Durante días el nombre de Assassin’s Creed Infinity ha estado pululando en los medios. Se hablaba de distintas localizaciones, diferentes temáticas. Finalmente los presagios parecen haberse cumplido. Ya confirmado por la propia Ubisoft, Infinity será la próxima entrega de la saga insignia de la compañía francesa y está siendo concebida como un juego como servicio, como una plataforma online en la que aglutinar a miles de jugadores e ir sumando contenidos conforme el tiempo vaya transcurriendo. Un término (el de juego como servicio) que, para bien o para mal, se está convirtiendo no solo en el futuro de Assassin’s Creed, sino en el futuro de los videojuegos.
Our teams will be working closer than ever to develop future Assassin's Creed games. Learn more:
— Ubisoft (@Ubisoft) July 7, 2021
No debe extrañarnos. Producir un videojuego es cada día más caro, más laborioso y más costoso. Las compañías de la industria tratan de encontrar nuevas fórmulas para generar ingresos y que sus desarrollos sean rentables. El formato GaaS (game as a service) ha sido el elegido por muchas de ellas. En mayor o menor medida, muchos títulos han apostado por él para seguir generando ingresos incluso después del lanzamiento del juego en cuestión, ya sea a través de pases de temporada, pases de batalla o microtransacciones varias. Todo ello contenido opcional, pero que hace sentir al jugador incompleto si no se hace con ello, especialmente cuando hablamos de videojuegos con una línea argumental.
Hay decenas de ejemplos de juegos como servicio exitosos, como Fortnite, Grand Theft Auto V o The Elder Scrolls Online. Sin embargo, también tenemos algunos fracasos en el haber de las grandes compañías. El más sonado de los últimos tiempos ha sido Marvel’s Avengers, de Square Enix y Crystal Dynamics. Precisamente un juego con historia cuya fórmula no ha sido bien recibida. La empresa californiana aún tiene la intención de revertir la situación con la expansión de Black Panther, pero la situación no es nada halagüeña para los también responsables de la trilogía reboot de Tomb Raider.
Así pues, optar por la fórmula GaaS no es una garantía de éxito, pero las compañías igualmente están dispuestas a intentarlo con tal de conseguir su propia gallina de los huevos de oro. Sobre todo cuando hablamos de una franquicia de la magnitud y la base de jugadores que tiene Assassin’s Creed. Convertir Assassin’s Creed en un juego como servicio es un golpe bajo para aquellos fans que estuvieron ahí desde el principio, viendo cómo la saga alcanzaba su cénit para después hundirse y acabar resurgiendo de sus cenizas gracias al giro de tuerca RPG iniciado con Origins.
Primeros detalles del futuro DLC Meteor de Assassin’s Creed Valhalla
Las historias para un jugador parecen heridas de muerte, al menos en el panorama AAA y tal y como las conocíamos hasta hace tan solo unos años. Para un servidor es algo doloroso. Te hace sentir que ya no eres el público objetivo de los juegos que están por llegar en los próximos años, pero la realidad es que los tiempos cambian y las nuevas generaciones de jugadores demandan otras cosas a las que pedíamos hace tan solo una década. Assassin’s Creed ha muerto tal y como lo conocíamos. ¡Larga vida a Assassin’s Creed!