Empire of Sin es un juego de lo más inusual. Si quisiera resumir en su premisa sería decir que es un juego de estrategia por turnos pero también es un juego de gestión. Todo con temática de Gángters de los años 20 en Chicago. Sería como una suerte de XCOM con elementos de Civilization. Como idea, Empire of Sin es un juego único. Pero en su realización, algunas de las promesas que hace se quedan a medio cumplir. Con todo, el análisis de Empire of Sin es algo que he disfrutado hacer.
Creo que hay muchas cosas positivas que quiero decir de este juego. La primera impresión que tuve al terminarlo por primera vez es que se había convertido en algo adictivo. Pero cuando tuve tiempo de reflexionar, en la calma que me dio ver el capítulo de Tintín cuando va a Chicago a enfrentar a la Mafia, porque Tintín puede con todos; esta calma me hizo pensar en lo mucho que se iban desdibujando los elementos de gestión, en la medida en que avanzas en el juego.
Análisis de Empire of Sin
Algunas anotaciones previas. Este análisis se hizo con la Premium Edition y se jugó en una Xbox Series X. Intentaré resaltar en principio reconstruir la atmósfera que propone el título, valorando las decisiones que se tomaron para los gráficos, música y demás. En este punto el juego será evaluado dentro de su categoría AA, aunque debo decir que Romero Games junto con Paradox Interactive, han hecho un trabajo bastante notable. Luego si profundizaremos en la propuesta de jugabilidad que tiene Empire of Sin, para determinar hasta que punto se sostiene su idea de gestión y combate XCOM.
Este es sin duda uno de esos juegos que a pesar de ser un modesto AA brilla en varios de sus aspectos. Aunque el resultado final no termine por cumplir todas sus promesas. Pero mirémoslo con más detalle a continuación.
Visitando Chicago de los años 20
Algo que hace muy bien Empire of Sin y es hacerte sentir en una ciudad viva, llena de pequeños detalles y además históricamente bien planteada. Empire of Sin te asigna la tarea de construir tu propio sindicato criminal en el Chicago de la era de la prohibición. Asumiendo el control de uno de los 14 jefes de la mafia diferentes, debes establecer bares clandestinos y casinos, proporcionarles alcohol elaborado ilegalmente y protegerlos de la policía y las bandas rivales.
De lo más interesante es sin duda la vista de la ciudad a nivel de calle. Se ve que Romero Games dedicó un gran esfuerzo al arte, diseño, atmósfera de este juego, todo lo que fuera necesario para hacerte sentir como si realmente estuvieras allí. Los autos tienen motores que son bastante ruidosos, circulan por la ciudad con cierta frecuencia, y si pasas por las calles se detienen a esperarte, pero no demasiado tiempo hasta que se desesperen y hagan que te retires de su camino. Esto es lo mejor que tiene este juego.
Lo otro que hace muy bien Empire of Sin es su diseño sonoro. Los efectos de sonido son bastante bellos. Tanto en la ciudad, con sus coches circulando, como los disparos o las voces. Eso sí, el sonido tampoco se salva de lo bugs, pues en combate a veces suenan disparos antes de que se dispare nada. La música, por otro lado, es lo que termina de construir el ambiente ideal. Pues lo que se siente cuando escuchas esa música y miras esa ciudad recreada para ti, pasa que de verdad te sientes transportado en el tiempo, o te vas a una de esas grandes películas que recreaban esa época.
Ahora bien, si seguimos en la idea de lo malo visualmente, podría decir que parte de esto es el hecho de que los barrios no se distingan entre sí. La ciudad tiene en total 10 barrios, y al final resulta que todos se parecen demasiado entre sí, lo que al final termina siendo un poco vacío. En cuanto a las animaciones, yo no tengo quejas. El movimiento y los combates están muy bien para el tipo de juego. Lo que sí es que las cinemáticas pueden resultar más aburridas de lo necesario por repetirse siempre de la misma manera.
Gestionando tu imperio
Una vez inicias, el juego te introduce a su idea: acabas de llegar a la ciudad y quieres hacerte un nombre. Pero como se trata de ser un Gangster en todo su sentido, es decir, con alcohol, burdeles y casinos. De eso se trataba en la época de la prohibición. Y es que Empire of Sin es un juego detallado de gestión económica. Hay algunas variables que deberás tener en cuenta: el nivel de prosperidad del barrio, la calidad del alcohol, los acuerdos con la policía, la seguridad de tus lugares, la elegancia de tus burdeles o casinos, y, por supuesto, tener hoteles para que la gente esté cerca de tus negocios.
Tal y como te lo presentan parece, a todas luces, un sistema complejo pero interesante. Más aún cuando te dan una mirada a los menús de gestión, que además de diversos son tremendamente complicados y muy poco amigables. Pero mientras estás comenzando, esto no es problema, ya que en principio apenas tendrás dos o tres negocios que obtendrás en las primeras misiones. Con estos negocios no tendrás enseñarán cómo funciona la gestión y luego verás cómo van tus finanzas.
Y es que el tema de finanzas es muy importante porque es lo que te permitirá comprar armas, mejorar tus negocios pero sobre todo contratar y mantener a tus matones. El problema real es que en Empire of Sin las mecánicas de gestión no terminan de funcionar. Entonces lo que haces es que te dedicas a conseguir más y más negocios, y con eso esperas que tus finanzas funcionen. Entonces resulta que la mejor manera de mejorar tus finanzas es olvidarte de ellas, armar un buen grupo de matones (unos 5 o 6) y declararle la guerra a alguno de los otros Jefes. Pues si lo vences, todo su imperio será tuyo.
Aunque la gestión tiene la idea de ser el centro del juego, se queda a medias, justamente porque se canibaliza con su otro sistema principal, el combate. Uno de sus peores mecánicas de Empire of Sin son los acuerdos que otros Jefes, pues por un lado no parecen obedecer a ningún factor, y por otro, nunca es claro qué realmente beneficia a los otros jefes. Y es que en general el sistema de gestión se siente que no termina de consolidarse. Por lo que al final uno termina siempre optando por la violencia como solución a todos tus problemas.
Abandonando la gestión por la violencia
Cuando inicias en Empire of Sin, debes ir con calma. Conseguir dinero, tener propiedades, tener buenas relaciones con los otros gansters. Pero una vez puedas reunir un equipo básico de 3 gangsters al que ya le hayas desarrollado algunas de sus habilidades básicas, puedes animarte a declararle la guerra a alguno de los jefes. Y una vez lo venzas, ganarás tanto dinero que podrás aumentar tu plantilla de matones, los que contratas a partir de algo que llama el juego «Lista Negra», que es como la base de matones que puedes contratar una vez vayas ganando reconocimiento y tengas el dinero.
El combate me gustó, no desmejora nada la calidad del género, aunque no propone cosas muy nuevas. Si has jugado un juego de combates por turno y estrategia, sabes cómo va el sistema de coberturas medias y completas, el sistema de probabilidad de acierto, y el hecho de que tengas que un número de acciones limitadas. Lo nuevo que tiene Empire of Sin respecto del combate es que introduce gestión de unidades por medio de que los combates tengan consecuencias.
Por ejemplo, la lealtad afecta su desempeño en combate. O si los hieren de gravedad, esto puede dejarlos incapacitados por un número enorme de días en los que igual tendrás que pagarles el sueldo. Además, Empire of Sin tiene permadeath, lo que es una de las mejores cosas que podrían haber introducido, porque te hace sentir más la realidad del juego. El sistema de combate se vuelve frustrante cuando las mecánicas del juego dejan de funcionar en armonía.
Para concluir, una sinfonía de BUGs
Empire of Sin tiene una serie de bugs que pueden arruinar la experiencia o cuando menos llegar a ser bastante molestos. Por ejemplo, si escoges a Salazar y se activa la habilidad de Vengaza, entonces el juego terminará por pararse, y tendrás que reiniciar el combate. Como este, hay varios problemas que seguramente irán reparando con parches a futuro. La sincronización de labios llegó tarde y no es tan impresionante, ya que los personajes no mueven la boca de manera realista.
Si bien los personajes se ven bien durante las reuniones, no se ven tan bien cuando intentan hablar o moverse. Esto perjudica la inmersión del juego. Y cuando atacas edificios abandonados, tienes que enfrentarte a cuatro o más matones que se comportan de formas muy predecibles. Y cuando les disparas, parecen muñecos de trapo. Y terminan haciendo todo tipo de contorsiones extrañas a medida que bajan.
En general, el juego me gustó, aun cuando como todo muchas de sus mecánicas se pierden. De repente, un compañero quiere hablar contigo, pero no puede porque un Jefe te ha sido a que te sientes en la mesa con él, y si de eso resulta que te unes a una guerra o te declaran la guerra, comienzan a ocurrir ataques aleatorios que no te dejan avanzar en el juego y que, además, ocurren en lugares donde te atacan sin que tengas suficientes unidades para defenderte. Todo la idea de gestionar un imperio se pierde y lo único que quieres es acabar la guerra.