bloqueada por la CMA. En total, nos encontramos con las siguientes:
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Sainsbury y Asda (cadenas de supermercados británicas)
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Fox y Sky (cadenas de televisión estadounidenses). La fusión se bloqueó en 2016 debido a las preocupaciones sobre la pluralidad de la prensa y el compromiso de cumplir estándares en las emisiones.
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Whirpool e Indesit (empresas estadounidenses). La fusión se bloqueó en 2014.
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BSkyB e ITV merger (empresas británicas).
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Ryanair y Aer Lingus (aerolíneas irlandesas).
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Sabre y Farelogix. La fusión de estas dos aerolíneas estadounidenses se bloqueó en 2020, convirtiéndose en el caso que empezó a desatar las sospechas de los norteamericanos.
A estas decisiones hay que sumarle que la CMA posee una estructura muy diferente a la FTC norteamericana y la Comisión Europea. Y es que se trata de un organismo que no es ni político ni jurídico; a diferencia de la FTC, que se encuentra supervisada por el Departamento de Justicia o la Comisión Europea, que representa los intereses de toda la Unión Europea y actúa siempre en favor de los ciudadanos europeos. La burocracia es mucho mayor en la FTC y la Comisión Europea, dado que en la CMA basta con dos fases procedimentales y un acuerdo simple para tomar una decisión.
Esto también se traslada a la fase de recurso, porque las decisiones que toma la CMA pueden recurrirse ante el Tribunal de la Competencia británico, pero en un procedimiento largo y tedioso. Si bien esto puede entenderse como una mayor defensa de la objetividad e imparcialidad, también puede entenderse como lo contrario: que la CMA goce de poderes prácticamente absolutos, dado que es totalmente independiente y las posibilidades de defensa o recurso son muy limitadas. Algo que ya empieza a calar en el mercado estadounidense, especialmente tras el bloqueo a la compra de Activision Blizzard.