Tras unas semanas jugando sin descanso, por fin nos creemos con el derecho de ofreceros el análisis de Destiny: La Casa de los Lobos, la segunda y última expansión de Destiny incluida en el pase de temporada del título de Bungie y Activision.
Tras una decepcionante primera expansión, Bungie parece que ha aprendido la lección y nos ofrece un producto con más consistencia y acorde a su precio. Sin embargo, ¿es oro todo lo que reluce? Acompañadnos en el análisis de Destiny: La Casa de los Lobos y comprobadlo.
La jauría hambrienta
Es complicado y muy subjetivo analizar Destiny y sus expansiones. Bungie ha conseguido crear un juego que enamora a unos y deja completamente indiferente a otros. parece que sólo existen esas dos opciones pero, sin embargo, creo profundamente que hay una que está entre esa escala de grises y a la que pertenezco. Si me preguntáis por qué me gusta Destiny, sinceramente, no sabría qué contestaros. Sin embargo ahí están mis estadísticas, con más de cien horas a las espaldas y muchos caídos en el campo de batalla. ¿Por qué sigo jugando? No lo sé, la verdad. Lo cierto y fijo es que me entretiene igual que el primer día y es un juego que consume mis horas.
Con la llegada de Destiny: La Casa de los Lobos, la verdad es que he visto como mi sed de luz se mitigaba tras el eterno vacío que dejó La Profunda Oscuridad. Y no es para menos ya que las novedades que incluye este DLC sacian el hambre con los que muchos nos quedamos tras el ‘DLC de La Colmena’. Pero vamos a contextualizar.
En Destiny, el ‘original’, ya se nos daban pistas de hacia dónde irían los tiros en las expansiones. Crota era algo que había que explorar, algo que hicimos en La Profunda Oscuridad, y nuestra relación con La Reina Insomne no había acabado, quien protagoniza La Casa de los Lobos.
En este DLC, la Reina abre su ‘espacio’ social, ‘El Arrecife‘ debido a una traición imperdonable: la que ha sufrido su pueblo por parte de los lobos, los Caídos renegados que se han deshecho del ‘mando’ de protección de la Reina en busca de su propia gloria, asesinando a cuantos insomnes salieran a su paso y traicionando la confianza de la Reina. Por ello, se ve obligada a abrir ‘El Arrecife’ a los guardianes que quieran acabar con una terrible amenaza, Skolas, un Kell que quiere convertirse el el Kell de Kells, algo así como el líder de los Caídos.
A partir de aquí comienza una aventura tanto en solitario como en modo cooperativo de lo más interesante. La historia no es el punto fuerte de Destiny y, por supuesto, no lo es tampoco de esta expansión pero, por lo menos, parece que Bungie se ha esforzado por dotar a esta nueva expansión de un contexto más rico que nos haga tener ganas de avanzar más allá de para conseguir recompensas. No os esperéis nada del otro mundo pero, la verdad, la historia de fondo que nos cuenta nuestro ‘nuevo espectro’ y los motivos por lo que hacemos lo que hacemos es más interesante que Destiny y su primera expansión juntos.
Lejos de la ‘campaña’ ‘individual’ que nos ofrece La Casa de los Lobos, este nuevo y último DLC antes de la llegada de El Rey de los Poseídos nos ofrece algunos añadidos interesantes de corte multijugador a parte de la nueva zona social, algo que no deja de ser lo mismo que la Torre pero en otro lugar.
Presidio de los Ancianos
El Presidio de los Ancianos, algo que escuchamos de corrido en la nueva campaña y que estamos deseando probar es, nada más y nada menos que, una especie de cárcel donde están presos los seres más peligrosos de la galaxia y a los que tendremos que derrotar. No será nada fácil ya que será un modo horda repartido en varias estancias que demandará tres cosas por parte del jugador: comunicación con nuestros otros dos aliados, sobre todo en los dos últimos niveles del Presidio, nivel 33 y 34, y habilidad/equipo suficiente.
En total habrá cuatro niveles de Presidio, nivel 28, 32, 33 y 34 y cinco estancias por nivel, en la última nos enfrentaremos a un jefe, además de a las hordas que lo acompañen. El principal problema, y es en lo que lleva pecando Bungie desde el principio del juego, es en obligar al jugador a jugar con amigos, algo que a muchos les es imposible por sus horarios y que bueno, hasta ahora no te impedía subir de nivel pero aquí si ya que, los dos últimos niveles del presidio, 33 y 34, son necesarios para poder subir de nivel hasta el máximo de esta expansión.
Es incomprensible por qué te dejan la miel en los labios poniendo el nivel 28 del presidio con matchmacking para luego darte la bofetada en los últimos. Obviando este pequeño detalle, creo que el Presidio es algo muy, muy divertido, diferente y desafiante, un buen añadido al universo de Bungie.
Osiris
Osiris es otro añadido muy, muy interesante que se celebra cada cierto tiempo y donde es necesario pagar un tributo especial en forma de moneda para poder acceder a las pruebas. Se trata de un combate multijugador 3v3 en el que tenemos que encadenar una serie de victorias para ganar, 9, y pudiendo perder sólo 3 veces. Si perdemos se nos contará la derrota y no solo dejaremos de ganar recompensas sino que tendremos que volver a pagar tributo. Si conseguimos una partida perfecta, sin derrotas, accederemos a una zona especial donde habrá recompensas muy suculentas, una especie de ‘palco VIP’.
Es un modo que me ha gustado bastante y que, junto con el Presidio y la nueva zona de Crisol, además del nuevo Asalto, suman un contenido muy interesante por el que si vale la pena pagar, no como con La Profunda Oscuridad, de la que ya hablé en su día y donde las novedades eran más bien escasas.
Conclusión
Estos dos nuevos modos de juego, además de los añadidos ya comentados como nuevo equipo, Asalto, zonas, campaña y Crisol, son motivo suficiente para adquirir, en mi opinión, La Casa de los Lobos, una expansión que da la sensación de ser el punto de inflexión en Destiny, algo que deben aprovechar para el lanzamiento de El Rey de los Poseídos.
Hay muy buenas ideas, sobre todo en Osiris donde nos ‘picaremos’ por conseguir el perfecto, algo que no será nada fácil porque no estamos luchando contra bots sino con personas. Sin embargo, Bungie sigue pecando de autoritarismo obligando al jugador a jugar con gente conocida en el Presidio de los Ancianos algo que, por desgracia, no siempre es posible.
La Casa de los Lobos puede que no nos tenga entretenidos hasta que salga Destiny 1.5 el próximo 15 de septiembre pero, desde luego, es un buen aperitivo para seguir jugando este verano para aquellos que aún no os habéis hecho con el contenido.
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Lo bueno
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- Osiris y el Presidio de los Ancianos, dos añadidos que nos darán muchas horas y diversión
- El nuevo Asalto no está nada mal
- La nueva manera de conseguir equipo es más atractiva
- La campaña es algo más atractiva y el espectro no está
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Lo malo
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- Imperante necesidad de jugar con amigos para llegar al máximo nivel
- Sigue sin ser lo que Bungie vendió en un principio
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