En esta era donde los videojuegos han llegado posiblemente al punto más alto en valor de producción que conoceremos nunca, donde la industria del videojuego ha superado en algunos años en recaudación de dinero a la industria musical y a la del cine, es muy raro que videojuegos tan simples de elaborar sigan teniendo su público, videojuegos que literalmente en pocos minutos una persona con altas capacidades de programación pueda crear desde cero y finalmente lanzarlo en su última fase para que sea jugable por todo el mundo.
Fue Xbox 360 la primera consola de hace dos generaciones que decidió añadir catálogo clásico en forma de descarga para su consola. No sólo revolucionó las tiendas online de las consolas -en su momento exclusivas de PC-, sino que además videojuegos como Golden Axe, Dig Dug, Joust o Comix Zone pudieron ser jugados de manera oficial en «la pantalla grande» gracias al Xbox Live Arcade, con logros incluidos e incluso multijugador online, haciendo que estos videojuegos gozasen de la mejor versión posible hasta la fecha.
Antstream Arcade y su intento de revolucionar el juego competitivo en Xbox
Como podéis ver en este tráiler, Antstream Arcade engloba una serie de videojuegos clásicos de 8, 16 y 32 bits a un servicio y le añade multijugador en línea, marcadores a nivel mundial, desafíos semanales, torneos semanales, desafíos de comunidad y quizás por primera vez en uno de estos servicios, videojuegos pertenecientes a otros géneros como las aventuras gráficas y Simon The Sorcerer (1993) que es un videojuego que nunca había salido de PC y podremos jugar desde nuestra Xbox.
El contenido no es precisamente poco, estamos hablando de más de 1.300 videojuegos clásicos a tu disposición con todo esto, incluyendo logros de Xbox, haciendo que sea un servicio a tener en cuenta y que sólo podrá jugarse actualmente desde Xbox. Para quienes buscan desafíos importantes y liderar los marcadores a nivel mundial, Antstream Arcade puede ser todo lo que han estado buscando desde hace años.
Y es que, es evidente que todo jugador se lo pasa muy bien con cualquier videojuego que esté dispuesto a disfrutar, ya sea sencillamente «echar unos tiros al Online» de cualquier Call of Duty, Battlefield o Shooter que esté de moda, o relajarse en Minecraft sobreviviendo a la noche y construyendo su pequeño refugio. Algunos otros buscan conseguir el 100% de logros de un videojuego sin importar lo difícil o largo que sea y así mejorar su Gamerscore (su puntuación G en el perfil de su cuenta) y otros disfrutar de una aventura gráfica, novela gráfica o aventura gráfica moderna, conocida coloquialmente como «película interactiva», entre los que podemos incluir la saga The Dark Pictures Anthology o propuestas más modernas y menos interactivas si cabe, como Late Shift o She Sees Red, este último videojuego ruso, por cierto, sólo dura unos 30 minutos, pero no está nada mal.
Pero ahí siguen siempre vigentes los videojuegos recopilatorios de clásicos. Tenemos las Vintage Collection de SEGA, los videojuegos remasterizados, los Remake como el último de Flashback, precuela de su recientemente estrenada segunda entrega Flashback 2 y también tenemos videojuegos clásicos reimaginados como Tetris Effect Connected donde podremos jugar con más gente al clásico de 1984.
Además de esto, SEGA ha anunciado en este pasado Game Awards lo que tienen planificado para el futuro más cercano: Remakes de muchos de sus clásicos más populares, desde Golden Axe y Shinobi hasta Crazy Taxi y Jet Set Radio. También han dicho que habrá más sagas que recibirán un Remake, así que nos viene una nueva oleada de videojuegos Remake de clásicos retro.
El arte de la sencillez
Quizás venga de ahí todo. Quizás un videojuego tan simple como Pong no despierte pasiones actualmente, pero con un par más de variantes, como puede ser Pac-Man o Tetris, sin ser especialmente complejos sus conceptos, puede que susciten a muchos jugadores, viejos y jóvenes, cosas que videojuegos de alto presupuesto con gráficos fotorrealistas no consigan hacer. Y es que, ni siquiera hay que hacer gráficos especialmente elaborados o bonitos, sencillamente con bastaría cos gráficos de aquella época, pixelados y dando lugar a la imaginación para perfilar un dibujo de cada cosa que vemos en pantalla.
Quizás esta es una de las razones por las cuales Dragon’s Lair, Space Ace y otros videojuegos de Ralph Bakshi triunfaron en su momento pero luego durante décadas dejó de hablarse de ellos. Sin lugar a dudas los videojuegos con gráficos más avanzados para la época, haciendo que jugásemos literalmente con gráficos de dibujos animados, en una época en la que tuvimos que esperar casi diez años para tener Prince of Persia, The Secret of Monkey Island, Karateka, Heart of China y Another World, siendo los máximos referentes gráficos de sus años de lanzamiento pero estando muy lejos de la grandeza de Dragon’s Lair en este sentido.
Aunque no lo creas, esto son gráficos in-game de Dragon’s Lair, y el videojuego apareció en Arcades en 1983 ¡Muy adelantado a su tiempo, sin duda!. Dragon’s Lair fue el primer videojuego de QTE (Quick Time Events) de la historia, y tardaríamos casi 20 años en volver a verlos en videojuegos como Shen-Mue de Dreamcast o Danger Girl de PlayStation, y más tarde verlo adaptado en otros géneros para momentos especiales y únicos, como hace Ryse: Son of Rome por ejemplo.
Antaño, en foros de internet, algunos afirmaban que los QTE son «la anti-jugabilidad» por dar una interacción vacía y artificial. Puede ser cierto, pero también es cierto que según el contexto de la escena, pueden resultar tremendamente motivadores y especiales de jugar, como cuando pulsas varias veces el botón para aguantar la tortura en Metal Gear Solid (disponible actualmente individual aquí o en la Master Collection) o en los combates finales de Kingdom Hearts II, entre muchos otros que podríamos mencionar.
El resurgir del pixel-art
Teenage Mutant Ninja Turtles: Shredder’s Revenge es uno de esos ejemplos de videojuegos nuevos con pixel-art, que tienen toda la esencia de los juegos clásicos pero han sido creados desde cero. Como ocurre como Terence Hill and Bud Spencer: Slaps and Beans y su segunda parte del estudio italiano Trinity Team, donde el famoso dúo de películas durante décadas entran en varios escenarios de sus obras mientras nosotros como jugadores nos liamos a porrazos contra un buen puñado de enemigos random. Todo muy gracioso y sin sentido, y especialmente perfecto si eres fan de Bud Spencer y Terence Hill.
Pero hubo muchos videojuegos más hace un par de generaciones, de nuevo, en Xbox 360, que empezaron a añadir el Pixel-Art en sus videojuegos modernos, jugándose el tipo en cuanto a ventas y repercusión, pero finalmente todo ha salido bien, dando así oportunidad a muchas otras empresas pequeñas de realizar sus videojuegos.
Lo cierto es que esto empezó con Xbox 360, pero ha conseguido su punto más alto en Xbox One y ahora Xbox Series S|X, y a título personal quien suscribe debe deciros que es una de las mayores razones por las cuales mi respuesta es siempre la misma cuando me preguntan por la mejor generación de consolas que se haya visto. En Xbox One tenemos videojuegos intergeneracionales de Xbox 360 y de Xbox Series S|X, además de clásicos de Xbox y finalmente muchas colecciones de videojuegos retro y clásicos. A eso añadimos sus videojuegos propios, y tenemos la maravilla de generación que hemos vivido desde el 2013 hasta la actualidad, empezando quizás un poco antes, desde el 2011 si contamos el resurgir de ciertos videojuegos remasterizados, algunos remakes y otras tantas colecciones de videojuegos retro. Encima, si empezamos a «trastear» la consola, podemos instalar Windows y emuladores de todas las consolas del 2005 hacia atrás, por lo cual el catálogo que podemos tener es incontable.
En cualquier caso, lo que creíamos que sería una moda pasajera, al final se ha convertido en una propuesta más que decente para los estudios, que nos han brindado auténticas obras maestras como Celeste, Crossing Souls (actualmente de oferta aquí) o Undertale, y es algo que si nos lo hubiesen dicho en 2008 seguramente no habríamos puesto las manos en el fuego por que se hubiese vuelto tan popular. Creemos que pasarán muchos años hasta que los videojuegos hechos de esta forma tan antigüa vuelvan a ser olvidados, porque es una segunda juventud la que estamos viviendo.