La desarrolladora Frogmind lanzará el 29 de mayo en Xbox One una aventura de acción en scroll lateral cuyo gameplay está basado en físicas. Dicha aventura, tendrá lugar en un bello aunque siniestro bosque, donde tomaremos el control de una criatura con la que deberemos atravesar y sobrevivir a una ingente cantidad de trampas, rompecabezas y obstáculos imaginativos mientras intentamos salvar a los de nuestra especie durante nuestra ardua empresa. Este es el Análisis de Badland: Game of the Year Edition.
El Ataque de los Clones
En Badland: Game of the Year Edition encarnamos a Clony, un extraño ente volador que tendrá que abrirse paso con habilidad y rapidez a lo largo y ancho de un centenar de niveles, cuya curva de dificultad irá en progresivo aumento. Durante el transcurso de tan magna odisea, trataremos de salvar las vidas del mayor número posible de compañeros, puesto que Clony podrá multiplicarse un sinfín de veces si a su paso recoge una especie de esporas de distinto tamaño repartidas por los escenarios.
Controlaremos a estos clones como a nuestro protagonista y serán de total necesidad, ya que para llegar al final de muchos de los niveles, necesitaremos activar una serie de interruptores y pasar a través de diferentes caminos a la vez. La mayoría de estos clones perderán la vida irremediablemente para que Clony llegue a su destino, pero si tenemos la suficiente destreza, podremos ser capaces de salvar a una gran parte de ellos.
Hay que tener en cuenta que no tendremos ni un solo respiro en Badland, dado que se avanzará solo en una dirección creándose un implacable camino de sentido único que se ira cerrando tras nosotros, por lo que los clones más rezagados o nosotros mismos si no nos damos prisa, nos veremos engullidos por el mapa. En la mayoría de escenarios, esto no será tan problemático porque el juego tendrá checkpoints cada cierto tramo recorrido, por lo tanto, no tendremos que empezar los niveles desde el principio.
Si el cabeza de grupo es atrapado por la parte izquierda de la pantalla, perderemos a todos los clones que llevábamos en su momento antes de comenzar de nuevo desde el punto de control.
El Bosque Maldito
Badland hace gala de una exquisitez visual abrumadora, simple, pero eficaz. Nos transporta a una especie de preciosista bosque, donde exceptuando el colorido fondo, todo está tras una sombra, todo es oscuro, pero se palpa la vida y como no, el latente peligro.
El camino de Clony estará plagado de trampas y puzles de todo tipo, desde gigantescas sierras circulares, enormes bolas colgantes, desprendimientos de rocas, pasando por minas, engranajes que nos aplastarán, plantas punzantes, torretas que nos disparan tanto proyectiles normales como explosivos, semillas que se quedarán impregnadas en nuestros clones y dificultarán su movimiento, y para colmo, también habrá cañones láser infranqueables que acabarán con nuestras criaturas una detrás de otra. Mención aparte para las múltiples bifurcaciones sin salida, portales que nos pueden hacer caer en un mal sitio o en un mal momento, o los falsos interruptores que solo nos pondrán las cosas aún más difíciles si cabe.
Tendremos que desarrollar nuestro ingenio y habilidad a los mandos para desactivar, inutilizar, esquivar o usar en nuestro favor cada una de estas adversidades que se interpondrán entre Clony, sus iguales y la ansiada salida de cada nivel. Pero tranquilos, para superar todo esto tendremos a nuestra disposición una serie de powerups repartidos por el escenario que nos otorgarán habilidades únicas y especiales sin las que sería imposible avanzar hasta el siguiente desafío.
Encontraremos potenciadores que nos harán cambiar de tamaño, lo que servirá para ejercer más presión sobre obstáculos, barreras o interruptores que lo necesiten y para pasar por estrechos caminos sin problemas. Con otros podremos rodar con rapidez -no siempre en el mismo sentido-, nos volveremos pegajosos o rebotaremos más de lo normal en las superficies. También seremos capaces de aumentar la velocidad o reducirla en plan tiempo-bala, además habrá diferentes tipos de portales con los que podremos cambiar de forma o interruptores cuya función será la de cambiar la gravedad de los objetos que nos rodean. Aunque cuidado, ya que algunos de estos powerups estarán colocados estratégicamente para engañarnos, como por ejemplo poner un potenciador de crecimiento delante de un camino estrecho y varias situaciones por el estilo.
Hasta que se ponga el sol
Las fases de Badland: Game of the Year Edition están repartidas en dos «días», más otros dos más desbloqueables. Tanto en el Día 1 como en el Día 2, nos enfrentamos a 40 niveles -80 en total- repartidos en Amanecer, Mediodía, Anochecer y Noche. Como es de esperar el colorido del mapa irá cambiando así como los obstáculos que nos encontremos y su dificultad. Dentro, se intercalaran algunas fases que son prácticamente carreras, donde solo tenemos una oportunidad para terminarlas, es decir, no tendremos derecho a los puntos de control citados anteriormente. Estos niveles suelen ser muy rápidos y complicados, ya que tendremos que ir haciendo un esquema mental del mapa para poder terminarlo de una sentada, ya que os aseguro que en la mayoría de ellos tendréis que reintentarlo en más de una ocasión.
Al terminar los niveles del Día 1 y Día 2, se desbloquearan respectivamente dos fases adicionales, Día de Ensueño y Día del Juicio. Estos solo constarán de 10 niveles cada uno, pero son más largos y más difíciles, todo un reto, sobre todo el Día del Juicio, que es a mi parecer, el capítulo más oscuro y complicado de Badland.
Cuando acabemos los niveles siempre podemos volver a repetirlos, ya que también están las llamadas misiones -siendo un total de 300-, que van desde acabar el desafío salvando X cantidad de clones, terminar el nivel en X intentos o ser capaces de recoger todos los potenciadores del escenario antes de encontrar la salida.
Día del Juicio
Badland es un juego estupendo, que bebe de títulos como Limbo por su estética y puzles, Flappy Birds por las mecánicas de vuelo y algún nivel calcado, e incluso Portal -ya me diréis si encontráis por ahí a GLaDOS- ya que en zonas más avanzadas el bosque va dejando paso a un paraje entre lo robótico y lo alienígena.
Son 100 niveles para un jugador con los que viciarse, 100 niveles en cooperativo y 27 mapas en los que disputar partidas de Todos Contra Todos con cuatro jugadores en su multijugador local, adictivo es un rato. Las fases son siempre rejugables, ya sea para conseguir todos los objetivos de las misiones o para echar un rato cuando os aburráis. Visualmente es una maravilla y su control es extremadamente sencillo, solo el stick izquierdo, el botón A o el gatillo RT para planear con los clones.
Sus efectos de sonido también son una gozada, pero lo que desconozco es si la música, como banda sonora, es tan chill out que se mezcla con los murmullos del bosque, con el ruido de las trampas y Clony o es que directamente el juego carece de ella. He echado un poco en falta una buena BSO para que Badland tuviese un ritmo algo más trepidante.
Y si me pongo a hablar de su historia os diré que no se que hace Clony ahí, ni porque parecen estar cautivos él y sus clones, ni de donde sale, ni quien ha colocado esas trampas ahí. No hay diálogos, no hay historia, ni argumento, ni un jefe final tangible. No hay nada que te explique porque ocurre todo eso o de donde procede.
Pero bueno, no le pidamos peras al olmo, Badland: Game of the Year Edition es un juego adaptado de tablets y móviles que aterriza en Xbox One con un lavado de cara y más misiones, de una calidad visual tremenda y realmente adictivo. Además saldrá por un precio más que asequible.
Yo no me lo pensaría dos veces, animo a todo el mundo a que disfrute de Badland: Game of the Year Edition, no os arrepentiréis.