La conducción es uno de los géneros más populares del mundo de los videojuegos desde los mismísimos inicios de la industria. Aunque a medida que han ido pasando los años las compañías han ido depurando cada detalle de sus juegos para acercarlos más y más a la realidad, otro tipo de propuestas totalmente distintas prefieren optar por la diversión alocada como base de su éxito. Eso es precisamente lo que ha hecho la franquicia Trials, que nació de forma modesta en el año 2000 como un juego de Java y que, poco a poco, ha ido creciendo hasta convertirse en una saga querida y respetada y que, en el día de hoy, suma un nuevo episodio que nosotros ya hemos probado.
Estamos hablando de Trials Rising, la nueva entrega de la serie de RedLynx y Ubisoft que, una vez más, apuesta por la locura, la diversión desenfrenada y lo inesperado para ofrecernos un videojuego repleto de contenido y que encandilará a todo tipo de público. Las acrobacias de este arcade de motos de cross tiene una gran virtud, y es que no hace falta ser un gran aficionado a los videojuegos de conducción para poder enamorarnos de las piruetas, los loopings, las caídas espectaculares o los desafíos a toda velocidad contra la inteligencia artificial, contra amigos o contra desconocidos de cualquier parte del globo. Acompáñanos para conocer más sobre Trials Rising.

Mantener el control de la moto es la clave del éxito.
Caídas por todo el globo
Es de recibo comenzar este análisis hablando del apartado jugable de Trials Rising, pues es una de las grandes fortalezas de la franquicia de RedLynx y en esta nueva entrega, como no podía ser de otra forma, vuelve a serlo. Y es que el videojuego publicado por Ubisoft tiene una peculiaridad muy interesante: son muy pocos los controles que tenemos que conocer. Acelerar, frenar y equilibrar la moto en el aire o en el suelo son los únicos conceptos que debemos tener claros para jugar, pero lo cierto es que la simpleza del control se torna muy compleja cuando queremos dominar los entresijos de esta brutal experiencia arcade, sacar el máximo partido a los niveles y conseguir los mejores tiempos.
Como se suele decir en estos casos, Trials Rising es muy fácil de jugar, pero muy difícil de dominar. Ya fue así en entregas anteriores y no iba a cambiar en esta nueva. La modalidad principal del título es un modo carrera en el que comenzamos siendo unos novatos y, poco a poco, vamos ascendiendo en el escalafón de los motoristas de trial. La aventura comienza en Estados Unidos con desafíos en solitario bastante sencillos. Incluso en estos primeros niveles conseguir el oro es una tarea factible para los recién llegados a la franquicia, pero eso cambiará con solo un par de horas de juego.
Lo cierto es que este modo de juego principal tiene desafíos de todos los colores y para todos los gustos. A los ya mencionados individuales, en los que la lucha contra el cronómetro es lo más importante, cabe añadir unos cuantos más. Tenemos la Universidad Trials, que nos enseña a dominar los conceptos más avanzados del videojuego y que nos ayudarán a convertirnos en los mejores del mundo. A ello hay que incorporar los patrocinadores, que no son más que personajes que aparecen en el mapamundi del juego para retarnos a completar nuevos desafíos en los que deberemos hacer diversas cosas: quedar en una posición determinada, completar el nivel en menos tiempo del indicado o todo tipo de particularidades que ayudan a enriquecer el juego.
Una vez que hemos completado suficientes desafíos de un mismo continente o región se desbloquean los desafíos de estadio, que son como la competición final del lugar. Allí debemos superar diferentes rondas acabando siempre en las posiciones delanteras para poder hacernos con los premios y la gloria. Finalmente, aunque no por ello menos importante, tenemos los desafíos de habilidad, que nos invitan a recorrer el mayor tiempo posible de un nivel sin tocar el suelo o a realizar diferentes maniobras espectaculares, todo para obtener mayores puntuaciones. El modo historia principal nos lleva por circuitos de todo el mundo (incluida la tomatina de Buñol en su paso por España), más brutales y sorprendentes que nunca antes en la franquicia.

Visitaremos todo tipo de sorprendentes y espectaculares lugares.
Diversión en compañía
Lo mejor de Trials Rising es que incluso aunque hayas completado el modo principal (que tiene mucho contenido y que, como siempre en esta saga te pica para conseguir el oro en todas las pruebas) sigue quedando contenido para muchísimas horas. Y es que tenemos un multijugador online para hasta ocho jugadores que es una auténtica locura. Podemos unirnos a partidas ya creadas por otros usuarios o incluso crear nuestro propio servidor privado para invitar a amigos de cualquier parte del mundo. Ubisoft y RedLynx, no obstante, no se olvidan tampoco de un multijugador cada vez más en desuso, de forma trágica a nuestro entender.
Estamos hablando del multijugador local. En esta ocasión Trials Rising nos permite, una vez más, jugar con hasta otros tres amigos en una misma Xbox One para poder retarnos en todo tipo de circuitos. Sin duda se trata de una forma magnífica de pasar una tarde llena de risas, piques y rivalidades. No sería justo hablar del enorme contenido de Trials Rising sin mencionar uno de los grandes alicientes de la franquicia: el editor de niveles. Se trata de una herramienta sencilla y práctica que nos permite crear nuestros propios circuitos haciendo uso de las opciones que ofrece el videojuego para que el título se convierta, ya sin ningún género de dudas, en uno infinito.
Nuestras creaciones pueden ser compartidas con la comunidad, del mismo modo que también podemos acceder a todas aquellas que la comunidad haya decidido compartir. En solo unos días ya tendremos a nuestra disposición miles y miles de circuitos nuevos, locos y espectaculares que disfrutar por si los originales se nos quedan cortos, algo que se antoja complicado. Lo que está claro es que es imposible aburrirse en Trials Rising, ya juegues solo, en compañía, conectado a internet o recluido en un lugar sin wifi. El videojuego de Ubisoft tiene elementos para divertirte durante centenares de horas.

Jugar en compañía, ya sea online o local, es uno de los grandes alicientes del juego.
Tuneando la moto
Cuando iniciamos nuestra andadura en Trials Rising se nos invita a crear un personaje de forma muy rudimentaria: tenemos que elegir género masculino o femenino y el tipo de voz que queremos que tenga nuestro personaje. La personalización es ínfima al comenzar el juego, pero se vuelve muy divertida a medida que completamos desafíos y circuitos. Y es que además de las recompensas que se nos otorgan por superar precisamente estos desafíos, cada vez que subamos de nivel en el juego se nos obsequiará con una caja de botín con tres elementos. Entre ellos podemos encontrar pegatinas para la moto, gestos para nuestro personaje o complementos visuales, ya sea para nuestro vehículo o para nuestro protagonista.
Hablamos de una personalización exhaustiva, pues en el personaje podemos modificar el casco, la chaqueta, la camisa, los guantes, la parte inferior y el calzado, así como los accesorios. Por su parte, en la moto podemos personalizar a nuestro gusto la llanta delantera, la llanta trasera, el tubo de escape, el faro, el cuadro, el carenado, el guardabarros delantero, el neumático delantero y el neumático trasero. Todo ello con el objetivo de hacer que tanto nuestra moto como nuestro personaje luzcan de forma diferente al resto de jugadores del mundo y podamos destacar entre ellos.
En este contexto Ubisoft ha aprovechado para incluir cajas de botín de pago con dinero real. No te preocupes, no otorgan ventajas competitivas, sino sencillamente accesorios para poder modificar lo ya comentado. Además, como hemos dicho, subir de nivel te otorgará cajas de botín gratuitas, de modo que hay muchísimas formas de ir consiguiendo todos los accesorios del juego sin tener que pagar ni un solo céntimo adicional al precio del videojuego. Visualmente no estamos ante ningún portento, pero tampoco lo pretende. Con mejoras para Xbox One X, Trials Rising prefiere impactarnos con la espectacularidad de sus diseños de niveles o con la complejidad de sus formas de avanzar en ellos, que siempre consiguen cogernos por sorpresa. Resulta sorprendente, eso sí, que por una vez haya llegado un juego de Ubisoft con voces en inglés. No es habitual en la compañía gala, pero tampoco influye demasiado en el juego.
Trials Rising es un nuevo éxito en la franquicia arcade de motos de cross. No le hace falta revolucionar el género ni su propia fórmula original para volver a funcionar como un reloj. La simplicidad de sus controles y la complejidad de dominar todos los aspectos lo convierten en un videojuego desafiante, siempre preparado para picarnos y que volvamos a intentarlo una vez más a fin de mejorar nuestro tiempo. En eso de hacer que el jugador sienta la necesidad de rejugar, rejugar y rejugar cada circuito esta saga tiene una habilidad especial y en Rising no es menos. Se trata de diversión en estado puro, y lo mejor es que su amplísimo contenido nos la asegura durante cientos de horas.