De sopetón nos llega este título al que no pocos habrán jugado ya (PC, 3DS, XBOX360…) desde hace nada menos que 25 años. Y es que Giana Sisters: Twisted Dreams – Director’s Cut es otro por así llamarlo “refrito”, pero de los gordos. Y le tenemos que poner este calificativo porque es lo que se lleva haciendo con él desde hace ya mucho tiempo.
Un juego retirado del mercado por ser comparado nada menos que con la saga Super Mario y tachado de plagio descarado, Giana Sisters lleva el estigma ya demasiado tiempo. Tendremos que ser nosotros, los jugadores, los que determinemos hasta qué punto es plagio o no. Pero en el fondo nos da igual, lo reconocemos. La originalidad es algo que al parecer solamente los juegos indies (y no todos, por supuesto) nos pueden brindar, pasamos años y años jugando a juegos que son copia de una copia, que sorprenden poco, pero que si consiguen encajar estos elementos que han calcado de sus predecesores de una manera adecuada nos damos por satisfechos.
Giana Sisters: Twisted Dreams – Director’s Cut es un juego que, viendo el panorama actual del mundo del videojuego en el que el FPS reina con un rifle francotirador apoyado en el hombro, y sin aportar mucho en cuanto a esa originalidad, engancha de una manera salvaje.
Una Copia de una Copia de una Copia
Sin tener nada que ver con Urasawa Naoki, Giana Sisters: Twisted Dreams – Director’s Cut se nos antoja ya muy mascado. Llevamos muchos años jugando y las mecánicas de juego podríamos encajarlas en los plataformas más queridos de los años 80/90, no sólo respecto a Super Mario Bros, sino también a Sonic, Megaman y otros tantos títulos plataformeros tradicionales.
De hecho sus controles en cuanto los vamos probando, nos vamos acordando de estos títulos: hacer un barrido, en este caso en casi cualquier dirección, girar sobre nosotros mismos pudiendo planear, alternar entre mundos cambiando el aspecto de los niveles e incluso salientes inexistentes en uno u otro de estos mundos, puentes que se abren, lianas que antes no estaban…
Pero, y esto lo dice un no plataformero, ojo, cuando te das cuenta de la curva de dificultad que ofrece el juego, de lo cómodo que es poder caer sobre un enemigo que se encuentra a cierta distancia, el poder romper un bloque situado en una diagonal a nuestra posición y que en otros títulos lo veríamos imposible, no nos queda otra que dibujar una pequeña arruga en las comisuras.
Sí, Giana Sisters: Twisted Dreams – Director’s Cut es un juego jodidamente difícil. Y cuando me refiero a difícil lo hago porque de primeras me refiero a que de primeras me elegí un nivel bastante avanzado para ver de primeras de qué iba y me asusté. Así que decidí hacer el tutorial, algo muy poco español, no leemos ni las instrucciones del IKEA, ¿tutoriales? Fuck da pólice. Tras esto empezar por el nivel natural, que es el primero (genious), genera otro tipo de sensación, niveles más permisivos, menos enemigos que además se mueven con unas pautas más sencillas y por supuesto más lento, menos trampas en las que caer, una lógica de resolución de niveles más simple… la cosa cambia.
Y como es normal, conforme vas avanzando los niveles se van complicando, así que aunque nos deje jugar en otros mundos, comenzar por el de Hansel y Gretel es lo ideal, acabarlo y viajar al siguiente mundo es lo más recomendado, a no ser que te pases el Super Meat Boy usando un Galaxy Mini como pad y con los ojos vendados.
Una Historia que es más Excusa que Historia
Un dragón secuestra a nuestra hermana y tenemos que rescatarla. Fin. ¿Habéis visto? Me cabría en un tweet y podría hasta meter una imagen y un vídeo.
Sin saber ni cómo ni por qué, eso es lo que sucede. Sin saber ni cómo ni por qué tenemos que ir por los diferentes mundos luchando contra enemigos y destrozando bloques. Y sin saber ni cómo ni por qué, podemos pasar de una dimensión a la otra, una más colorida y floreada, la otra más oscura y tenebrosa, en la primera somos una punkarra macarra, en la segunda una ricitos de oro con pinta de no haber roto un plato… no sabemos explicar a qué viene todo esto. Supongo que acostumbrados a tener delante un juego que nos ha de meter en el papel del protagonista y no plantearnos siquiera la veracidad o no de lo que estamos jugando es un punto en contra a la hora de enfrentarnos a este título.
Paradójicamente en el mundo tenebroso, en el que los enemigos son la mayoría indestructibles (ya que también se transforman de simples polluelos gordonchos a diablos anoréxicos con pinchos) somos la parte “buena” del personaje cuya habilidad es la de planear girando sobre sí mismo. De la misma manera en el mundo de los globos y la fantasía somos la macarra anteriormente mencionada, que se lanza girando sobre sí misma envuelta en fuego destrozando a los enemigos y a todo lo que se ponga por delante.
Y como he repetido ya unas cuantas veces, sin saber ni cómo ni por qué.
Giana Sisters: Clavicordios y cuerdas de metal
Algo que gusta y mucho es el apartado sonoro. Cada uno de los niveles tiene su propio tema. Y de la misma manera que hemos comentado que podemos cambiar de dimensión, la música hace lo propio, ahora nos damos cuenta de qué manera y a qué se debe.
En el mundo tenebroso suena una melodía que se antoja clásica, mientras que si pasamos al plano del arcoíris, la misma melodía suena con instrumentos más propios del Rock/Heavy Metal. Hay que reconocer que este es uno de sus puntos fuertes y que no sólo vamos a cambiar de plano cuando lo necesitemos, sino además cuando queramos saber cómo sería la canción que estamos escuchando, ya sea clásica o metalera, en el otro estilo.
Y este estilo dual de música se lo debemos a Chris Hülsbeck y Machinae Supremacy, los cuales combinan a la par los temas de una manera impresionante.
Otro aspecto muy a agradecer es el apartado artístico, siendo los dos planos muy variados entre todos los niveles en los que tenemos que jugar.
Un old school adaptado a nuestros torpes pulgares
Si nos paramos a pensar, nos estamos echando a perder. ¿Alguno de vosotros se ha pasado un Strider? ¿Y un Ghouls ‘n’ Ghosts? Esos juegos eran la hostia, molaban sí, pero llegar a los últimos niveles sin duda alguna era todo un reto. En la actualidad pasarte un juego es simplemente echarle horas (no hablamos de Ninja Gaiden, no me fastidiéis el símil, hostia) y con un poco de ensayo error o aprovecharnos del entorno ya hemos llegado al boss final.
Gameplay del juego
Hasta en los propios Super Mario Bros y Sonic (siempre refiriéndome a los de finales de los 80 principios de los 90), habían fases que eran un auténtico quebradero de cabeza y motivo de pads con las esquinas rotas, ya no por la dificultad del propio nivel, sino por las mecánicas y las físicas del personaje que controlábamos.
No es un juego fácil, pero aprendes bien a manejarlo desde el primer minuto
En Giana Sisters: Twisted Dreams – Director’s Cut parece que nos echan un poco la mano para que no acabe dropeado en la librería de nuestra nube de XBOX ONE. Las físicas de nuestra protagonista están muy bien hechas, los enemigos, a pesar de ponerse muy pesados y asquerosos en niveles superiores, comienzan de una manera liviana, las trampas son relativamente fáciles de eludir. Claro que hay retos desde el momento 0, para ello tendremos que pasarnos los niveles “muriendo” menos de X veces, o cogiendo todas las monedas… perdón, anillos… perdón, cristales, quería decir cristales, sí.
Así que a diferencia de lo que podía pasar en el famoso Volgar, cuyas físicas dan un asco tremendo y que nos hace aflorar lo peor de nosotros cuando lo jugamos, Giana Sisters: Twisted Dreams – Director’s Cut es un juego con los controles y las físicas muy depurados, algo muy de agradecer para los que no nos mola comernos demasiado la olla.
Director’s Cut, pero Cut…
La verdad es que aportar más que en 360 no aporta mucho. Si bien es cierto que el apartado artístico y sonoro son de diez, no hay mucha mejora que podamos apreciar.
Ya le ponemos Director’s Cut hasta al chopped
Lo que sí que trae son otros niveles aparte de los del propio juego, referentes a Haloween y a navidad, unos cinco o seis, que la verdad, no son nada recomendables para comenzar, aunque tampoco son de lo más difícil. Además incluye otro nivel más, el Ascenso del Búho Supremo, no presente en anteriores versiones.
Así que siendo sinceros, si lo has jugado en 360, no creo que merezca la pena que lo vuelvas a jugar en One solamente por un nivel nuevo y por los extras que trae, pero vamos, es decisión de cada uno. Eso sí, para los que como yo, no lo habíamos jugado, es una compra obligada tanto si te molan los juegos de plataformas como si no, dado que puede ser un buen comienzo para ellos por la suavidad de la curva de dificultad y por unas físicas tan permisivas para este tipo de juegos.
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Lo bueno
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- Un apartado artístico fenomenal
- La dualidad musical, más de una vez cambiaremos de plano sólo para disfrutar de la música
- Plataformas «Old School»
- Adictivo como el que más
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Lo malo
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- Historia cause reasons
- Pocos extras, ya salió en Xbox 360
- Bebe mucho de plataformas tradicionales
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