Parece que el regreso de Los Cazafantasmas no ha tenido la aceptación esperada, tanto en el cine como entre los videojuegos. La noticia llegaba como un jarro de agua fría, pues se habría dado a conocer la situación económica de Fireforge Games, la desarrolladora encargada del último juego de Los Cazafantasmas, que apenas hace unos días vio la luz en Xbox One. Según parece, no solo es por los resultados obtenidos con el juego, otros condicionantes podrían haber agravado la situación económica del estudio adherido a Activision, como sería un supuesto fraude y un incumplimiento de contrato.
Fireforge Games fue creada por un ex-miembro de Blizzard, Tim Campbell, tuvo en su origen una serie de proyectos fallidos, vinculados a los MOBA que emergían en 2011, y que pareció recuperarse con su segundo proyecto, Atlas, financiado por Tencent, que logró recaudar 11.3 millones de dólares. Pero los problemas se han acrecentado con la llegada de su último proyecto, como hemos dicho, vinculado a Activision. Tal como ha concretado Kotaku, dadas las circunstancias, el estudio habría entrado en un estado de bancarrota por varias sanciones que se han visto agravadas por la escasa aceptación del juego de Los Cazafantasmas.
Pero a eso se le habría añadido una denuncia por parte de una empresa de Singapur, Min Productions, con la que Fireforge Games se encontraba inmersa en un proceso legal, a causa de su primer MOBA fallido, con el que también parece que incumplieron un contrato. Además, según parece, parte del dinero que se defraudó en aquel caso, habría sido usado para poder sacar adelante el proyecto con el que vio la luz Atlas. De forma que la situación de Fireforge Games es, cuanto menos, delicada.
Veremos en que acaba todo esto, pero no parece que, dadas las circunstancias, vayan a poder salir airosos de tanta demanda, acusación y malos resultados.