Plants vs. Zombies Garden Warfare 2 es la segunda entrega del juego con el que PopCap Games se aventuraron dentro del saturado terreno de los shooters en primer persona. Un juego que, a pesar de haber contado con sus carencias, supo cómo cautivar a una buena parte de los jugadores gracias a trasladar de una muy imaginativa forma el universo que habíamos conocido hasta entonces con el popular juego de estrategia, dando a la luz de manera directa a la que se ha convertido ya en una franquicia con personalidad propia, tan simpática y accesible como seria y divertida. Os contamos al detalle lo que nos ha parecido este regreso con nuestro análisis de Plants vs. Zombies Garden Warfare 2.
El nuevo patio de recreo
El primer gran cambio de Garden Warfare 2 lo encontramos nada más entrar en el juego. Y es que el clásico menú en el que elegir entre modos de juego y diferentes opciones ha sido sustituido por un mundo abierto, que aunque no es muy extenso, no solo nos sirve como nuestro propio patio mediante el que acceder a cada una de las diferentes opciones que nos ofrece el juego, sino que se encuentra integrado perfectamente con la narrativa del juego, que si bien no presenta una trama al uso ni una gran historia, sí que nos permite llevar a cabo algunas entretenidas misiones con cada uno de los personajes, que nos ayudarán a ir haciéndonos al control de todos ellos y, de paso, tener una excusa para explorar un mapa que guarda más secretos y rincones interesantes de los que cabría esperar a simple vista. Un primer cambio que resume bien la premisa de esta segunda entrega: más y mejor, pero también más divertido y variado.
En este patio tendremos una gran cantidad de tareas que realizar, y podremos recorrerlo tanto desde el punto de vista de las plantas como del de los zombies. En él haremos frente a algunas misiones principales que, si bien no suponen precisamente una gran revolución, sí que aportan algo más de variedad que las clásicas hordas o el ir de un punto a otro, sin grandes alardes. Mientras que también disponemos de algunas tareas alternativas, algo más básicas. Sin olvidarnos por supuesto de todos esos pequeños detalles esparcidos por el escenario. Además absolutamente todo lo que hagamos en el juego nos aportará experiencia con la que ir desbloqueando nuevas opciones. Una gran aportación a este respecto es la posibilidad de trasladar nuestros personajes de la anterior entrega a esta, para ahorranos así un poco de trabajo. Aunque, como decimos, el sistema de progreso en ningún momento llega a hacerse tedioso, y ese es uno de los logros de Plants vs. Zombies Garden Warfare 2. Además para esta ocasión también contamos con una serie de retos que podremos ir cumpliendo para acelerar aún más nuestro progreso.
Si hablamos de modos de juegos las posibilidades son enormes, más aún si tenemos en cuenta la fabulosa inclusión de la pantalla partida, una opción cada vez más anecdótica en los juegos actuales. Garden Warfare 2 es un título que opta por la diversión por encima de la profundidad, y la pantalla partida, que podremos usar en prácticamente todos los modos de juego, es un claro ejemplo de este hecho, permitiéndonos disfrutar del juego en compañía de amigos o de familiares.
La eterna rivalidad entre las soberbias plantas y los lelos zombies
Además de las clásica operaciones jardín y las tareas y misiones del patio que ya hemos comentado, la modalidad estrella vuelve a ser por supuesto el multijugador competitivo, en el que también encontramos cambios importantes e interesantes. Desde los modos de juego más clásicos, como la bomba gnomo, suburnation, o derrota confirmada; a absorción de territorios, que se convertirá en el estrella. En este último el objetivo será siempre el de ir conquistando una serie de objetivos, mientras al hacerlo vamos avanzando por el mapa hacia nuevas zonas al más puto estilo Bad Company. La diferencia entre cada partida es que dependiendo del escenario en la última zona deberemos realizar una tarea u otra, como sabotear la base rival o meter más goles que el rival. Además, unas veces nos tocará defender y otras atacar. Absorción de territorios resulta el modo referencia, el que mejor representa la esencia de este Plants vs. Zombies Garden Warfare 2. Es decir, es el más caótico y frenético, lo que lo convierte a su vez en el más divertido, pero también en el más desequilibrado, ya que se depende demasiado de si los compañeros se dedican a cumplir los objetivos o se limitan a contabilizarse muertes para su cuenta particular, lo que convierte al equipo atacante en el que más posibilidades tiene de perder por lo general.
Y hablando de desequilibrio, aún faltan por hacer algunas correcciones en algunos personajes, ya que tal y como están las cosas ahora mismo, las plantas se encuentran un escalón por encima de los zombies. Principalmente a causa de las nuevas clases, en las que en las plantas destaca por encima de todos una Rosa muy eficaz y fácil de usar (es habitual toparse con ejércitos de Rosas en cada partida), pero también un Pomelo bastante versátil. Por contra, en el bando de los zombies, mientras que en la pasada beta abierta el Zombidito resultaba una de las clases más poderosas del juego, ha pasado a convertirse en una de las más débiles y complejas a la hora de sacarles todo el provecho. En cualquier caso, a la cantidad de clases: a las cuatro ya existentes en cada bando se han sumado otras tres; tenemos que sumarles cada una de las variantes que hay por cada clase, lo que en total suma más de 100 personajes, lo que aporta la suficiente variedad como para que cada jugador encuentre su estilo de juego preferido sin necesidad de recurrir una y otra vez al mismo personaje. Aportando además más variedad a las partidas, tanto jugable como visualmente.
Por otro lado, la cantidad de mapas en los que jugar se ha multiplicado y contamos con un total de 12 escenarios de gran amplitud y llenos de detalles y rincones que nos obligarán a jugar una buena cantidad de partidas hasta conocernos cada uno de sus recovecos. Al ya de por sí nivel de caos que se forma en cada partida, debemos sumarle un buen nivel de destrucción que, sin llegar lógicamente al nivel de Battlefield, nos permite destrozar ciertas partes del escenario.
Simpático, colorido, gracioso y con una gran personalidad
Así, no solo nos encontramos con una gran cantidad de contenido nuevo en cuanto a personajes y escenarios, sino que el diseño de estos se encuentra aún más cuidado que en la anterior entrega. El humor, el carisma y simpatía que derrochan cada uno de ellos está más que asegurado, con plantas y zombies luchando en feroces guerras abiertas que se desenvuelven en todo tipo de escenarios, desde una especie de glaciar hasta la misma luna, en la que por cierto variará la gravedad. Destacando por encima de todos el cuidadísimo diseño de cada personaje, que dentro de la sencillez que emanan, mantienen un alto nivel de detalle tanto en sus aspectos como movimientos.
Al más cuidado diseño debemos sumarle un excelente rendimiento del motor gráfico, Frostbite 3, que mantiene el tipo en casi todos los momento a pesar de la amplitud de los escenarios y gran cantidad de elementos y efectos en pantalla. Sin ser el juego técnicamente más exigente de la generación, su mejoría con respecto a la anterior entrega se hace de notar y cumple correctamente con su propuesta. Por lo que no cabe pedirle mucho más en este aspecto, sobre todo si tenemos en cuenta también el buen funcionamiento de todos sus modos online, con soporte para hasta 24 jugadores simultáneos. Sonoramente la evolución no es tan significativa. Y aunque en cuanto a efectos y música el nivel es aceptable, quizás se podrían haber incluido por primera vez voces entendibles, más allá de los conocidos farfullos.
Por último, a nivel jugable Plants vs. Zombies Garden Warfare 2 resulta un título bastante continuista con respecto a su anterior entrega, y quizás esto sea lo más reprochable, ya que a pesar de la ingente nueva cantidad de contenido que ofrece, sus mecánicas vienen a ser similares a las que ya hemos visto en su anterior entrega. Algo que no es necesariamente negativo si estabais satisfechos con lo que ya ofrecía, teniendo en cuenta además que el gunplay se ha agilizado sensiblemente. Quizás sea un juego que no requiere del mismo nivel de compresión y dedicación para llegar a ser dominado que podría exigirnos otro tipo de propuestas multijugador, aquí no es necesario ser muy habilidoso ni dedicar infinidad de horas para lograr sacar algunas partidas buenas. Sin embargo, la gran cantidad de personajes invita a jugarlo de múltiples maneras, resultando algo diferente el modo de afrontar la batalla según a quién elijamos. Resulta aquí un elemento clave la necesidad de PopCap Games de realizar aún algunos ajustes en ciertos personajes que tienden a monopolizar las partidas, como la mencionada Rosa.
Cabe destacar que un juego en apariencia tan sencillo sea capaz a la vez de guardar en sí tanta personalidad, estando además inspirado de forma directa en otros títulos, de los que en ningún momento oculta su influencia, haciendo constantes guiños a ellos: el Z-Mech de Zombidito, cuyo uso y diseño es clavado al de los titanes de Titanfall, los modos de juego y el nivel de caos y aleatoriedad en las partidas que nos recuerda permanentemente a la saga Battlefield, constantes referencias a Call of Duty, y un largo etcétera en los que no solo se incluyen otros juegos, sino también películas o series de televisión.
Garden Warfare 2 tiene precisamente lo que a otras propuestas recientes, quizás más serias y profundas, les ha faltado, una enorme cantidad de contenido sin necesidad de recurrir a continuas actualizaciones ni pases de temporada, con las que en cualquier caso contará de forma gratuita. Además se trata de un contenido de calidad que nos incitará a dedicarle horas y horas para desbloquear todas las habilidades, personajes, y descubrir todos las sorpresas que esconde.
Conclusión
Plants vs. Zombies Garden Warfare 2 es una propuesta diferente de todo lo habitual, no tanto por sus fórmulas jugables como por su propio carisma. Un título fresco, divertido, necesario en el catálogo y que nos ofrece muchísimas horas de juego, aunque algo limitado en cuanto a profundidad, continuista con su anterior entrega y algo desequilibrado por el momento con respecto a ciertos personajes. Si perdonáis sus pequeños fallos y os apetece desconectar jugando a algo diferente, lo pasaréis bien con él, pero cuidado porque a pesar de lo desenfadado, los piques están más que asegurados. Todo el conjunto en general hace que merezca la pena, como mínimo, disfrutar de esas 10 horas de prueba incluidas en el servicio EA Access. Después de una primera entrega que no era capaz de quitarse de encima totalmente la etiqueta de “experimental”, tenemos ante nosotros una segunda parte que cumple perfectamente como tal.