Hace una semana recibimos con una gran sorpresa la noticia de que Meta (o Facebook, antes de su cambio de nombre) aumentaba en 100€ el precio de las Meta Quest 2, su dispositivo de realidad virtual autosuficiente, que funciona casi como una consola. Ha resultado un caso especialmente sorprendente, ya que prácticamente podríamos contar con los dedos de una mano las veces que un producto de hardware similar (como consolas) ha subido de precio, en lugar de reducirse. No obstante, la escasez de componentes que asola a la industria y la creciente inflación parece haber forzado la mano de Meta en este caso, forzándoles a este aumento de precio.
Esto ha llevado a que desde Bloomberg se pongan en contacto con las principales plataformas de videojuegos para confirmar si plantean subir el precio de sus consolas, especialmente en el caso de Japón, donde además de todo lo mencionado, el valor del yen se encuentra en uno de sus mínimos históricos. Respecto a esto, Microsoft «no hace comentarios» respecto a si subirá el precio de Xbox Series X/S.
Microsoft «no hace comentarios» respecto a si subirá el precio de Xbox Series X/S
Estas declaraciones han sido similares a las realizadas por Sony al respecto, donde tampoco han querido «mojarse» con una declaración. Nintendo ha sido la única que ha asegurado que no subirá los precios de su hardware en Japón, aunque hay que destacar que su caso es muy diferente, ya que la compañía nipona vende su hardware con un margen de beneficios considerablemente mayor al de Microsoft y Sony, que han vendido hardware a la pérdida a lo largo de los años.
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De forma realista, la situación de Microsoft es muy diferente a la de Meta, y sería muy extraño que llegaran al punto de tener que subir el precio de sus consolas, tanto en Japón como en el resto del mundo. Se estima que Meta vendía sus Meta Quest 2 a un índice de pérdida muy alto, y es además un mercado mucho menos extendido que el de las consolas, por lo que además los beneficios que obtuvieran por la venta de software serían considerablemente menores que los que consigue Microsoft con la venta de juegos y subscripciones de Xbox Game Pass. No obstante, las consolas se venden a la pérdida o con márgenes de beneficios muy ajustados, y en una situación económica tan delicada como la que vivimos, nunca se puede descartar la posibilidad de un (entendible) aumento de precio en hardware.