Durante la conferencia de Microsoft en el E3 2018 del pasado domingo, Phil Spencer confirma sobre el escenario que la nueva Xbox ya se encontraba en producción entre los equipos internos de la compañia. Algo que ya se podía intuir, pero igualmente sorprendió una confirmación tan temprana. Con el rumor de que la próxima Xbox, llegue en 2020, motivada por la salida de PS5, Spencer asegura que este anuncio tuvo lugar para demostrar a los jugadores el compromiso que tiene Microsoft respecto a la marca Xbox, el futuro de las consolas de sobremesa y la industria del gamming en general.
Phil Spencer, vicepresidente ejecutivo de videojuegos de Microsoft, tuvo la oportunidad de participar en el live stream de GiantBomb para una entrevista en la que dió algunas pistas muy interesantes del camino que podrían tomar los ingenieros de la compañía a la hora de dar forma a la próxima Xbox.
«Estamos bastante abiertos sobre algunas cosas … Si ves lo que estamos haciendo ahora con Xbox One, verás que hemos introducido la tasa de refresco variable, hemos agregado la capacidad de soportar altas tasas de imágenes por segundo. Creo que la velocidad de cuadros (FPS) es un área donde las consolas pueden hacer más, en general.
Cuando observas el equilibrio entre CPU y GPU en las consolas de hoy en día, está un poco fuera de sintonía con respecto a lo que está en el lado de PC.»
Si echamos un ojo a los componentes, observamos como la CPU de las consolas de hoy en día son mucho menos potentes de lo que deberían ser respecto a las capacidades de la GPU. Recordemos que las consolas de sobremesa, tanto Xbox One, como PS4, montan una APU Jaguar de AMD de gama media-baja de 2013, lo que supone claramente un lastre para el desarrollo de los juegos más exigentes del momento.
Por lo pronto, tendremos que esperar para ver cómo resuelve Microsoft su próxima consola, pero, definitivamente, que el equipo quiera solventar esta brecha es una buena noticia.