El análisis de Nero es uno de los más difíciles a los que me he enfrentado. Es de esos juegos que no sabes cómo calificar, de esos que no sabes si ‘cascarle’ un 10 o no recomendarlo, un juego irregular, corto, técnicamente justito pero que te atrapa por un diseño original, un apartado sonoro muy bueno y un hilo argumental magistral.
Nero es una experiencia, el pequeño equipo italiano de Storm on a Tea Cup se estrena en Xbox One con un juego que no dejará a nadie indiferente, un juego diferente en consolas, de esos que abundan en PC y que tan buenas experiencias nos han brindado en compatibles. ¿Obra maestra o estreno fallido? Este es el análisis de Nero, una aventura mágica en Xbox One.
El viaje comienza
Antes de empezar a escribir me he quedado mirando la pantalla un rato. »¿Contextualizo el juego en este análisis o no?» Esa pregunta ha estado unos segundos en mis pensamientos y he decidido que no debo, no que no pueda, contextualizar el juego más allá de una simple explicación.
Somos un niño de cara negra y ojos color azul brillante con unas curiosas marcas a su alrededor que tapa su rostro y cuerpo, en ningún momento veremos sus manos, con una larga túnica con capucha. Llegamos en bote a una especie de cueva con un diseño a medio camino entre Avatar y Alicia en el País de las Maravillas y empezamos a avanzar por el escenario sin más texto o HUD que el que aparece en pantalla narrando episodios que parecen la vida de alguien.
Al poco de avanzar nos encontraremos con el personaje que veis en la imagen, alguien más alto y al que podremos mandarle que se sitúe en sitios estratégicos en contadas ocasiones y que siempre nos sigue, incluso de forma inquietante. La relación entre estos dos personajes se irá desarrollando a medida que avancemos por los diferentes niveles, desde la cueva al desierto, pasando por un mágico bosque o un inquietante hospital. Y, como diría aquel, hasta aquí puedo contar.
Nero tiene alguna virtud pero, sin lugar a dudas, su principal haber es la realista, misteriosa, inquietante y lúgubre historia que es capaz de desarrollar entre textos en pantalla y las esporádicas apariciones del narrador. Repito, la historia y la forma de contarla tocará la ‘fibra’ de más de un jugador no sólo por la historia en sí misma sino por la forma en la que la descubrimos y como pasamos de la casi total oscuridad, rota por las luces fluorescentes, hasta la luz, como si de un relato filosófico se tratase.
Y es que de filosofía va la cosa, de remordimiento, de todas esas sensaciones y sentimientos humanos que alguna vez en nuestra vida hemos experimentado. Podríamos debatir si Nero es un juego o no pero lo que está claro es que es una experiencia que os atrapará de inicio a fin. De hecho, con sus errores y todo, algo que comentaré a continuación, Nero es un juego que no sólo he jugado del tirón para hacer el análisis sino que lo habría jugado de igual forma de no tener que hacer otra cosa que disfrutar con él.
Luces y sombras
Ya he comentado el punto de mayor interés de la obra de este estudio italiano. Ahora toca hablar sobre la jugabilidad, el punto más flojo del título. Nero es un juego de puzzles sin embargo, Storm in a Tea Cup se ha olvidado de algo fundamental en los juegos de puzzles: ir complicando la experiencia y ofrecer al jugador un reto.
Y es que, Nero es un juego que ofrece tres tipos de puzzles. Por un lado tenemos los rompecabezas, si pueden llamarse así, necesarios para avanzar en la trama, bastante manidos y carentes de imaginación. Por otro lado tendremos las situaciones opcionales que nos darán una mayor profundidad en la historia y que si serán un reto mayor aunque, por desgracia, no mucho. Por último nos encontramos con el cubo final que bueno, superarlo es fruto de probar una y otra vez ya que las indicaciones y la lógica brillan por su ausencia en este último ‘puzzle’.
Además, la variedad de acciones que podremos tomar para hacer frente a los retos no es que sea muy amplia. Por un lado tenemos la posibilidad de lanzar unas bolas de luz que ‘resuenan’ al chocar contra algo. por otro lado podremos mandar a nuestro extraño compañero que se coloque en puntos estratégicos para accionar un mecanismo y podremos tocar paneles. La verdad es que poco más hay que hacer en Nero para superar los retos.
Otra acción que podremos realizar será la de correr manteniendo pulsado el botón RB. En realidad no lo soltaremos en todo el juego ya que, de hacerlo, iríamos a una velocidad que nos sacaría de quicio rápidamente.
Por último, además de los puzzles opcionales, tenemos una serie de fotografías diseminadas por los escenarios. En concreto serán restos de fotografías que debemos recoger y se irán uniendo para formar una sola foto, algo que ya hemos visto antes en Xbox One y que, la verdad, me gusta bastante porque va desgranando la trama.
Luces de neón
El apartado visual de Nero entra por los ojos, eso está claro. Su inteligente uso de luces y sombras, así como la paleta de colores, de más oscuro y chillón al comienzo a más monocromo y luminoso hacia el final de la aventura, hacen que Nero destaque por si mismo. El diseño de los entornos y los personajes, y la ejecución de las cinemáticas, son puntos exquisitos.
Sin embargo, hay algo que no es digno de un juego de Xbox One y son los constantes tirones o bajones de frame-rate, algo muy, muy destacado y que se nota, sobre todo, al cargar una partida. Da la sensación de que el juego tiene que ‘asentarse’ antes de empezar a funcionar medio bien. Y no es que sea nada exigente, no tiene sombras dinámicas, el AF no es exagerado, hay popping, hay numerosos jaggies… por lo que el motor Unity no debería resentirse.
Por otro lado tenemos una impresionante banda sonora, no por su calidad sino por su capacidad para llevarnos al mundo que Nero nos propone. El sonido es bastante bueno y habrá efectos, como los de agua al pasar por ciertas descripciones en el aire, que poco a poco entenderemos y que ayuda a introducirnos más en la fantasía del título. Eso si, está en completo inglés. El estudio italiano no ha incluido voces ni subtítulos en castellano, algo que echará para atrás a más de uno.
¿Veredicto?
Bien, como comenté al principio del texto es complicado lanzar una opinión sobre Nero ya que esta no gustará a todo el mundo. Si analizo el título como ‘juego’ está claro que suspende porque, básicamente, no es un juego. Sin embargo he decidido apostar por la opción que más me gusta: considerarlo como una experiencia. Y ahí Nero es muy bueno. Es un viaje, como puede serlo Dear Esther, Journey o Contrast, aunque éste último con unos puzzles más inteligentes.
Su diseño, el apartado audiovisual y la historia hacen que considere Nero como un título muy a tener en cuenta dentro del catálogo de Xbox One. Eso si, los 20€ que cuesta actualmente creo que no están justificados pero, cuando baje de precio será un juego más que recomendable. Y es que, el juego yendo a por algunos coleccionables me ha durado dos horas, algo menos, y no considero que sea rejugable, la verdad, ya que tiene algún camino aleatorio que puedes jugar si no avanzas demasiado en el nivel.
Eso si, más os vale saber inglés porque si no la experiencia se trunca por completo. La trama es el punto fuerte y, si no podemos entenderla por el impedimento del idioma, sinceramente, no debéis comprar Nero.
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Lo bueno
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- Ambientación, tanto visual como sonora, genial
- La historia es adulta interesante
- El diseño es muy bueno
- Son dos horas que disfrutaremos si entendemos inglés
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Lo malo
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- Puzzles anecdóticos y poco inspirados
- Elevado precio
- Si no sabéis inglés, este no es vuestro juego
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