En las últimas horas una creciente polémica ha aparecido con el acuerdo firmado entre Capcom y Sony por Resident Evil 8 Village, según el cual la compañía japonesa aseguraría que la versión de PlayStation 5 está al mismo nivel que el resto de versiones de consola, lo que supuestamente limitaría el rendimiento de la versión de Xbox Series X.
Sin embargo, esta no es la única polémica que ha surgido al respecto con el acuerdo alcanzado por las dos compañías. Desde varios medios se ha asegurado que entre las condiciones que se incluían en el contrato que ha aparecido en redes sociales, se ha venido diciendo que Sony ha establecido una cláusula anti-Game Pass con Resident Evil 8, pero ¿Es realmente una cláusula que impida la llegada del juego al servicio de Microsoft o es otra cosa?
¿Qué es la cláusula anti-Game Pass?
Para responder a esta pregunta, primero es necesario poner en contexto la situación. En las últimas horas se ha filtrado el documento que recoge el acuerdo alcanzado entre Capcom y Sony por Resident Evil 8, el cual incluye una serie de cláusulas como la que, supuestamente, limitaría el aspecto gráfico de la versión de Xbox Series X.
No obstante, la cláusula de la que venimos a hablar el día de hoy tiene como protagonista a Xbox Game Pass y otros modelos de suscripción de videojuegos. Recogida en el punto 1.9, la cláusula llamada «Servicios de suscripción», que viene a establecer lo siguiente en su punto primero.
Durante el período de vigencia, el Editor no autorizará, ayudará ni alentará a ningún tercero a incluir el Juego en ningún servicio de suscripción de la Plataforma Competitiva que compita con cualquier Servicio de Suscripción de PS, incluidos, entre otros, las suscripciones de Google Stadia Pro, el servicio de suscripción de Microsoft «Xbox Live Gold», «Project X Cloud» o «Game Pass» u otro servicio de suscripción similar de la Plataforma Competitiva
Atendiendo a estas palabras, todo parece indicar que el acuerdo alcanzado entre Capcom y Sony impedirá que los usuarios de Xbox, Google Stadia y otros servicios puedan disfrutar de Resident Evil 8 mediante cualquiera de sus servicios de suscripción, aunque, y esto es lo importante, la cláusula no acaba en este punto primero.
De acuerdo con lo establecido en el punto segundo de la cláusula citada, «Durante un período de un (1) año tras el lanzamiento del Juego en las Plataformas PS («Ventana de Negociación Exclusiva»), los Afiliados de SIE tendrán el derecho exclusivo de primera negociación y última decisión para incluir el Juego dentro de PS Plus, PS Now y cualquier servicio de suscripción similar ofrecido por los Afiliados de SIE en las Plataformas PS«.
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Es decir, la citada cláusula anti-Game Pass no es realmente una cláusula que impida que Resident Evil 8 pueda estar en los servicios de suscripción de Microsoft o de otros publisher como Google, sino que simplemente es un acuerdo de preferencia, mediante el cual Sony se guarda la preferencia en la negociación para incluir el título en sus propios servicios como PlayStation Plus o PlayStation Now durante el plazo de 1 año.
De hecho, el punto tercero de la cláusula, establece que «Una vez expirado el plazo de negociación exclusiva, el Editor podrá negociar con otras Plataformas competitivas de forma no exclusiva el derecho a incluir el Juego en el servicio de suscripción de una Plataforma competitiva, siempre y cuando el Editor haya ofrecido primero a las Filiales de SIE la oportunidad de licenciar el Juego para su inclusión en los Servicios de suscripción de PS.»
Por tanto, ¿nos encontramos ante una cláusula anti-Game Pass? Sí y no. Lo cierto es que Sony ha limitado que Resident Evil 8 pueda llegar a otros servicios de suscripción diferentes de los suyos propios, pero no ha sido una prohibición expresa (más allá del acuerdo de exclusividad de 1 año) que impida que el título pueda llegar a Xbox Game Pass, sino más bien la posibilidad de asegurarse la preferencia de negociación en el supuesto de que alguna de las compañías competidoras se interese en incluir en título en sus servicios.
En conclusión, estamos ante un acuerdo comercial parecido a los visto con las exclusividades temporales, pero con la única diferencia que en esta ocasión, en lugar de afectar a la plataforma a la que pueda llegar, afecta a los servicios de suscripción, guardando un derecho de preferencia para incluir el juego en los servicios propios de Sony antes que en los de sus competidores.
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