The Bug Butcher es la primera propuesta desarrollada por el estudio indie Awfully Nice Studios. Till Aschwanden y Rainer Zoettl– ex miembros de Blizzard– debutan con una propuesta juvenil y resultona. Además homenajeando claramente a una de las sagas más conocidas de los videojuegos: Super Pang. Aunque en este caso tengamos que sustituir burbujas por alienígenas, la diversión está garantizada con The Bug Butcher.
La magia de Super Pang bien ejecutada
Super Pang– o Super Buster Bros. en Estados Unidos– fue un juego que nos conquistó a muchos de nosotros de pequeños. El juego desarrollado por Mitchell Corporation consistía en disparar bolas que se dividían en otras más pequeñas. Acompañados de algún amigo, nuestra misión era hasta hacerlas desaparecer. Y The Bug Butcher mantiene esa esencia retro.
En The Bug Butcher encarnaremos a un exterminador espacial llamado Harry, a quien se le ha encargado una tarea de vital importancia: acabar con los alienígenas que han asediado la estación espacial del planeta Zoit. Muchos de estos estraterrestres presentan una pequeña peculiaridad: se dividen al ser alcanzados por un disparo. Así que nuestra tarea será mucho más complicada de lo que esperábamos.
Nada más llegar nos recibirá un científico, que pondrá nuestras dotes a prueba en un tutorial. Al superarlo nos mostrará la primera sala infestada de bichos y desde ese momento acompañará en nuestra aventura.
Harry no solo deberá acabar con la plaga de extraterrestres, sino también proteger a los científicos, sobrevivir a la descontaminación y hacerse con todas las monedas posibles.
The Bug Butcher presenta unas mecánicas sencillas, que recuerdan enormemente a Super Pang, pero muy bien ejecutadas. Perfectas para las hordas de enemigos que nos acecharán.
Una campaña frenética, con interesantes armas y habilidades
El juego consta de tres modos. Modo Arcade: Misiones, Modo Pánico para un único jugador y Modo Pánico para dos jugadores en cooperativo. Cada uno cuenta con tres modos de dificultad: fácil, normal y difícil.
El Modo Arcade nos presenta la campaña principal, en la que nuestro protagonista deberá acabar con los extraterrestres que asedian la estación espacial. Una vez dentro, tendremos que disparar en vertical para acabar con todos los enemigos que vayan cayendo del cielo. Mientras nuestro compañero el científico hace tareas tan importantes como esconderse y dejarse capturar.
Este modo se divide en cinco mundos, compuestos cada uno de ellos por seis niveles. Es decir, una treintena de niveles en diferentes ambientaciones. Por ejemplo, podremos acabar con las babosas espaciales en una sala de máquinas, un jardín o una planta siderúrgica. Las vidas variarán según el modo de dificultad en el que nos encontremos. Pasaremos desde las ocho vidas del modo fácil a la única vida en modo difícil, en el que solo aguantaremos un golpe.
Por su parte, el Modo Pánico– tanto para un jugador como para dos- nos ofrece un modo horda tradicional. En este caso tendremos que aguantar los ataques de los enemigos todo lo posible y cada uno de los jugadores tendrá únicamente tres vidas. Podremos revivir a nuestro compañero cuando se le agoten las tres vidas de las que cuenta. Pero cuidado: The Bug Butcher nos dará cada vez menos segundos para hacerlo. Así que tendremos que darnos mucha prisa.
El combate es sencillo. Bastará con apretar al botón A para disparar en vertical a los insectos que amenacen con atacarnos. El botón X nos permitirá activar nuestras habilidades y el botón B deslizarnos por la pantalla. Algo que nos será muy útil para librarnos de las oleadas de enemigos.
Durante el combate The Bug Butcher nos suministrará diferentes items, que nos vendrán de perlas en según qué ocasiones. Algunos servirán para recuperar vida, otros para aumentar la cadencia y otros para conseguir un disparo más potente. Sin embargo, tendremos que tener cuidado: al final de cada mundo nos encontraremos un nivel ambientado en un ascensor. Y en este nivel no tendremos armas, así que tendremos que ingeniárnoslas como podamos para defendernos.
Al terminar los niveles, nos veremos recompensados con una, dos o tres estrellas, según la puntuación obtenida. También podremos conseguir unas estrellas extra por los combos logrados. Así que la rejugabilidad y la diversión están aseguradas con The Bug Butcher.
Mucha variedad de armas y enemigos
Uno de los grandes puntos fuertes que presenta el juego es lo entretenido que se llega a hacer. Y en parte gracias a la variedad de enemigos que presenta. Tendremos que enfrentarnos a bolas rosas con púas de aspecto bobalicón o a arañas alienígenas que se dedicarán a capturar al pobre científico.
La mayoría de los enemigos se dividirá, pero no todos. Por ejemplo, habrá babosas «comecerebros» que, al saltar encima de nosotros, nos matarán de un solo golpe. O moscas electrizantes que, en cuanto esbocen su sonrisa característica, lanzarán rayos que tendremos que esquivar. Es todo un logro que los chicos de Awfully Nice Studios hayan conseguido crear unos enemigos tan variados, a pesar de la sencillez del juego.
Para derrotar a los seres extraterrestres podremos potenciar tres aspectos fundamentales: armas, mejoras y habilidades. Las tres mejorarán gracias a las monedas que vayamos consiguiendo.
Al mejorar nuestras Weapons (armas), podremos conseguir el arma de rayos (laser beam), la ametralladora Gatling, arma eléctrica (lightning gun) y el lanzacohetes. Por otro lado las Perks (habilidades) nos permitirán tener, entre otras, una burbuja de vida o más velocidad. Y por último podremos potenciar nuestros Powerups (mejoras), pudiendo comprar por ejemplo la invencibilidad temporal o la capacidad de congelar a los enemigos. Así que gozaremos de un buen arsenal de armas y poderes para hacerle frente a las hordas de insectos espaciales.
Los niveles irán poniéndonos dificultades a medida que avancemos. Por ejemplo, podremos encontrarnos con plataformas elevadoras que no nos dejarán disparar o paneles translúcidos que desaparecerán al acercarnos, pero que servirán como muro para nuestros disparos mientras estén. Sin embargo, la dificultad está bien implementada y no se hace complicado avanzar de nivel. Tendremos tiempo limitado para terminar las pantallas, así que será mejor que no nos despistemos.
El diseño cuadra enormemente con lo que nos quiere ofrecer The Bug Butcher. El dibujo animado en 2D que nos presenta consigue transmitirnos un toque infantil y gamberro. La música es también un acierto en toda regla, con toques electrónicos que recuerdan mucho a bandas sonoras como la de Hotline Miami. Con su estética tan colorida y lo estrambótico de sus personajes, The Bug Butcher logra darnos una imagen nostálgica y a la vez juvenil.
El idioma nos limita enormemente
Sin embargo, el principal engorro es sin duda el idioma. El juego nos ha llegado en perfecto inglés. Es cierto que se trata de un inglés muy básico y bastante intuitivo. Sabremos qué hacer aunque no conozcamos bien el idioma. Las imágenes que nos permiten elegir armas, poderes y mejoras son bastante claras y las mecánicas son lo bastante sencillas para entenderlo aunque no conozcamos la lengua.
Aun así el hecho de no estar traducido hace que se pierdan muchos detalles. Las conversaciones entre Mr. Butcher y el científico son muy divertidas, a caballo entre el humor juvenil y el cinismo más adulto. Y es una verdadera pena que muchos de los jugadores vayan a perderse estos detalles por algo tan sencillo como la falta de traducción.
Conclusión: un homenaje bien ejecutado a los arcades noventeros
The Bug Butcher es un gran acierto para quienes busquen algo retro y nostálgico. Su estética desenfadada, su dinamismo y su buena jugabilidad consiguen divertirnos muchísimo y “picarnos” para seguir mejorando y desbloquear todos los logros. Es una pena que detalles como el idioma desentonen.
Los chicos de Awfully Nice Studios comentan, en su web oficial, que su intención es «crear juegos entretenidos que también nos recuerden a nuestros juegos de la infancia, repletos de diversión y humor«. Y está claro que con The Bug Butcher lo han conseguido. Esperamos con ganas ver qué nos traen de cara al futuro los creadores de este simpatiquísimo homenaje a Super Pang.