»Cada Xbox One será un kit de desarrollo», algo así se dijo y, aunque aun no se ha llegado a eso, Microsoft ha afirmado que los desarrolladores podrán utilizar consolas Xbox One retail como kits de desarrollo. Esto significa que una consola que compren en la tienda, como cualquiera de nosotros, podrá ser utilizada como consola sobre la que testear software.
Aunque, claro, no os imaginéis que servirán para hacer juegos, ya que la intención es que, gracias a Windows 10, se puedan testear aplicaciones (también juegos) hechas para dicho sistema operativo, compatible como sabéis con Xbox One.
Es un paso más para ayudar a las desarrolladoras a probar ciertas ventajas del sistema anunciadas con motivo de la compatibilidad entre sistemas gracias a Windows 10, como el cross-play y cross-buy mediante la aplicación Xbox.
Esta funcionalidad se desbloqueará a partir de la segunda mitad de este 2015, veremos en qué beneficia a las compañías y, sobre todo, lo que nosotros percibamos.