Hace unas horas veíamos cómo llegaba a la Store de Xbox One uno de los juegos más imaginativos de los últimos tiempos. En su día nos pasamos la aventura en PS4 y no hemos podido rechazar el crear el análisis de Stick it to the Man! por si aun no estáis muy seguros sobre si comprarlo o no.
Vivimos una época de auge en cuanto a estudios independientes se refiere. Con las nuevas políticas de Sony y Microsoft, más permisivas con este tipo de desarrolladores, la tienda virtual de estas dos plataformas ve como, cada poco, surgen piezas para alimentar nuestras ansias jugonas. Sin embargo, como todo, pueden salir bien o mal, pero cuando uno sale bien se agradece, ya que suelen ser títulos que apuestan por la originalidad, dejando de lado otras facetas como puede ser un guión con actores de cine o un apartado gráfico triple A.
Stick it to the Man! es un ejemplo de como una sencilla idea, un apartado artístico rudimentario y una jugabilidad sin complicaciones puede convertirse en uno de los mejores títulos independientes de los últimos tiempos debido a cómo presenta la suma de sus partes y hace que nos olvidemos de sus puntos débiles.
¡Parecía el mejor trabajo del mundo!
En Stick it to the Man! encarnamos a Ray Doewood un mindundi que tiene el mejor trabajo de todos: ¡probador de cascos! Es decir, un fulano que se coloca un casco y al que le van tirando objetos para ver si resiste y es apropiado para que ese casco se homologue como material de trabajo en una obra. Jod*r, lo que daría por tener un trabajo así, en fin, sigamos. Al término de la jornada laboral, Ray vuelve a casa con su novia, cruzamos un par de puentes, subimos unas plataformas y ¡kbooooooom! algo nos cae en la cabeza haciendo que nos desplomemos redondos en el suelo.
Ray no sabe lo que ha pasado, pero nosotros hemos sido testigos de todo el accidente. Un hiper-mega-super secreto avión del Gobierno que traslada algo muy peligroso y vital ha perdido su carga, cayendo justo encima de nuestro Ray el cual, por desgracia, no tenía su casco. No ha pasado nada, Ray despierta, eso si, con dolor de cabeza y….¡¡¡PERO QUÉ!!! ¿¿QUÉ ES ESTO QUE SALE DE MI CABEZA?? Si, llega un momento en la vida de los monigotes de cartón en el que si te cae una caja con un alien en la cabeza te sale un brazo espagueti rosa con una mano al final. Lejos de pensar que lo pondría de moda, como las gafas de pasta entre los intelectuales, Ray se asusta, hasta que ve de lo que es capaz con su nuevo miembro.
Oye Ray, tienes un… bueno, déjalo
Tras despertar del coma, notar la cabeza vendada y ver como la enfermera lo echa a patadas ya que el seguro de Ray no cubre vendajes en la cabeza, decide ir a su casa. Cuando sale a la calle descubre como el mundo que conocía ha desaparecido. Bueno, en realidad es el mismo pero queda muy cool esa frase en un análisis. Lo que si ha cambiado es la percepción del mundo. Ahora es capaz de escuchar los pensamientos de las personas, interactuar con el mundo y cambiarlo a su favor. Ray descubre como es capaz de introducirse gracias al espagueti rosa en las mentes de los demás, ver en qué piensan e intentar avanzar por el mundo encontrando objetos o resolviendo situaciones que otros agradezcan y hagan que decidan ayudarnos. Vamos, que eramos un mindundi y ahora somos un mandao, pero con un hilo rosa que nos sale de la cabeza, ojo.
Meternos en la cabeza de los demás no será lo único que podamos hacer con nuestro nuevo super poder. También podremos avanzar sorteando obstáculos por el escenario. El juego es de tipo plataformas en dos dimensiones y los puntos de anclaje serán unas chinchetas colocadas estratégicamente y que nos ayudarán a superar los escollos de la ciudad. También habrá unos bordes rasgados en el escenario, como la cubierta que retiramos en los cafés Kaiku (la paga en B, por favor), que si rasgamos nos dejarán ver el interior de los edificios, entre otras cosas.
La tercera manera de interactuar con el mundo será mediante pegatinas, todo muy Little Big Planet. ¿Cómo conseguimos las pegatinas? Pues escuchando lo que necesitan los personajes que pueblan el mundo y convertir sus pensamientos en pegatinas, objetos tangibles que nos ayudarán a avanzar. Como veis, todo está relacionado, conformando una jugabilidad que, si bien es cierto no es muy fresca, si consigue que nos divirtamos y no nos cansemos en las cuatro horas, más o menos, que dura la aventura, aventura que, por qué no decirlo, no es nada rejugable.
Bien pero, ¿de qué va esto? Una vez llegamos a casa y vemos a nuestra novia, ésta piensa que estamos locos ya que, aparentemente, el brazo rosa no es visible y nos recomienda ir al psicólogo. No un psicólogo cualquiera, uno de los mejores, le quitó a nuestra compañera el trauma que tenía con las uvas, #ojocuidao. A partir de aquí veremos escenas en las que descubrimos que somos el objetivo número uno de alguien en esta aventura en la que, inocentemente, sólo queremos descubrir si estamos locos o no.
Con el humor por bandera
Stick it to the Man! es un juego que vive de dos cosas, de su jugabilidad y de la manera en la que cuenta los hechos, haciendo siempre uso de un humor que me encanta, un humor socarrón en ocasiones y que será capaz de sacarte más de una sonrisa. Hay un par de diálogos al principio, sobre todo cuando dos psicólogos se ponen a hablar, que es canela en rama, ya lo veréis.
Precisamente el estilo humorístico del que hace gala el título nos animará a avanzar y meternos en las cabezas de todos los personajes que encontremos, incluso en la de los animales, descubriendo, muchas veces por casualidad, cómo resolver uno de los numerosos y cada vez más complicados puzles que conforman la aventura.
Pinta y colorea, y no es magisterio
Un apartado jugable en condiciones y un guión narrado con humor y agilidad sólo podía venir acompañado de un apartado artístico a la altura. Stick it to the Man! hace gala de un estilo gráfico muy fresco, combinando personajes caricaturescos con escenarios construidos en cartón y todo ello en dos dimensiones. Da la sensación de ver una representación teatral con muñecotes de papel en lugar de un videojuego. Aquí no importa ni el tearing, ni la fluidez, ni el poping, ni el AA ni leches, Stick it to the Man! es un juego que pasa de esos rollos y nos lanza a la cara uno de los apartados artísticos más conseguidos de los últimos tiempos.
El diseño del mundo construido en cartón es realmente bueno y los personajes son igual dememorables recordándome, salvando las distancias y la tridimensionalidad, a Grim Fandango, clasicazo que llegará a nuestras consolas más pronto que tarde.
En cuanto al sonido, el juego hace gala de un doblaje carismático pero, eso si, en completo inglés. Los subtítulos son grandes y están bien traducidos, con tacos y todo eso que queda bien en un ambiente distendido y si se usa sin abusar, ¡y joder si lo hacen bien!, los chichos de Zoink! Studios lo han clavado en este apartado.
Cógeme de la mano, colega
Stick it to the Man! es un ejemplo de cómo hacer las cosas, un juego independiente ejemplar al que sólo soy capaz de encontrarle una pega, la escasa duración. Son unas cuatro horas que no nos invitarán a rejugarlo pero, que carajo, por 8 euros no está nada, nada mal teniendo en cuenta el buen rato que nos hará pasar. Una peli en el cine cuesta lo mismo, son más cortas y puede salirnos algo a lo Lucy ups, perdón.
Quien quiera disfrutar frente a su consola con un juego desenfadado, carismático y simpático debe considerar comprar Stick it to the Man! y si no… joder, cómpralo, es un cubata menos, cuesta 8€ el juego, este fin de semana pero te sacas unos logros.
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Lo bueno
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- Imaginación al poder
- Guión con uso constante del humor
- Artísticamente muy bueno
- Jugabilidad
- Gran doblaje…
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Lo malo
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- … pero sólo en inglés
- Dura cuatro horas, más o menos, y no es rejugable
- Se acaba
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