Romancing SaGa 2 es uno de esos RPG clásicos que no goza de la popularidad de otras franquicias, ya que no llegó localizado a Occidente en su versión original, a pesar de haber incluido grandes ideas dentro del género en su día. En concreto, esta entrega es una remasterización del juego original publicado en 1993, que cuenta con un interesante lavado de cara, sin llegar a modificar drásticamente gráficos y aspectos originales, ni incorporar novedades jugables, aunque sí algunas piezas nuevas de contenido que pueden ser un pequeño aliciente más, además del más obvio de la nostalgia, para quienes quieran recuperarlo ahora en Xbox One, puesto que, a fin de cuentas, es la misma versión remasterizada que se ha publicado ya en otras plataformas.
Análisis de Romancing SaGa 2 en Xbox One
Cuando hablamos de remasterizaciones estamos más acostumbrados a que los juegos que se nos traigan sean de la pasada generación. Juegos que tenemos más frescos y no nos apetece volver a comprar o jugar, o en el peor de los casos que ni siquiera merece la pena volver a probar. Otras veces, se me ocurre ahora mismo el caso de BioShock, aunque pueden estar todavía fuertes en nuestra memoria, merece mucho la pena poder volver a recuperar estos juegos en las mejores condiciones actuales.
Pero las remasterizaciones también pueden ir más atrás en el tiempo, como es el caso que nos ocupa. Romancing SaGa 2 fue recuperado primero para dispositivos móviles, y ahora esa misma versión nos llega prácticamente intacta a Xbox One. Como la saga veterana que es, si sois aficionados al JRPG, Romancing SaGa 2 es un título que deberíais conocer.
Precisamente en un género donde la innovación no es una de las características habituales, Squaresoft supo introducir en su día grandes ideas en un juego que, a pesar de presentar un corte bastante clásico, con combates por turnos y el desarrollo más típico de los JRPG, se puede encontrar fresco incluso a día de hoy si sabemos obviar aquellos aspectos en los que más se deja notar el paso del tiempo (no solo a nivel gráfico).
Un clásico rompedor
Romancing SaGa 2 presenta viejas mecánicas conocidas ya por todos los jugadores de JPRG, y también algunas viejas torpezas. Combates por turnos entre nuestro equipo de luchadores y los enemigos con los que nos vamos topando, largas mazmorras, mucha exploración, puntos de experiencia, buena variedad de ataques, y un mundo de fantasía medieval que cumple todos los cánones del género. Y también algunos momentos de tedio o una curva de dificultad no tan bien equilibrada.
Pero a diferencia de la mayoría de títulos, Squaresoft introdujo el concepto de la muerte permanente. Algo que hoy podemos encontrar en otros juegos, pero que en su momento era algo realmente innovador. Y de hecho a día de hoy continúa sin ser un elemento jugable muy explotado, siendo más los títulos de estrategia, como las sagas XCOM o Fire Emblem, las que se atreven a emplearlo.
El funcionamiento es el siguiente: nuestro personaje principal será un heredero a la corona, pero por el camino iremos reuniendo a un buen grupo de luchadores con los que compartiremos nuestras hazañas. Pero tantos unos como otro pueden morir de forma permanente en cualquier momento. Si se nos muere uno de esos personajes secundarios que hemos conseguido unir a nuestra banda, lo perderemos para siempre. Si quien muere es nuestro propio príncipe, volveremos a jugar pero con su propio heredero. Es decir, que la lucha continuará con la siguiente generación. Y el desarrollo del personaje se podrá recuperar, pero con un poco de trabajo.
Además de esto, los combates, aunque se basan en reglas clásicas, también cuentan con algunos elementos diferenciadores. La formación, por ejemplo, tiene más peso del habitual, y nuestros luchadores van recuperando la vida automáticamente tras cada combate. Esto repercute también de dos modos. Por un lado, el menú es un tanto engorroso y austero, pues no llega a contar con la misma importancia que en otros juegos, en los que debe ser más recurrido para ir comprobando el estado de nuestros personajes. Y por otro, en que cada combate es bastante exigente de por sí, y nos puede poner en aprietos.
Hay que tener en cuenta también que el juego no llega a «romperse» por mucho que entrenemos -aunque haya cierta necesidad de ello cuando comenzamos un camino nuevo con otro heredero para volver a ponernos a punto-, ya que el nivel de los enemigos va balanceándose según nuestros actos. Esto también sirve para otorgarnos una considerable libertad de acción, sobre qué lugares decidiremos visitar primero o dar prioridad. Lo que no quita que en Romancing SaGa 2 vayamos a seguir una línea argumental, basada en derrotar a los 7 demonios que amenazan con destruir el mundo.
Como veis, Romancing SaGa 2 es un conjunto de buenas ideas, que incluso a día de hoy continúan resultando frescas, con otro conjunto de clichés y elementos que hoy podríamos considerar torpes en un JRPG. Sin ir más lejos, una interfaz de combate muy poco intuitiva y clara, o un control tosco que, teniendo en cuenta que los enemigos son visibles durante la exploración, nos dificulta un poco el movimiento a la hora de decidir si esquivarlos o hacerles frente.
De la misma forma, los añadidos no son muy numerosos, pero están ahí y son interesantes. Empezando por mazmorras y enemigos nuevos, la posibilidad de jugar un «new game +» o una puesto a punto gráfica que se deja notar especialmente en escenarios o algunos nuevos efectos visuales, sin perder la esencia clásica. Hay que mencionar también que el juego se encuentra en completo inglés, lo cual puede suponer un impedimento para algunos jugadores. Y aunque no se requiere de un nivel muy alto, y al jugador experimentado le será sencillo hacerse a las mecánicas de juego, puede entorpecer el disfrute de un juego que cuenta con bastantes textos.
Conclusión
Si tenéis ganas de jugar un buen JRPG, que no es algo que precisamente sobre hoy en día, Romancing SaGa 2 es una gran elección. Por lo menos lo es si le sabemos perdonar esos elementos en los que se siente viejo. Cosa que si apreciamos otros elementos que a día de hoy continúan sorprendiendo por innovadores, como la cuestión de la muerte de los personajes o una libertad de exploración no tan recurrida en el género, será mucho más fácil de llevar a cabo. Está también el aliciente de saber que estamos jugando a uno de esos títulos clásicos que han puesto su granito de arena en la evolución del género hasta como lo conocemos hoy; y sabiendo que está remasterizado muy dignamente, algo que ya de por sí puede justificar darle una oportunidad.