Los fans de los juegos de conducción están de enhorabuena por la llegada del último exponente de una pequeña revolución en este género. Una revolución que sienta las bases que ya iniciaron otros hace unos años sin éxito, una revolución que permitirá acercar la pasión por conducir a una comunidad. The Crew es un título que busca en este concepto, la comunidad multijugador, expandir una experiencia de juego más allá de carreras competitivas, más allá de clubes de intercambio de opiniones y diseños, formar una crew de jugadores, lo que, literalmente significa una tripulación, o también, un equipo.
Para ello, The Crew nos traslada a Estados Unidos, una gran extensión de terreno dividida en vastas regiones divididas en estados, en uno de los cuales se llevó a cabo, hace algo más de 100 años, otra revolución, por la que los coches llegaron a las masas gracias a la producción en masa del primer modelo, el Ford T. Y es que la cultura referida al motor en Estados Unidos es un mundo que muchos pueden no conocer, pues, una competición como la Nascar, de las más seguidas en Estados Unidos, tienen su origen precisamente en la actividad de los traficantes de alcohol durante la ley seca. A partir de entonces, la cultura vinculada al automovilismo se ha extendido como una pasión que en diferentes puntos del mundo es vivida de diferente manera. Pero si hay algo que se ha mantenido, es el reconocimiento de una serie de santuarios, una serie de monumentos referidos a esta cultura.
En uno de ellos, Detroit, se inicia la trama de The Crew, el último lanzamiento de Ubisoft que llega, tras una larga espera, con el fin de encandilar y cumplir con muchos de los deseos que los fans de los juegos de conducción ansían desde el fracaso de Test Drive Unlimited 2, un juego con un gran mapa abierto y una comunidad de jugadores permanentemente conectados. Para ello, debemos conocer a los 5-10, una organización que tuvo su origen en la calle, con carreras callejeras y que se fue expandiendo por todo el mapa, evolucionando como una organización vinculada a actos delictivos, como es el tráfico de armas entre otras cosas.
La cuna del motor, una historia de venganza y una comunidad multijugador
Alex Taylor será el protagonista de nuestra historia, un corredor que regresa a Detroit, alertado por su hermano, integrante de los 5-10, porque corre peligro. Efectivamente, esa misma noche y delante de Alex, es asesinado por un miembro de la banda en una conspiración que lleva a la policía a detener al propio hermano, creyéndole a él culpable, pero todo esto era necesario para salvaguardar una tapadera que vinculaba a los 5-10 con la policía. Tras 5 años en prisión, el FBI nos reclama para llegar a un acuerdo, infiltrarse en los 5-10, dar con el policía corrupto y destapar la conspiración que se mantiene vigente, permitiendo además, que Alex pueda vengarse.
Venganza con olor a goma quemada
Este sería el comienzo, una historia policíaca sirve como escusa para plantearnos un nuevo concepto, para introducir a The Crew, pues, el papel de Alex Taylor será el de ir escalando en el organigrama de los 5-10 para acercarse a la cúpula y destapar una trama de corrupción que alcanza a la propia policía. La venganza es capaz de mover montañas, obviamente, y aunque no de tiempo a encariñarse del protagonista, no resulta complicado sentirse cercano y hacer nuestra su necesidad de vengar a su hermano.
Ahora bien, hay que conocer mejor a los 5-10, una organización delictiva que aprovecha las carreras callejeras para reclutar miembros según su valía e intimidar a otros pobres grupos de conductores clandestinos controlando las principales ciudades norteamericanas. A partir de aquí, aprovechar el talento de los mejores corredores, permite abordar actos delictivos varios, robos, tráfico de armas, chantajes, incluso, asesinatos. Esta organización se expande por todo el país, lo que requiere de una jerarquía que los gestione, para lo que, de forma muy acertada, han empleado ciertas referencias automovilísticas para establecer rangos, siendo el más alto, el V8, quién casualmente, es nuestro objetivo.
Con el respaldo del FBI, Alex tendrá que seguir un camino que le acerque a lo más alto de la jerarquía de la organización, siendo el primer objetivo, hacerse un nombre en las calles como piloto. Obviamente, esto representa un reto porque no solo es conducir con alegría y demostrar nuestra destreza al volante en carreras callejeras y contrarrelojes, deberemos ganarnos la confianza de miembros de los 5-10, demostrar nuestra valía al volante en todo tipo de circunstancias.
Una historia de venganza a bordo de un coche, una trama que incluye corrupción policial y un sinfín de enemigos.
En el momento que regresa a las calles, el único objetivo es conseguir progresar en los 5-10, una tarea ardua, ya que obligará a demostrar en cada carrera la valía como piloto. Para ello, requiere de un vehículo, el primero, llegará de la gentil mano de la policía, que nos introducirá en el mundo de las carreras callejeras. Para ello, debemos considerar que los coches que obtenemos, que son de serie, pueden ser evolucionados según el objetivo de la carrera, si bien, se disponen cinco tipos de tuneados base, Calle, para carreras callejeras, Prestaciones, una categoría superior que afectará a coches de más potencia, Circuito, el sumun de las prestaciones, Todoterreno, para que no importe cual sea la superficie por la que se conduce y Rally, donde se lleva al extremo la anterior categoría. Para poder acceder a estas categorías deberemos subir de nivel, algo que se conseguirá con el éxito que se puede obtener de la gran cantidad de carreras, como es obvio, pero también de misiones varias, cuyo objetivo es demostrar hasta qué punto somos capaces de merecer entrar en la organización y, subiendo de nivel, accediendo a nuevos tipos de carreras. Siendo parte de la historia, los contactos del FBI pondrán en contacto a Alex con la organización, empezando por los responsables de captar conductores y así, una vez dentro, progresar en la organización, ganar la confianza de los líderes y acercarnos al V8, para poder vengarse.
En este apartado, podríamos hacer un pequeño paréntesis para reseñar el trabajo de doblaje que se ha llevado a cabo en el juego. Totalmente traducido y doblado, cuenta con un interesante reparto de actores de doblaje que han intentado, si bien puede ser algo forzada o exagerada su interpretación, que la historia cale hondo. Pero no podemos negar que resulta de vital importancia que el juego esté doblado, pues muchas conversaciones transcurren durante la conducción y tener que desviar la atención a los subtítulos sería un problema mucho más grave. Ahora bien, no se puede decir que vayamos a encontrar grandes interpretaciones, pues los personajes que son parte de la historia, no tienen el carisma necesario y parecen sacados de estereotipos varios que recordarán a personajes de otros títulos de Ubisoft.
Conduciendo Coast to Coast, literalmente
Estados Unidos es uno de los países más vastos del planeta y representa un reto para su recreación, no obstante, está repleta de lugares icónicos que hay que tener en cuenta. En cierto modo, la valentía mostrada por Ubisoft con este juego a la hora de establecer su escenario es una demostración de destreza que podría interpretarse como una de las mayores muestras de ambición vista en los últimos meses, por no decir años. Un mapa que incluye las principales ciudades de este país, ciudades como por ejemplo, Nueva York, Chicago, Miami, Los Angeles Las Vegas, entre unas pocas más, pero eso no significa abandonar otras más pequeñas, aunque no estén incluídas como lugares de relevancia y destacarlos del mismo modo, del mismo modo, pasaremos por algunos pueblos o aldeas mientras viajamos por carretera.
Y es que uno de los valores más importantes de The Crew es el mapa, un mapa con más de 6.000km de carreteras, 5.000 kilómetros cuadrados de extensión, obviamente no entra todo, pero además de las ciudades podremos encontrar puntos de interés, como Cabo Cañaberal, el Gran Cañon o el Monte Rushmore, pero para los amantes de las carreras hay que destacar la inclusión de algunos circuitos, como el autódromo de Indianápolis, Laguna Seca, Bonneville, si bien, ¿quien no conoce la Ruta 66? Pues también puedes atravesar el país por la afamada ruta. Y precisamente esta ruta es la que nos acerca a una de las características propias del país, la variedad de paisajes.
Viajar y visitar lugares icónicos, disfrutar conduciendo de un mapa titánico dará más de una satisfacción
Estados Unidos tiene en su haber una gran variedad de ecosistemas, siendo uno de los aspetos más interesantes a la hora de recrearse en un mapa como hace The Crew. La propia Ruta 66 tiene como atractivo, precisamente, conocer esta variedad, atravesando bosques, llanuras, montañas, desiertos y conectando ciudades y culturas diversas entre dos océanos. Obviamente, todo esto se puede ver reflejado en pantalla mientras conducimos alegremente, partiendo de Nueva York, conectándonos a Los Ángeles, el paisaje va cambiando según atravesamos el país. Un viaje que se puede hacer por muchas carreteras, incluso obviarlas y conducir en línea recta, algo que, como poco, puede llevarnos alrededor de una hora, y a partir de ahí, en base a la ruta, tardaremos más, se nos hará de noche, sufrimos algunas inclemencias del clima, aunque como algo testimonial, sin que se pueda considerar como algo que reseñar. Está incluido porque tiene que estar incluído, los días pasan, hay ciclos día noche y el clima es variable, pero vinculado a las zonas del mapa, algo que no está del todo bien conceptualizado.
Claro que representar todo esto, así como ampliar la experiencia de un juego a una extensión de territorio tan amplia siempre ha sido una de las excusas que ha limitado a otras producciones que han terminado por ofrecer menos terreno del que esperában los usuarios, algo que Ubisoft ha obviado para saciar una necesidad y hacer llegar el deseo de muchos fans que llevaban años esperando algo de esta magnitud. El tamaño importa, sí ¿porqué negarlo?
La recreación de estos vastos paisajes permite disfrutar de escenarios repletos de detalles muy interesantes, detalles que sirven para ambientar, para trasladarnos a todos y cada uno de los rincones a descubrir en este vasto mapa, el cual, no tiene límites. Pero resulta interesante conocer cómo los diferentes paisajes condicionan las carreteras, desde las sinuosas carreteras del norte nevado, pasando por las carreteras secundarias y las grandes autovías, grandes rectas que se extienden como lenguas de asfalto. Obviamente, también han dispuestos de un amplio rastro de senderos de tierra que permitirán llegar a otros lugares que destacan por descubrir el mapa, permitiendo observar un horizonte más lejano gracias a la altura de las majestuosas montañas.
El horario determina la cantidad de tráfico que hay, sobre todo, alrededor de las urbes
Ahora bien, las ciudades, sin llegar a ser una recreación perfecta, también quieren ser mostradas con cierta impronta que define a cada una, ya que están influenciadas por culturas diferentes. Las grandes urbes repletas de rascacielos y cemento del noroeste, con el exotismo propio de Miami o los bulevares de Los Angeles pasando por las empinadas cuestas de San Francisco y la colorida noche de neón de Las Vegas, siendo característico de estas ciudades principales, su mayor extensión y diferenciación de barrios, que permiten adentrarse en ellas con facilidad. En cierto modo, cualquier sandbox suele ser menester, considerar estos aspectos para hacer que el jugador se sienta realmente dentro de un mundo virtual que descubra algo más que bloques de polígonos con texturas, nos acercan a esos microclimas sociales de forma espectacular.
Pero por otro lado, la inclusión de tantos elementos, sin repercutir directamente en el rendimiento, si permiten descubrir algunos “defectos” que se hacen relativamente evidentes si nos tomamos la acción con calma y decidimos detenernos a descansar, donde podemos observar la aparición de ciudadanos o estructuras clónicas, claro que, considerando lo basto del mapa y la tendencia social de imitar a los famosos, quién sabe si es algo que nos pasaría en realidad. Obviamente habría que tratar el aspecto del popping, un elemento común en los juegos de este género, minimizado a más no poder, pero existente de igual modo. No se puede remediar, ni siquiera ofreciendo un apartado visual que, sin deméritos importantes, aunque el juego no parece tener un motor que exija demasiado, no ofrece una calidad de nueva generación que sea notable, salvo por la extensión del mapa. Este temido efecto que conlleva la aparición de objetos de forma furtiva, fugaz e inesperada demasiado cerca, se puede observar a grandes velocidades, principalmente fuera de la carretera, lo que es importante. Pero algunas texturas y en ocasiones, algunos coches que surgen, pueden resultar visualmente llamativos, y es que las cosas buenas no se ven, tenemos el ojo preparado para lo malo. En ocasiones, y por esto puede que el popping referido al tráfico tenga varias fuentes, la sincronización entre jugadores puede ser el desencadenante, porque a expensas de este efecto esperado, también desaparecen y eso ya no es popping.
Obviamente, el catálogo de coches que son parte del escenario, siendo modelos reales, podrían ser más variados, aunque no podemos negar que la cantidad de coches representados es bastante amplia, pero cualquier amante de este género verá que es escasa, porque en realidad tiene truco. El número de modelos es escaso, se podría decir, que sin ser alarmante, si que podría haberse hecho más en este aspecto. En cambio, cuando decimos que hay bastantes coches, es que cada uno de ellos puede modificarse, por los diferentes tuneos, de manera que prácticamente tenemos varios coches que surgen de un modelo concreto. Esto no debería servir como excusa, aunque otros juegos usen este criterio para que ocupen varias ranuras, pero por ello, esta escasez se minimiza. Ahora bien, más coches hubiera sido un mejor punto de partida.
La ambiciosa propuesta con un extenso mapa, queda limitada por un escaso número de coches
De este modo, es como cualquiera puede percatarse que The Crew es un título que aborda una ambiciosa propuesta y ésta condiciona, en cierto modo, como vemos el juego. Técnicamente, no se puede negar el gran esfuerzo que supone abrir un mapa de este tamaño a los jugadores, no en vano, ya se ha probado anteriormente y siempre suele tener los mismos problemas. Ahora bien, no se puede negar que Ubisoft ha hecho un trabajo encomiable, no sólo por conseguir dar un ambiente y definir claramente el cambio de paisaje, también en aras del rendimiento. Y es que puede resultar más importante que el juego se mantenga estable en los frames, que incluir elementos que consuman en exceso, aunque pueda parecer poco lógico dado que el resultado no parece exprimir estos hardwares, que se hayan suprimido los retrovisores solo puede tener un significado, y no es ¿por qué íbamos a mirar por ellos?. Es con esto, que a la hora de hablar de como se ve, podemos asegurar que este juego no romperá ningún parámetro ni superará a otras referencias gráficas del género, no obstante, reconociendo otros méritos, se puede asegurar que el juego no desentona por defectos, pero se queda lejos de establecer nuevos horizontes en lo técnico.
Pisa a fondo, que no pasa nada
Ahora bien, conducir es algo que se puede hacer de muchas formas, y obviamente el planteamiento de The Crew es un título arcade. En cierto modo, es este subgénero de la conducción lo que hace accesible al título, pero podría decirse que se ha buscado acercar el juego a cualquier nivel de exigencia.
A la hora de valorar un juego de conducción, dentro del espectro marcado entre los juegos arcade y simuladores, hay una serie de parámetros que hay que destacar para comenzar a definirlo. El primero, el comportamiento del vehículo según su construcción y características, donde hay que hablar de que los coches se comportan diferente según su tipo de tracción, su peso y configuración. En este aspecto, cumple, se puede notar que existen diferencias relevantes entre los grandes y musculosos deportivos americanos, los deportivos europeos y los todo terrenos. Posteriormente, estos vehículos serán modificados para hacerlos aptos a determinadas circunstancias, donde puede que los coches tienden a igualar sus prestaciones, pero no puede clonarse el comportamiento.
Antes de conducir, comprobar cinturón, espejos y la configuración de ayudas que pueden afectar a la conducción
Que considere este aspecto es un primer paso para hablar de la conducción, en cierto modo, dejan constancia de estas diferencias, ahora bien, lo que suele identificar a un simulador es como transfiere el peso del vehículo al movimiento, tanto en la aceleración, frenada como a la hora de trazar las curvas. En The Crew este aspecto es donde cláramente lo define como un juego arcade, no obstante, está concebido como tal, los coches tienen comportamientos adecuados, pero la falta de peso, que se percibe cuando se trazan las curvas y el agarre es menos predecible o el motivo por el que el coche toma una trazada es indescriptible.Tras configurar al gusto la configuración, no se puede negar que el juego ofrece una experiencia que, al menos en las categorías bajas, resulta más agradable y predecible. Ahora bien, en el transcurso de la campaña iremos desbloqueando nuevas categorías, Rally y Circuito, cuyos vehículos están tuneados para potenciar al máximo sus aptitudes para cada objetivo. Estos vehículos pueden resultar divertidos, en cierto modo, pues las carreteras no están pensadas para las supensiones rígidas, ni el monte para ser atravesado a toda velocidad, de modo que en ocasiones, se sufre más que disfruta.
Pero no trasciende tanto como podría esperarse, salvo para desempeñar las misiones que obligarán a llevarlos. En el fondo, The Crew parece abogar por una experiencia libre, aunque se ha recurrido a una historia para introducirse entre el público. Abordar un mapa tan extenso es un reto, conducir nuestro vehículo por las interminables carreteras a lo largo del país llega a ser fascinante, sobre todo, cuando viajamos por las sinuosas carreteras de montaña y queremos sacarle todo el rendimiento al coche. Pero el mapa no está limitado a éstas, es un mapa abierto que podemos atravesar por donde nos plazca, siempre que no haya un obstáculo natural que nos lo impida. Puede que en esta circunstancia es donde se haga más notable que la potencia sin control, no sirve de nada y que los coches se comportan de forma muy diferente según su naturaleza. No resultará complicado trompear, derrapar en exceso cuando carecemos de ayudas que controlen estos aspectos intrínsecos de la conducción, lo que las convierte en un reto, lo que hace que cada curva sea una prueba de destreza y no un simple giro de volante. Cierto es, como suele ocurrir en los juegos más exigentes, que aquellos que sepan alcanzar un equilibrio sin ayudas serán más rápidos que los que usen estas, aun así, como arcade que es, esta diferencia es mínima, pero no cabe duda de quien disfruta más, siempre, el más osado.
Conductor no hay carretera, se hace trazada al conducir
Claro que a la hora de jugar conducir es importante, también lo es para que se conduce. The Crew nos propone un extenso catálogo de actividades, extenso y bastante variado, como se podría deducir por los tipos de coche que se pueden conducir. Obviamente, las carreras son un argumento manido de los juegos de conducción, no obstante, ante la propuesta multijugador, las carreras tienen otro tono. Pero no estamos en un juego donde progresamos en un campeonato clandestino de pilotos, seremos parte de una organización que usa esto como tapadera para llevar a cabo otro tipo de actividades delictivas, las cuales permiten que haya pruebas que supongan un desafío diferente para el conductor.
Pero no solo se trata de avanzar en estos eventos ligados a la historia o al multijugador, nuevamente recurrimos al mapa de The Crew para distinguir otros elementos que harán que constantemente recibimos estímulos y tomemos decisiones, como son las pruebas de habilidad dispuestas en el mapa, las cuales, in situ, nos retarán a diferentes habilidades, en cuya consecución, desbloqueamos piezas para mejorar el coche, pero que realmente suponen un estímulo constante a tener que enfrentarse a retos.
Ganar experiencia, tanto el piloto como el coche mejorarán de nivel
Podremos introducir ahora que existe un sistema de progresión de jugador que resulta muy amplio, si bien, los pilotos pueden ir ganando experiencia tras superar todas y cada una de las pruebas, los vehículos también ganarán su nivel en base a nuestra inversión y las piezas que se vayan desbloqueando. De este modo, podríamos asegurar que será tan relevante considerar el nivel del vehículo que el del piloto, si bien, gracias a este progreso podremos ir accediendo a más piezas, nuevos niveles de tuneo y misiones de todo tipo. Establecer este criterio de niveles es lo que sirve de filtro para no sentirse totalmente abrumado con lo que vamos encontrando en el mapa, y también, para limitar la evolución del vehículo para que lleguemos a los retos con un coche infinitamente superior y desequilibrar la experiencia.
Del mismo modo, a lo largo y ancho del mapa tendremos elementos que podrían catalogarse como coleccionables, si bien, algunos resultan interesantes de desbloquear, como son las antenas, o puestos de enlace de datos, que nos darán acceso a los puntos de interés y nos permitirán observar secciones del mapa que permanecen ocultas. En cada región, habiendo un total de cinco, existe un vehículo oculto, un vehículo que deberemos llevar pieza a pieza al taller para poder obtenerlo, del mismo modo, los puntos de interés sirven para conocer mejor la cultura e historia que algunos lugares de Estados Unidos tienen, además, ganamos experiencia y dinero.
No estamos solos
Pero uno de los aspectos más importantes y atractivos de The Crew es que su experiencia no es algo extenso porque sí, es un título que recurre al modo multijugador para que no se haga pesado en absoluto. Al continuo goteo de acciones que podemos llevar a cabo individualmente, se une una comunidad con el mismo propósito, ya que se trata de una experiencia ligada al multijugador de forma constante.
Hacía tiempo que no resurgía la idea de retomar un concepto de sandbox en la conducción que abordase el multijugador como complemento vinculado a la experiencia de forma directa. En todo momento tendremos una comunidad a nuestro alrededor, permitiendo formar equipo con hasta cuatro pilotos, con los que disfrutaremos todavía más. Los marcadores de otros jugadores aparecerán en pantalla, mostrando los más cercanos o relevantes, aunque si extendemos la vista al mapa, podremos observar que todo el mapa se encuentra cubierto de un montón de corredores que forman parte de esta congregación.
Cooperar resulta importante, pero compartir la experiencia de conducir por Estados Unidos es maravilloso
Y aunque no se puede retar in situ a un piloto para echar una carrera rápida, si que se puede observar que hay un hermanamiento entre pilotos, no obstante, no resultará extraño que algún desconocido jugador se nos acerque, nos siga, y de este modo tan atractivo, podamos desviar la atención de retos y objetivos, para simplemente conducir y disfrutar. Es más, la existencia de circuitos puede servir de referencia para coincidir con muchos jugadores que, sin recurrir a carreras concertadas, expresen su intención de superarte en ese trazado.
Pero en parte, The Crew dispone de un montón de misiones y carreras, y salvo alguna excepción, pueden ser compartidas para jugar en cooperativo, algo que se deja notar más cuando estas son misiones. La cooperación en misiones de captura, de huída, pueden ser fundamentales, ya que en ocasiones, escapar de matones o de la policía no resulta sencillo. Y es que estas IAs tienen algunas capacidades sobrenaturales a la hora de ser capaces de perseguirnos, su velocidad es extrema pese a que parezca imposible y, además, si consiguen chocarnos, pueden quedarse adheridos como si tuvieran un imán, frustrando la huída y haciéndonos fracasar. En cierto modo, este aspecto del juego puede resultar desagradable, ya que a las ilógicas aceleraciones de los rivales en una carrera, el tráfico también puede comportarse de forma errática y hacer cosas incomprensibles, giros inexplicables e incluso que se salgan de pista sin motivo. Es más, podría decirse que la IA está programada dentro de un script, pues pasar obstáculos y no perder tiempo, y si se ven ralentizados acelerar como alma que lleva el diablo con el único propósito de aumentar la dificultad le resta mucha gracia al mérito que tiene ir rápido en este juego.
La comunidad siempre está ahí, no solo por la esencia competitiva de los juegos de conducción, también están para cooperar, tanto en misiones de la campaña como en el ámbito multijugador con la introducción de facciones. Las facciones hacen referencia a los grupos generados de forma predeterminada en el juego para la comunidad, formando parte de ellos, compartir éxitos al llevar a cabo misiones. Estas misiones tienen un corte muy diferente a las pequeñas carreras o desafíos citados anteriormente, son carreras de largas distancias que pueden llevar al jugador a estar más de una hora conduciendo.
Conducir en grupo es algo insólito, y resulta especial
Pero a su vez, esta presencia de facciones que conlleva importantes recompensas, como un sueldo diario o una preocupación por nuestra reputación a nivel colectivo, ofrece también carreras JcJ, jugador contra jugador. Estas están ubicadas en determinados puntos dentro de las principales ciudades, dando así, acceso a diferentes carreras para competir contra otros jugadores, añadiendo así todas las opciones posibles en su multijugador, y suponiendo un aliciente para seguir disfrutando de The Crew y, pese a todo lo dicho, seguro que hay cosas que se quedan en el tintero, pero así, nos sorprenderemos gratamente.
Dando un motivo para conducir
Con todo esto, podemos concluir que The Crew es una iniciativa ambiciosa, un título a destacar y que puede llegar a todos por igual. Por un lado, su extraordinaria ambientación mezcla diferentes culturas ligadas al cine, películas de la saga A Todo Gas serán rememoradas en muchas ocasiones, así como recuperar algo de la esencia del tunning de la saga Need for Speed. El juego tiene una historia cuyo argumento es muy básico, pero que consigue introducir al jugador en la historia, consigue que el protagonista sea comprendido y desear que su venganza se cumpla, haciendo todo lo posible por él.
Pero es que este protagonista se introduce en el jugador, permitiendo que este quiera competir, demostrar a los 5-10 que es el mejor piloto que pueden encontrar, dando igual la disciplina, el tuneo o la categoría del vehículo. Es más, si The Crew hubiese incluído más vehículos, algo que harán mediante DLCs pero no es lo que debería, no nos importaría competir con todos ellos, sacarles el máximo de rendimiento y superar todos y cada uno de los innumerables desafíos que nos plantean, obtener oro en todas las pruebas de habilidad, recorrer una y mil veces todas las carreteras, pues, con ciertos retoques, la conducción puede ser más que adecuada, divertida. Pero también podemos reconocer que costará ganar dinero para obtener coches, de este modo, parece haberse buscado equilibrar este escaso catálogo, pues, ahorrar dinero para comprar todos los coches resultará una tarea ardua y jugar a un número de carreras exagerado.
Extenso, divertido, variado y multijugador, es un todo en uno en toda regla
Pero The Crew no es sólo una manera argumentada para introducirse en un rol y conducir, es un ecosistema con microclimas, un mapa extenso como pocos, preparado para ser descubierto sin bajarse del coche, para detenerse y contemplar puntos de interés, y disfrutar. Un desafío llevado a cabo, una extensión de terreno nunca vista, menos en este género, que además, puede compartirse, pues The Crew, es un juego vinculado al multijugador. Sin que resulte visualmente espectacular, pues más bien parece un juego más cercano a los cánones de la anterior generación, su rendimiento es lo que prima y han trabajado para que no destruya el producto que estaban desarrollando, como ya aconteció en otras ocasiones.
Asfalto, tierra, cesped, tanto por llanura, como por desierto o las calles de una gran ciudad, conducir es una pasión, disfrutar de la compañía siempre es un placer, formar un equipo y demostrar nuestra valía al volante de coches representativos, iconos históricos, monstruosos todoterrenos o exóticos superdeportivos. Podemos soñar con que The Crew sea el primero, porque es un título que permite pensar que en el futuro, todo esto puede ser mejor, pero no hace más que recordarnos, lo que podemos disfrutar gracias a él en este momento.
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Lo bueno
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- El mapa, es enorme y no está limitado por las carreteras y caminos
- La ambientación resulta atractiva y variada
- La variedad de desafíos, misiones y coleccionables
- El concepto de multijugador vinculado a la comunidad
- Llevar a cabo misiones en cooperativo
- Conducir, el límite y la duración lo ponemos nosotros
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Lo malo
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- Visualmente se nota desfasado
- La conducción a veces resulta impredecible y frustrante
- La IA se salta cualquier lógica para dificultar el juego sin motivo
- La historia se hace corta, se podía haber alargado sin esfuerzo
- El escaso catálogo de vehículos que dispone
- Problemas de sincronización que pueden afectar a la jugabilidad
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