Todos hemos tenido 10 años pero no todos han vivido en un mundo en el que las consolas no eran el entretenimiento principal de la juventud. Cuenta la leyenda que hubo un pasado en el que los chavales disfrutábamos de los videojuegos cuando nos dejaban jugar a la Game Boy y nos informábamos comprando la revista de turno mensual en el kiosko, un tiempo en el que las horas muertas las pasábamos batallando con nuestra pistola, que en realidad era una grapadora o una piedra con forma de pistola, un tiempo en el que se libraban batallas antológicas en el suelo de nuestra habitación o en cualquier superficie si teníamos un par de muñecos, un tiempo donde el límite no era la capacidad del hardware sino nuestra ilimitada imaginación.
Sin embargo, por desgracia, ese tiempo pasó y nos ocurrió lo que a Bart Simpson cuando está jugando con su muñeco de acción escalando el Everest, que en realidad es una estantería, y el muñeco se vuelve y le pregunta si ha contratado un seguro de vida. La franquicia Toy Solider nació para hacernos sentir de nuevo esa época y para convertirse en el juego digital más vendido del 2010 en Xbox 360. Ahora, Ubisoft publica la secuela del juego de Signal Studios añadiendo suculentas y atractivas novedades. Acompáñanos en el análisis de Toy Soldiers: War Chest para ver si es buena idea embarcarse en un viaje de ida a la infancia más tierna.
Cubo de soldaditos verdes
En Toy Soldiers, el original de Xbox 360 que, por cierto, podéis disfrutar en Xbox One gracias a la retrocompatibilidad, Signal Studios nos proponía algo muy simple, un juego de corte tower defense con algunas jugosas novedades como el ser completamente en 3D y poder utilizar las armas de nuestras torretas en primera persona como si de un shooter se tratase, algo que serviría para aumentar el multiplicador de dinero que recibimos al masacrar hordas enemigas.
Toy Soldiers era muy clásico, más un sueño para quienes jugaban con soldatidos de plomo que para los que lo hacíamos con los de plástico y héroes de acción ya que mostraba una contienda en la Primera Guerra Mundial manejando a las tropas del Kaiser que debían defender su arcón contra los enemigos. Los mapas eran más recreaciones de batallas de juegos de rol que otra cosa, con sus trincheras y sus sacos de arena protegiendo el lugar.
War Chest, sin embargo, propone algo más cercano a la imaginación de los jóvenes de los 80s-90s y comienza con la misma campaña, manejando al Kaiser en unas trincheras pero, de repente, nos damos cuenta que algo no cuadra. ¿Qué hacen mis muñecos de acción espaciales en el escenario? Y es que, Signal Studios ha conseguido, con Ubisoft, copiar la fórmula del primer título y llevarla más lejos con War Chest añadiendo tropas que serán muy apreciadas por los mayores del lugar, aunque también por los más jóvenes.
He-Man, GI-Joe, Cobra, la ‘Princesa Piruleta con sus unicornios’, Ezio con sus Asesinos, el Comandante Oscuro y las tropas germanas del Kaiser se darán cita en una guerra sin cuartel en la que tendremos que proteger nuestro arcón de juguetes a toda costa. Aquí viene uno de los principales ‘contras’ del juego y es que, si bien nosotros hemos podido acceder a la versión completa Hall of Fame, 30€ en la Store, quienes compren la versión normal verán que para la mayoría de los ‘ejércitos’ nuevos tendrán que pagar 4,99€ por lo que, como podíais suponer, los micropagos en este juego están a la orden del día, mas el DLC que vaya saliendo. También habrá pagos con la moneda del juego, esta si la conseguiremos consiguiendo diversos objetivos en las partidas o simplemente por acabarlas, que nos permitirán desbloquear mejoras para nuestras torretas, desde el daño hasta el alcance, pasando por el blindaje. Además, también podremos desbloquear armas para nuestros héroes. Una vez aclarado esto vamos a hablar de la tónica jugable.
La premisa de Toy Soldiers: War Chest es de lo más simple que hay. Nuestra misión será la de colocar en una serie de emplazamientos prefijados una serie de torretas para conseguir defender nuestro arcón de juguetes de las hordas de enemigos que irán llegando. Las primeras oleadas no serán complicadas ya que supondrán sólo infantería ligera. Luego llegarán vehículos, infantería pesada, vehículos pesados, infantería especial y los aviones, de varios tipos entre ligeros, pesados y medianos. A estas tropas se les puede unir de forma ocasional un héroe o unidad especial, el propio He-Man por ejemplo, y otras veces un enemigo ultrapesado que irá desplegando tropas él mismo.
Para repeler esto tendremos cuatro tipos de torretas desde ametralladoras y morteros hasta obuses y antiaéreos. Estas torretas podrán ser mejoradas en alcance y puntería, daño y funciones y, por último, blindaje aunque, eso si, para mejorarlas al máximo tendremos que comprar las mejoras con el dinero del juego, esto es gratuito, no os preocupéis. Este ‘dinero’ y algunas mejoras las conseguiremos al final de la partida dependiendo de lo buenos que hayamos sido defendiendo el arcón de juguetes, consiguiendo objetivos como eliminar x unidades o mejorar al máximo x torreta, etc, y se desbloqueará en forma de fichas que serán aleatorias. No nos costará mucho evolucionar nuestro ejército alemán y tener garantías para las misiones más avanzadas de la campaña pero, como consejo, olvidad el cambiar de héroe a mitad de la campaña si sus unidades no tienen evoluciones porque caeremos como moscas. Esto conforma que, si queremos pasarnos la campaña con todos los ejércitos y mejorarlos al máximo, consiguiendo el logro correspondiente, tendremos que jugar bastante y será divertido debido al cambio de estética de nuestras unidades, conformando un juego muy, muy largo.
Otro modo de la campaña serán las misiones de resistencia, misiones en las que tendremos que resistir tantas hordas como sea necesario y en las que podremos tirarnos horas para conseguir los objetivos que multipliquen nuestras ganancias al final de la partida, como el de matar 10.000 unidades a mano, es decir, controlando torretas en primera persona.
Ya hemos hablado del modo campaña sin embargo, Toy Soldiers: War Chest trae algo aún más interesante, como el multijugador cooperativo y competitivo, algo que eleva de forma exponencial la duración del juego. Hablamos de un cooperativo para cuatro jugadores en el que nos enfrentaremos dos contra dos y por turnos. Es decir, en un turno nosotros mandaremos, con los créditos que tengamos, tropas para asaltar el arcón enemigo y en el siguiente turno tendremos que plantar las torretas defensivas apra evitar que nuestros adversarios consigan destruirnos.
Además, los héroes tendrán más presencia en este modo que en el modo campaña (donde se desbloquean consiguiendo rachas de bajas) y es una gozada el controlarlos. Aunque son bastante parecidos entre si, Ezio utilizará más el cuerpo a cuerpo mientras que el Kaiser se enfrentará a los enemigos con una metralleta y un cañón pesado para los tanques, además de las granadas. Eso si, el HUD es muy intrusivo y poco amigable, mostrando en todo momento los comandos en mitad de la pantalla algo que la primera vez no está mal pero que, con el uso, molesta bastante. En el modo multijugador se hará indispensable el hablar con nuestro compañero y, ciertamente, creo que es todo un acierto este tipo de juego multijugador por lo divertido que resulta si nos compenetramos y lo hacemos bien.
Bordes de plástico
A todos nos molestaban los rebordes de los soldaditos de juguete verdes, esos formados por el plástico mal cortado de los moldes, ¿verdad? Bien, en el apartado gráfico y técnico, Toy Soldiers: War Chest no es ninguna maravilla, de hecho, sus bajadas de frames hasta en la introducción del juego auguran un apartado técnico más bien flojo, con caídas constantes en la tasa de imágenes por segundo. Es cierto que no es nada grave ni que empañe la experiencia pero, ciertamente, no es algo que esperemos de un juego más bien normalito en cuanto a gráficos se refiere en consolas como Xbox One.
Los modelados no destacan pero si lo hacen algunos diseños, sobre todo los de los tanques y aviones que si parecen juguetes. Eso si, cuando nos ataque Dark Lord olvidaos de juguetes porque sus águilas pesadas están tan bien animadas que eso de juguete articulado no tiene nada.
Los campos de batalla son bastante vistosos y pasan del colorido de My Little Pony hasta el tono más ceniciento de un despacho donde nuestro padre juega a la Primera Guerra Mundial con sus soldaditos de plomo. Serán variados, coloridos y tendrán detalles que gustan, como los puros encima de las mesas, galletas que podemos destruir para poner una nueva torreta en dicha base o bloques de cristales lunares.
En cuanto al apartado sonoro el juego, ciertamente, se podría jugar en ‘mute’ con la música que más nos guste de fondo. Lo principal son los textos y éstos están completamente en castellano.
Conclusión
Toy Soldiers: War Chest es un gran juego, divertido, largo, no excesivamente variado pero que nos entretendrá durante horas y que, sobre todo cuando probemos el multijugador, podría resultar hasta adictivo. Tiene un gran diseño y, si nos hacemos con la edición Hall of Fame, la acción será variada, al menos en lo que respecta a los diseños y las armas de cada uno de los ocho ejércitos.
Eso si, no es un producto exento de fallos. Los tiempos de carga son desesperantes entre niveles, incluso en el menú a la hora de cambiar de héroe. Tiene un frame-rate muy inestable y el afán recaudatorio de la compañía va demasiado lejos con la entrega estándar del título.
Pese a todo, y si no queremos todos los ejércitos, siempre podemos hacernos por el juego base por 20€ y pasar unas horas bastante divertidas gestionando nuestras defensas, comprando y vendiendo torres y, en definitiva, masacrando muñecos, que de eso va esto.
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Lo bueno
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- Divertido y al grano
- En los niveles más altos tendremos que prestar atención a la gestión de la base
- El control de las torretas mejoradas en primera persona
- Modo multijugador muy adictivo y bien llevado
- Poder enfrentar a He-Man contra Cobra, una gozada
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Lo malo
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- Frame-rate muy inestable
- Tiempos de carga absurdos
- Demasiado contenido de pago, además de ser el más ‘molón’
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