Os traemos el análisis de The Technomancer, el nuevo juego de Spiders y Focus Home Interactive para Xbox One, PS4 y PC que llega hoy al mercado para hacernos partícipes de la revolución de Marte.
Spiders sigue empeñada en pulir la fórmula de Mars: War Logs, su anterior videojuego que también nos llevaba al planeta rojo. The Technomancer no es una nueva IP ya que se basa, y mucho, en el anterior juego de la compañía y, aunque ha mejorado enteros respecto a Mars, The Technomancer parece cortado por el mismo patrón. Acompañadnos en el análisis de The Technomancer para descubrir los oscuros secretos del juego… y de Marte.
Un nuevo hogar
Marte, ese planeta que la humanidad se empeña en explorar constantemente, destinando recursos que serían más necesarios en el planeta Tierra, ya no es el destino soñado de los humanos. Los primeros colonos del planeta rojo llegaron a la superficie de martes muchos años antes del inicio de nuestra historia y descubrieron que el inhóspito planeta era el mismísimo infierno.
Escasez de agua, de comida, un sol que achicharra con su radiación a los colonos nada más salir de la sombra y los convierte en horribles mutantes… el pan de cada día para quienes abandonaron la Tierra para establecer una colonia en Marte, un planeta hostil y del que no somos invitados.
Tras una breve introducción que nos pone en contexto, asumiremos el rol de Zachariah Mancer, un joven soltado que aspira a convertirse en Tecnomante. ¿Qué significa ser un Tecnomante? Como lo confirma nuestra apariencia, seremos humanos, al menos tanto como vestigios de la genética humana queda en nuestro ADN, pero podremos manejar un elemento llamado ‘fluido’ que recorre nuestro cuerpo y nos permite utilizar la energía eléctrica a nuestra voluntad, ya sea para electrificar nuestras armas o para soltar rayos por las yemas de los dedos como si fuésemos un caballero Sith.
Tras permitirnos cambiar nuestra apariencia (la estándar es la mejor, sinceramente) y seleccionar algunos atributos de partida, comenzará nuestro último día como recluta para convertirnos en un Tecnomante por derecho propio. Para ello, y tras un breve, opcional y recomendado tutorial que nos enseñará a controlar el sistema de combate, acompañaremos a nuestro mentor Sean Mancer (todos los Tecnomantes se apellidan ‘Mancer’) a nuestra misión de iniciación.
Zach quiere convertirse en Tecnomante para escapar de la colonia en la que creció, una colonia gobernada por una esfera de dirigentes opresores, que desprecian a la humanidad (a los humanos ‘’más humanos’’, para entendernos) y que vigilan constantemente a los ciudadanos. Como Tecnomante, Zach podrá viajar por todo Marte, pero lo que no sabe es que en su misión de iniciación descubrirá un oscuro secreto que podría poner en peligro todo lo que se ha organizado en Marte, y hasta a la propia orden Tecnomante.
Así comienza una historia que resulta tremendamente interesante y original en cuanto a su propuesta, no tanto en su trasfondo, pero que conseguirá perder nuestro interés a medida que avanzamos en la misma. Esto, por desgracia, no es culpa de la historia, sino de la propia Spiders, quien repite errores pasados que ocasionan que vayamos completando el juego por inercia e impiden que la trama se desarrolle como es debido.
Uno de las peores cosas que le pueden pasar a un juego como The Technomancer es volverse repetitivo por culpa del planteamiento de misiones y la linealidad del mapa. El juego de Spiders repite la fórmula de ‘chico de los recados’ y nos obligará a atender constantemente las peticiones de otros personajes, algunos no los veremos mas que una vez. Eso, que podría servir para misiones secundarias, es un fastidio en misiones principales y nos deja un sabor de boca muy amargo.
Sí, habrá varios finales y la toma de decisiones es una de las mecánicas mejor implementadas en ningún juego de esta generación, eso es innegable, así como la original idea de aturdir a los enemigos y dejarlos ahí o rematarlos en el suelo (lo que ocasionará cambios en nuestro protagonista) pero, por muy interesante que sea la trama, que lo es, el sentirnos constantemente como un ‘don nadie’ no ayuda a captar la atención de un jugador que se ha dejado 55€ en el juego.
Eso sí, quien espere poder recorrer el planeta rojo a su antojo debería olvidarse de esa idea. The Technomancer es un juego muy lineal que nos impide explorar Marte debido a la radiación solar, limitando nuestro camino a largos y sombríos pasillos y las diferentes colonias. Eso sí, en las Colonias el mapa es algo más grande y nos permitirá disfrutar de conversaciones y un diseño muy apropiado a cada una de ellas. Al menos, quienes quieran una experiencia larga, el juego se va por encima de las 20 horas, y toma de decisiones estarán más que satisfechos. Además, la cosa mejora con el sistema de combate.
¡Aquí mi bastón, aquí mi pistola!
The Technomancer, como ya he dicho, es un Acton-RPG. Los elementos roleros son patentes en la toma de decisiones, las misiones, los finales, la personalización, tanto de armas como de indumentaria, y el inventario. Por otra parte encontramos los elementos que hacen honor al género de ación, como un combate dinámico, varias formas de afrontar los encuentros y un sistema de armamento que me ha gustado mucho.
Empezaremos The Technomancer con tres posibles combinaciones de armas (se mantendrán, aunque con variaciones en el ‘modelo’ de las armas, durante toda la historia). Por un lado tenemos el bastón, que será lo que más terminaréis utilizando debido a lo equilibrado que es. Por otro tenemos un machete acompañado de una pistola, por lo que podremos hacer ataques a distancia y rápidos tajos cuerpo a cuerpo. Y, por último encontramos una especie de escudo y una cachiporra, algo que, para ser sinceros, casi no he utilizado.
Estas armas las podremos electrificar gracias a nuestros poderes de Tecnomante y también podremos hacer uso de dichos poderes como si de otro arma más se tratara. A la hora de invertir los puntos de experiencia podremos hacerlo en las tres combinaciones de armas y en los poderes de Tecnomante. Os aseguro que el personaje de inicio será un bebé al lado del que tendremos cuando invirtamos un par de horas.
Lo mejor del sistema de combate es que podremos elegir cualquiera de las combinaciones de armas en cualquier momento y, además, en tiempo real. En la parte inferior izquierda de la pantalla tendremos un menú permanente desde el que podremos elegir desde los poderes de Zach a los potenciadores, botiquines y otros objetos, pasando por las armas.
Para alternar entre estos menús tendremos que pulsar los botones LB, RB o LT, dependiendo del panel al que queramos acceder. Este sistema se nos antoja algo complicado al principio pero resulta muy intuitivo a medida que avanzamos en la aventura. Además, hay ranuras que podremos personalizar.
Todo esto, que suena muy bonito, queda un poco empañado por un sistema de combate que se nos antoja algo ‘pesado’. Tendremos un botón para esquivar los ataques de los enemigos, pero muchas veces, tanto a la hora de esquivar como a la de golpear, nos llevaremos golpes innecesarios, lo que denota que el sistema no está lo pulido que debería. Si fuese completamente preciso, The Technomancer sería uno de los juegos de acción más divertidos de los últimos años.
Por último, aunque también hay la posibilidad de afrontar algunas misiones de forma sigilosa, se trata de un sistema tan en pañales que tampoco merece demasiada función. Pulsando LS nos agacharemos y la pantalla se teñirá de gris. Podremos movernos por el escenario y seremos casi invisibles y, al acercarnos a un enemigo para ‘ejecutarlo’ por la espalda, nos limitaremos a darle un ligero chispazo que hará que se revuelva, llame a otros compañeros y terminaremos a golpes, como si nada hubiese pasado.
Luces y sombras
Con la cantidad de videos que hemos visto durante estos meses no es necesario que profundicemos demasiado en el apartado visual de The Technomancer. Nos encontramos ante un juego que, pese a lo que cuesta, sigue pariendo de otra categoría, con expresiones faciales pobres, un LOD muy agresivo, sombras a muy baja resolución y algunos efectos y animaciones que chirrían.
Sin embargo, en términos de diseño es bastante competente. No solo nos encontramos con variedad de bichos que derrotar sino que el diseño de los mismos, de los humanos y de la sociedad es muy bueno. Es destacable el diseño de las colonias y de los exteriores de Marte, ya que se combinan las desérticas llanuras con estructuras semiderruidas de los primeros colonos. Los colores grises y rojizos también son bastante acertados.
En cuanto al sonido, The Technomancer cumple su cometido. Las voces en inglés con subtítulos en castellano no desentonan (los subtítulos podrían haber sido más grandes) y los sonidos ambientales no están mal. Tampoco la música aunque, eso sí, es bastante parecida a algunas de las melodías de Mass Effect, lo cual no es malo pero si denota una falta de imaginación en este sentido.
Conclusión
The Tecnomancer es un producto interesante. Por un lado tenemos una historia que captará nuestra atención casi desde el principio y que, aunque se desarrolla de forma satisfactoria en cuanto a narrativa, resulta complicada de seguir por la tediosa mecánica de misiones del juego.
El sistema de combate, aunque debería estar más pulido, es divertido y rico, así como los árboles de mejora tanto de personaje (que nos permitirán mejorar atributos como el carisma o habilidades pasivas) como de armas. El sistema de creación de objetos, aunque muy básico, también aporta un puntito más a la fórmula rolera del juego.
Aunque gráficamente no es nada del otro mundo, su diseño artístico sí conseguirá atraparnos durante un buen puñado de horas que, aunque no marcarán nuestra vida como jugadores, si resultarán divertidas y perfectas para la época estival en la que nos encontramos.