Tras su paso por el E3 2019 mostrando su primer gameplay, Star Wars Jedi: Fallen Order ha sido objeto de polémica por la revelación de que el sable láser que nuestro protagonista usará en el título de Respawn Entertainment desmembrará a robots y a otras criaturas, pero no a enemigos humanos. El diseñador del juego Justin Perez habló hace unos días con IGN y señaló que se trataba de una decisión creativa para evitar que la obra sea de violencia extrema y poder comercializarlo con el PEGI 12 (calificación Teen en Estados Unidos). Sin embargo, ahora el portal norteamericano ha podido obtener nueva información a este respecto.
Tal y como dos periodistas del mencionado medio han explicado en un vídeo, la culpa de que los humanoides no puedan ser desmembrados en Star Wars Jedi: Fallen Order es de Disney, que es la propietaria de la marca Star Wars. Para corroborarlo se han puesto en contacto con Tatyana Drewry Carvin, artista de historia en la séptima temporada de The Clone Wars. Estas han sido las palabras de Carvin acerca del tema: «Una de las reglas que nos dieron fue que siempre ocultáramos el corte en caso de decapitación. Y que nunca enseñáramos sangre. El calor del sable de luz supuestamente cauteriza la herida instantáneamente».
Lo que sabemos de Star Wars Jedi: Fallen Order tras el E3 2019
Así las cosas, la cauterización es la excusa para eliminar cualquier rastro de sangre de los últimos productos de la franquicia Star Wars, entre los que se incluye Star Wars Jedi: Fallen Order. De hecho, Justin Perez también hizo referencia en esa misma entrevista a lo de ocultar las decapitaciones y desmembramientos, que solo estarán presentes en momentos concretos de la historia del videojuego de Respawn Entertainment y Electronic Arts.
Recuerda que Star Wars Jedi: Fallen Order llegará el próximo 15 de noviembre de este mismo año a Xbox One, así como también a PlayStation 4 y PC. A pesar de haber eliminado la violencia más extrema, desde Respawn ya se ha hecho saber que su nuevo título de acción y ciencia ficción no será para nada fácil.