Felix The Reaper, lo nuevo de Daedalic Entertainment y Kong Orange, y protagonista de este análisis, es posiblemente uno de los juegos de puzles más divertidos y originales del año. No solo ofrece un más que interesante reto mental para dar con la solución a sus problemas, sino que es su comedia musical lo que de verdad le aporta esa chispa de carisma que le siente tan bien a su propuesta bailonga.
Tras protagonizar uno de los momentos más recordados del pasado Inside Xbox, Felix The Reaper aterriza esta misma semana en Xbox One (17 de octubre) y lo hace con un lanzamiento simultáneo en Xbox Game Pass. Se trata de uno de esos juegos que encajan perfectamente con el espíritu de este servicio. Una experiencia fresca, divertida y apta para toda la familia.
La Muerte y La Doncella
El equipo danés comandado por Esben Kjær Ravn describe Felix The Reaper como un juego de comedia romántica sobre la vida y la muerte, y por muy chocante que suena a simple vista antes de ponerse a los mandos, no podría estar más de acuerdo con ellos. Los puzles no son más que el trabajo rutinario de Felix como segador de almas del Ministerio de Muerte, pero como cualquier pobre trabajador, él también tiene sus sueños y aspiraciones. Concretamente, aspiraciones amorosas.
Felix sueña con volver a encontrarse con Betty, el amor de su vida, pero el sistema no les deja estar juntos. Ella trabaja en el Ministerio de la Vida y cualquier relación sentimental entre el personal de ambas instituciones está terminantemente prohibida. Esta trama de amor es el hilo conductor de la narrativa, aunque se queda solo en eso. No termina de explotarse a nivel de historia durante el transcurso del juego, cosa que hubiese sido muy interesante teniendo en cuenta la índole de la premisa.
Más allá de esto, cada uno de sus cinco capítulos actúa a modo de pequeñas historietas de humor donde Felix, el fiel trabajador del Ministerio de la Muerte vestido de traje y con buena música en sus auriculares, va de aquí para allá bailando para reajustar algunas cosillas y que la situación acabe como está planeada, con algún muerto.
Danza macabra
A nivel jugable, Felix The Reaper es igualmente una sorpresa, ya que, aun siendo un juego de puzles, tiene un planteamiento muy peculiar. El escenario de juego recuerda a un tablero dividido por casillas donde nuestro rechoncho protagonista solo puede moverse por las celdas que están en sombra. Por eso de que a la Parca no puede darle el sol, y no te creas que es tan sencillo como parece.
El objetivo de cada nivel se resume en colocar un objeto concreto en un lugar determinado del tablero para desatar una consecuencia en la historieta. Para ello, será necesario tirar de ingenio para interactuar con los objetos y mecanismos del mapa, y mientras jugamos con la posición del sol para poder movernos por el escenario. Esta es, precisamente, una de las grandes novedades de su propuesta. Con un botón, seremos capaces de cambiar entre dos posiciones distintas del sol, lo que proyecta sobre el escenario sombras en distintas direcciones y a distintas alturas dependiendo de en qué objetos incida.
Es un concepto fácil de entender y manejar que ofrece más posibilidades jugables de las que cabría esperar. No es excesivamente difícil, pero sí nos hará pensar un buen rato y tirar del clásico ensayo/error hasta cogerle el truco a sus mecánicas. No es un juego demasiado largo si lo que queremos es completarlo rápido y dedicarnos a otro juego, algo que puede hacerse un par de tardes como mucho, pero fomenta la rejugabilidad de forma interesante
Cada episodio cuenta con hasta tres rondas de desafío y esto exige, por ejemplo, completarlo en un tiempo determinado, usando solo x ciclos de sol, recorriendo solo unas cuantas casillas o varias de estas cosas al mismo tiempo. Por lo tanto, no es tarea sencilla. Además, cada capítulo cuenta con una versión alternativa de mayor dificultad donde todo se maximiza, ya sea la complejidad del escenario o la cantidad de objetos y mecanismos con los que interactuar. Un modo de juego solo para expertos.
Bailando hasta que todo acabe
Felix The Reaper es de esos juegos a los que es difícil no tomarlos con cierto cariño porque resulta entrañable a nivel de diseños, conceptos y detalles. Desde el aspecto rechoncho y bonachón del protagonista, a esos diseños que parecen dibujados a mano alzada en plan boceto con el que presentan la historia o dan vida a las historietas.
Gráficamente es un juego muy sencillote, pero con diseños originales y graciosos en los monigotes y escenarios, que van desde la Edad Media a los años 80. Aunque la cámara a veces se hace un lío y no destaca técnicamente, hay dos puntos donde sobresale: en la iluminación (mecánica clave) y en las animaciones del bueno de Felix. Si no lo había dejado claro ya, sabed que Felix se mueve por el escenario bailando, y lo hace con distintos estilos y pasos capturados directamente de bailarines profesionales. Diría que es la principal seña de identidad del juego.
Pero la cosa no se queda ahí, como si de verdad jugáramos con un Walkman enchufado a los oídos, podremos tanto cambiar de canción, como subirle el volumen y ponerla a todo trapo. Y no hay pocas canciones donde elegir, precisamente. El acompañamiento musical es genial, uno de los apartados que más nos ha gustado de todo el juego.
Conclusiones
Felix the Reaper es francamente recomendable para casi todo tipo de jugadores. Su propuesta de juego de puzles musical es distinta a cualquier cosa que hayamos visto últimamente y desprende originalidad y buen rollo con cada paso de baile, pero al mismo tiempo no se relaja y su jugabilidad funciona. Las distintas situaciones te hacen pensar pese a su sencilla complejidad y, como decía, es una comedia romántica sobre la vida y la muerte en todos los sentidos de la frase que es difícil que no te deje un sonrisilla.
El hecho de manejar los auriculares de Felix, sus bocetos o una sección dedicada al trasfondo de la historia que explica cómo a lo largo de los años el concepto de La Muerte y La Doncella ha sido un recurso artístico y literario muy utilizado en diferentes culturas -donde lo más llamativo es que es información sacada de Wikimedia Commons- son detalles que nos recuerdan que los juegos los hacen personas normales y corrientes, cosa que a veces pasamos por alto. En este caso, un pequeño estudio danés que presenta uno de los juegos más originales y con más buen rollo del año.