Cuando en la anterior generación se hablaba de la industria del videojuego, parecía que todo está relacionado con superproducciones llegadas desde Norteamérica o Japón, si bien Europa tenía algunos estudios importantes. Si bien, muchos se vieron sorprendidos cuando en Konami contrataron a una empresa española para desarrollar un nuevo Castlevania, Mercury Steam, que llevó a cabo el conocido Lord of Shadows, que además resultó ser un título fabuloso.
Pero obviamente, en estos años que vivimos locamente, la industria del videojuego ha acogido en su seno la llegada de una industria independiente que está revolucionando el panorama del videojuego. Sus propuestas modestas, de bajo presupuesto y sin recurrir a las grandes fortunas del sector, está deparando un sinfín de proyectos de cualquier índole, proporcionando mucha calidad, mucha innovación y, sobre todo, diversidad ante un catálogo reducido a lo mismo de siempre.
La industria independiente ha conseguido quitarse el yugo que parecía impedir que llegasen al público, gracias a las iniciativas de autofinanciación, incluso, a la adquisición de herramientas de un modo mucho más asequible y con plataformas varias que han abierto sus puertas a sus creaciones, llegan pisando fuerte y con más ambición que cualquier editora y productora de renombre. Puede ser contraproducente, no obstante, el resultado es magnífico y los gamers están obteniendo un sinfín de posibilidades, títulos que portan un alma y experiencias arriesgadas que la costumbrista industria no se atreve a aportar.
Gracias a este auge de la industria independiente, parece haberse abierto una puerta a la industria del videojuego en España. Una industria que no es nueva, en absoluto, y que dadas las circunstancias parece estar iniciando un nuevo período de bonanza que podría deparar una nueva “Epoca Dorada” en el sector. Ya hemos mencionado como aquel anuncio de la implicación de Mercury Steam con Konami para un Castlevania fue una sorpresa para todos, parecía inédito que una empresa española pudiese llegar ahí. El hecho de que resultaba tan sorprendente que una desarrolladora española se metiese en este ámbito es lo realmente increíble, pues a lo largo de la historia, se han aportado grandes títulos desde las mentes creativas de este país.
La Época Dorada
Debemos remontarnos unos cuantos años, cuando hacemos referencia a uno de los períodos más representativos del éxito español en el mundo de los videojuegos, conocida como la Edad de Oro del Software Español. Casi remontándonos a aquel período de la Movida Madrileña, la industria del videojuego era residual, con pocos adeptos, menos recursos, pero un sinfín de posibilidades. Una época que casi duró 10 años, desde 1983 hasta 1992, España fue el segundo productor europeo de juegos, solo por detrás de Reino Unido. Es una época difusa en la mente de muchos, una época donde primaban los 8bits, no había Nintendos y se jugaba con unos hardwares que iban con cassette, donde los Spectrum, Commodore, Amstrad o MSX dominaban el mercado.
Estos hardwares ofrecían, a cualquiera, la posibilidad de programar juegos, y es que su sistema operativo hacía uso de un lenguaje muy “basic”, con el que escribiendo unas cuantas líneas de comandos, se podía dar vida a algo interactivo. Incluso, las revistas que vieron la luz durante aquellos años, incluían en sus páginas algunos juegos que, con un poco de paciencia, se podían ejecutar en nuestros ordenadores tras copiar todas las líneas que lo interpretaban. Con esto, la comercialización del primer Sinclair ZX81 en España, allá por 1983, abrió las puertas a los creativos y llegaron los primeros títulos, siendo La Pulga, de Indescorp, el primer juego español que fue desarrollado.
Este título traspasó las fronteras, llegando a Reino Unido como Bugaboo, incluso, a Estados Unidos en otros hardwares como Commodore. Fue así como Indescorp consiguió dar a conocer la industria española al mundo y continuó su trabajo con otros títulos que directamente llegaron a hogares de todo el mundo, juegos como Fred, teniendo más éxito fuera de España. Cierto es que en aquel entonces, no había un gran número de usuarios en España, lo que puede servir de excusa.
Se había puesto una semilla que derivó en un período de muchos éxitos, sobre todo, por la llegada de muchas empresas que fueron creadas para dar cabida a la innovación y creatividad que en aquel entonces, abundaba. Los videojuegos eran un lienzo en blanco para los creativos, no había referencias, todo era innovación, todo era pasión por una nueva tendencia que hoy día es un negocio que lidera el entretenimiento en todo el mundo. De este modo empresas como Erbe, Dro Soft o Dinamic, fueron cobrando fuerza y convirtiéndose en las empresas más fuertes del sector, acaparando pequeñas ideas y llevándolas a cabo bajo su sello.
Se estaba construyendo una base muy sólida en torno a esta industria emergente, algo que durante los siguientes años deparó la creación de un compendio entre empresas y medios de comunicación, gracias a la llegada de MicroHobby y MicroManía, que extendieron y colaboraron estrechamente para que los videojuegos llegasen a los españoles, además de sustentar la creación de una de las empresas más relevantes de este panorama, Opera Soft, que se estrenó con un título como Livingstone Supongo. Ahora bien, el resto de empresas se aliaron para seguir proporcionando experiencias, caso de Erbe con MapGame o Las Tres Luces de Glaurung, o de Topo Soft con Spirits. No podemos olvidarnos de otros juegos como Sir Fred o la producción basada en aquella mítica película de acción de Michael Douglas, La Joya del Nilo, lo que dejaba entrever que la industria española tenía peso en el sector.
El auge era innegable, más cuando una empresa como Dinamic se estableció en el sector trayendo títulos de un género muy recurrido, el deportivo, convirtiéndose en una especie de Electronic Arts del momento. Varias licencias deportivas coparon la atención de todo el mundo, haciendo uso de los deportistas de renombre, como Emilio Butrageño, Carlos Sainz, Jorge Martinez Aspar o Fernando Martín. Pero Dinamic tenía varias bazas, y comenzó a crear títulos en serie que trajeron consigo una iniciativa que hoy día nos es familiar, la trilogía de Johny Jones, que se componía de tres títulos, Saimazoom, Babaliba y, el más conocido, Abu Simbel Profanation. Ahora bien, no fue la única, otras sagas como Army Moves y Navy Moves también fueron exitosas, y estamos hablando de trilogías, que parece que es algo propio de hoy día.
Pero si echamos un vistazo al pasado, si algo ha trascendido, fue una de las colaboraciones más apasionantes de aquellos tiempos, la que llevó a un artista como Alfonso Azpiri y Topo Soft a aliarse para dar una imagen mucho más profesional, adelantándose en el tiempo y presentando muchos títulos como Sol Negro, Phantis, Mad Mix Game o Cosa Nostra, aunque el que más se recuerda es La Abadía del Crimen, aprovechando el estreno de la película basada en la novela de Umberto Eco y protagonizada por Sean Connery.
Juegos de acción, juegos arcade, deportivos, todos salían de empresas españolas y se convertían en referencias absolutas. En cierto modo, parecía que la industria quería abastecer cada territorio con la creatividad de los desarrolladores de cada país, pero lo cierto es que la industria española se expandió por el globo cual pandemia sin control. Obviamente, en aquellos años la industria del videojuego estaba a las puertas de una revolución que llegaba de unos aparatos sin teclado que se llamaban consolas, que estaban causando furor en oriente, pero cuya exportación no alcanzaba el éxito debido, y sobre todo que conocemos hoy día. Pese a que Nintendo había lanzado ya su NES, la industria del videojuego seguía avanzando gracias al poder de otras plataformas que, con la llegada de los 16bits, comenzó a resquebrajarse.
Todo lo que sube…
El cenit de esta Edad de Oro fue en 1987, a las puertas de un periodo de decadencia que llegaría con la entrada de SuperNintendo y compañía, quedaban muchas muestras de que la industria del videojuego en España tenía fuerza de sobra. A finales de los 80 también llegaron otras plataformas, que continuaban la linea de las plataformas mencionadas, pero abarcaban nuevas opciones, como múltiples colores y un sinfín de posibilidades. Amiga, Commodore y los comunmente conocidos como PC, empezaron a presentarse como alternativa de ocio. Pero en aquellos años el relevo no era inmediato, lo que permitió que en ese período de transición muchos juegos interesantes vieran la luz, como es el caso de Lorna de Topo Soft, Angel Nieto Pole 500, Drazan Petrovic Basket, Perico Delgado, After the War o Narco Police de Dinamic, quien consiguió romper el mercado con Game Over, ese título que contaba con la ilustración de Luis Royo, otro de los grandes.
Una de las empresas más potentes, Erbe Software, quiso mantenerse firme en su propuesta y lo hizo bien, atajando el problema de la piratería, que no es algo que surgiese con Playstation 2, y sacando juegos a 875 pesetas (5.25€). Pero parecía inevitable que la falta de adaptación fuese mermando el poder de las empresas españolas, que no supieron adaptarse bien a este cambio. Los problemas financieros depararon un montón de cambios, fusiones, disoluciones y pese a que algunas desarrolladoras lograron mantenerse, la industria se había desinflado de forma notable.
Los 90 fueron un período en el que la trascendencia de la industria española parecía haber desaparecido, incluso olvidado, y no fueron muchas las empresas que consiguieron mantenerse en pie. Iniciativas como PC Futbol mantuvieron a Dinamic unos cuantos años más, y es que este deporte siempre ha tenido mucha influencia en el mercado, más cuando se trataba del primer juego de gestión que vio la luz. Pero si hay un título que consiguió recuperar la importancia, aunque como algo testimonial e independiente, fue Commandos, de Pyro Studios y fue distribuido por Eidos Interactive. El título de estrategia que concibieron en este pequeño estudio consiguió acaparar la atención de todo el mundo y parecía insinuar que la industria española estaba de vuelta. Y es que esta licencia acaparó la atención con una propuesta vanguardista que llevó al estudio a producir varios títulos, incluso en consolas como Playstation. Y es que Commandos se ganó el respeto de todos los usuarios, hasta el punto de que fue considerado abanderado de un género, todo un logro que no muchos pueden alcanzar.
La Gran Metamorfosis
Pero se pudo notar que la industria del videojuego había cambiado mucho y en España no se había podido luchar contra la llegada de las poderosas mentes de oriente y el potente capital norteamericano, aunque en el fondo, todo parece estar más relacionado con la falta de adaptación a la llegada de un cambio tan radical proferido por las videoconsolas, ya que el desarrollo requería de otros aspectos, muy diferentes a aquella época donde cualquier cosa era posible. Aún así, tras Commandos, un pequeño estudio que se hacía llamar Rebel Act Studios, logró acaparar la atención con un título que abordaba las tres dimensiones con gran soltura. Fue este estudio quien presentó un juego que supuso una revolución generalizada en el sector, Blade: The Edge of Darkness, que presentado en el SIMO de Madrid, dejó boquiabiertos a todos.
Pero el juego conocido como Blade no tendría un viaje tranquilo hasta su lanzamiento, ya que, tras alcanzar un acuerdo con Gremlin Interactive, esta empresa quebró, siendo adquirida por Infogrames y dada la existencia de algunos compromisos legales, su producción se detuvo hasta llegar a un acuerdo que les permitiera desvincularse de aquella empresa. Al final, gracias a un acuerdo de distribución con Codemasters, este juego vio la luz y se pudo comprobar el gran talento que tenía este estudio, aunque al final, tanto retraso pudo evitar un éxito mayor. Claro que, el éxito de este estudio ha llegado posteriormente, pues, tras cambiar de nombre y formar la empresa conocida como Mercury Steam, tomaron las riendas de Clive Baker´s Jericho, en primer lugar, y de los conocidos Castlevania Lord of Shadow con el que hemos empezado este artículo.
Ciertamente, la industria española ha estado bajo las sombras a lo largo de estos años, resultaba muy complicado hacer frente a las grandes producciones con pequeñas ideas. En las últimas generaciones que han marcado las grandes compañías en base a los hardwares que iban lanzando, los juegos se han estancado en géneros, conceptos repetitivos, recursos manidos y un sinfín de productos que entretenían y abusaban de las tendencias que iban acoplándose a la experiencia de juego. La industria ha camuflado la evolución del sector en base a aspectos meramente técnicos, si bien, esto ha podido deparar nuevos conceptos que parecen encaminar la experiencia por unos raíles preconcebidos, por mucha libertad que nos propusiesen en las últimas experiencias. Todo bajo el yugo de la publicidad, para lo que hace falta mucho dinero, las nuevas tendencias de la información han permitido que esas mentes brillantes que han vivido ocultas por no poder mostrarse, regresen con la fuerza que movió a esta industria en su origen.
Un nuevo horizonte dorado
La industria indie ha despertado, nuevas vías de autofinanciación están abriendo las puertas a un sinfín de proyectos que están acaparando la atención de los usuarios. Nuevas propuestas que hacen frente a las licencias poderosas de las grandes compañías, del mejor modo que se puede hacer, con innovación e ideas frescas. De este modo, la industria indie ha despegado acoplándose a la nueva generación de consolas, la cual, ha visto un filón importante en este sector.
Las campañas de autofinanciación han permitido que los proyectos puedan ser desarrollados, las facilidades que las compañías están ofreciendo para que los desarrolladores lleguen a sus hardwares, están facilitando el acceso a una comunidad de jugadores que arde en deseos de tener nuevas experiencias. De este modo, solo hacen falta nuevas ideas y pasión, lo que, los creativos y desarrolladores españoles derrochan por sus poros.
Cierto es, que actualmente hay diversos objetivos y plataformas donde sacar a la luz videojuegos, la llegada de dispositivos móviles o juegos en entornos web, acaparan mucho la atención de las empresas y, en parte, el número de proyectos vinculados a estos es inmenso. Ahora bien, si hay un entorno en el que los videojuegos tienen una mayor trascendencia, sin ánimo de menospreciar el trabajo que tiene hacer Candy Crush para que envíe de forma eficiente las invitaciones, las plataformas convencionales siguen acaparando esos proyectos realmente ambiciosos que todos queremos jugar.
Refiriéndonos a las empresas relacionadas con este sector, hemos tenido una clara evidencia de que interesa que la industria española tenga el respaldo necesario para recuperar gran parte de la presencia que se perdió. BadLand Games ha creado una plataforma que busca incentivar a las empresas existentes, así como invitar a nuevas a tomar parte de proyectos que lleguen a las consolas y a PC. Se sabe que hay un talento impresionante en muchas de las mentes creativas de este país, se pone empeño y pasión a la hora de crear juegos, y puede que esos factores, aunados con las vías que dan acceso al desarrollo de juegos, pueda ser el motor que haga resurgir la industria del videojuego español. Siendo una distribuidora, que distribuye títulos de Telltale Games, Big Ben Games, Nordic Games, entre otras, que ha acercado títulos como The Wolf Among Us o Zombi Army Trilogy han llegado gracias a BadLands, su implicación para las desarrolladoras españolas es encomiable, porque ha permitido dar cuenta de en qué se está trabajando hoy día.
No hay más que entrar en la web de DEV, la Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras de Videojuegos y Software de Entretenimiento, para comprobar que este sector está incrementando su relevancia y obteniendo un mayor respaldo general. BadLand Games, FX Interactive (la antigua Dinamic), Bitoon Games, Mercury Steam Pyro Studios, RaLight Studios, entre otros, son los activos preferentes que pretenden incentivar a la industria mediante esta asociación en la que Microsoft también está aportando su parte para hacer posible los sueños de aquellos que estén interesados.
Lo que ha deparado es que actualmente haya varios proyectos que resultan realmente interesantes, algo de lo que BadLand se ha hecho eco en su nueva web, como ya os comentamos recientemente. Y es que BadLand Games se hace eco de estos proyectos porque es la propia distribuidora la que ha puesto empeño en que vean la luz en varias plataformas, proyectos muy interesantes como Castles, Ziggurat, Rime, Blues & Bullets, Ginger: Beyond the Crystal, Heart & Slash o, como no, Anima: Gate of Memories.
En el último Party Chat de SomosXbox tuvimos el placer de estar acompañados por Carlos García, creador del universo de Anima en sus diferentes tendencias, y que nos acercó un proyecto tan ambicioso como es Anima: Gate of Memories. Es un proyecto impresionante que bien merece el reconocimiento de todo el sector por ser algo que, tal como pudimos comprobar, tiene la pasión de ser creado como un sueño que se va a convertir en realidad. Es precisamente este elemento, la pasión, lo que hace posible crear universos, ambientaciones, historias y trasladarlas con pasión para convertirse en una realidad. Y es precisamente esta pasión lo que está sirviendo como motor para muchos de los proyectos independientes que están viendo la luz hoy día, títulos que emanan algo más que mero entretenimiento, que tienen alma.
Resulta realmente ilusionante observar este tipo de implicación en los proyectos, resulta emocionante observar que esto llega desde España, y mucho más interesante es ver que las nuevas tendencias están acercando su realización para que lleguen a todo el mundo, sea en la plataforma que sea, por el medio que sea, porque el último beneficiario será el usuario. La comunidad de jugadores tiene el deber de recibir con los brazos abiertos a este tipo de iniciativas, porque son productos apasionados y apasionantes, porque la labor que hace posible esto es encomiable y el esfuerzo es titánico. Son estos los principios que se requieren, son estos los principios que podrían hacer posible que la industria española vuelva al lugar que se merece, cual ave fenix, renacer con fuerza y deleitarnos con su innovación y pasión.
Los mejores deseos desde el equipo de redacción a toda la industria del videojuego español.