The Outer Worlds, lo nuevo de Obsidian Entertainment, tiene sobrados motivos para convencer a los amantes del rol, tanto en tema de narrativa, como a nivel jugable. El estudio californiano tiene sobrada experiencia en el género y coge su trabajo en Fallout: New Vegas como base de una aventura espacial de lo más interesante, por lo que es imposible no compararlo con la franquicia postapocalíptica de Bethesda.
Tal y como como comentamos en nuestro análisis de The Outer Worlds, pese a tener Fallout como referencia, ha sabido distanciarse y ofrecer interesantes novedades jugables que le dan carácter y personalidad. Aun así, las similitudes son más que obvias entre ambos juegos y estoy seguro de que este lanzamiento llamará la atención a todos los fans de la serie de Bethesda.
Hasta ahora, los creadores de The Elder Scrolls no habían tenido competencia directa en su mismo campo, pero Obsidian ha demostrado que ningún sub-genero de rol se le resiste. Si estás dudando si The Outer Worlds es para ti o no, sigue leyendo, porque te voy a dar unas cuantas razones por las que deberías jugarlo si eres fan de Fallout.
La libertad de ser quien quieras ser
Si por algo se ha definido siempre la fórmula Fallout, es por ofrecer casi total libertad para hacer y decir lo que uno quiera, ir donde uno quiera y jugar como uno quiera. Porque lo que define a un juego de rol va más allá de que se pueda subir de nivel y desbloquear unas cuantas habilidades, es la posibilidad de elegir quién quieres ser, desde el principio hasta el final.
The Outer Worlds lleva esta idea a su máxima expresión con un sistema de creación de personaje y progresión tan profundo como moldeable que bebe directamente de la saga de Bethesda. No hay clases prefijadas, no hay habilidades especiales con luces y efectos, tan solo es necesario definir quién eres. Y si quieres probar distintas maneras de jugar a mitad del juego, puedes hacerlo.
A lo largo de la aventura serás capaz de moldear tus aptitudes en diferentes campos para adaptarte al estilo de juego que más te guste, no faltarán las “perks” a modo de habilidades pasivas y distintos compañeros que complementen tus capacidades. Además, Obsidian se saca de la manga las flaquezas, la trampita de ofrecerte más mejoras a cambio de capacidades, un arma de doble filo.
Todo un mundo que explorar
Para ser exactos, en The Outer Worlds hay más de un mundo que explorar, ya que es una aventura espacial y hubiese sido una completa estupidez limitar el juego a un solo escenario, por muy grande que fuera. ¿Significa esto que pierde la exploración en mundo abierto que vimos en Fallout y The Elder Scrolls? En absoluto, la historia transcurre en diferentes planetas y estaciones galácticas que visitar con una nave que hace de centro de mando, al igual que sucedía en Mass Effect, pero durante ese viaje encontraremos zonas abiertas donde poner en práctica las técnicas de supervivencia del Yermo.
Una vez en tierra firme, encontraremos un rico mundo que explorar con diferentes asentamientos y localizaciones donde conocer nueva gente y nuevas historias. Además, claro está, de grandes zonas abiertas donde hacer frente a diversos peligros, como bandidos o criaturas alienígenas.
Sí es verdad que su estructura limita el tamaño de los mapas, pero la experiencia de morador del yermo se mantiene casi intacta. Pierde en sorpresa, porque las localizaciones son más limitadas, pero gana en variedad de escenarios al poder visitar varios planetas.
Mil historias por descubrir
The Outer Worlds, al igual que la saga Fallout, se las ingenia para que el protagonista sea un recién llegado, alguien que se siente como auténtico pez fuera del agua y tiene que descubrir el mundo desde cero. Cada paso implica conocer nuevos conceptos, nuevos lugares y nuevas historias en una narrativa emergente de los más interesante.
Tanto Obsidian, como Bethesda, se encargan de que no solo haya NPC de relleno, sino que muchos de ellos tengan algo interesante que contar que desemboque en nuevas misiones secundarias y tareas. Si algo tienen en común, es que la trama principal acaba siendo lo menos importante del juego, el autentico valor narrativo se encuentra en las historias de su alrededor.
Pero no es todo, ya que aparte de lo bien que está escrita la narrativa, al final suele ser necesaria la acción del jugador. Durante toda la aventura encontraremos diferentes dilemas morales que resolver que definirán de qué parte estamos y condicionarán el desenlace del juego.
El don de la palabra
Esta es una consecuencia directa de las dos anteriores, ya que un mundo tan grande encontraremos mucha gente con la que poder hablar y con historias que contarnos. Pero el trato con los NPC va más allá de su función de tablones de anuncios.
Obsidian, como en su día Bethesda, se encarga de ofrecer un sistema de conversaciones brillante que nos deja algunos de los mejores momentos de la aventura y conversaciones completamente surrealistas con personajes de todo tipo. Lo más fascinante es que a través de los diálogos también podemos expresar nuestra manera de jugar, ya que dependiendo de nuestras aptitudes aparecerán diferentes respuestas que puedan ayudarnos a solventar una situación de una manera concreta.
Es el mismo sistema que encontramos tanto en Fallout 3, como en Fallout: New Vegas y, a pesar de los años, sigue funcionando como el primer día. Bethesda decidió buscar un enfoque más casual en las últimas entregas de la serie, pero Obsidian lo rescata y lo implementa en su nuevo RPG como uno de sus puntos clave.
Si la palabra falla, mejor estar armado
Estaremos de acuerdo en que el combate nunca ha sido el punto fuerte de la serie Fallout, y no lo es tampoco en The Outer Worlds. Entonces, ¿por qué incluirlo en esta lista? Porque si hay una cosa que sí hacen bien, es suplir sus carencias de control con un elemento táctico de combate que sea capaz de salvar la papeleta cuando los enemigos nos sobrepasan.
En Fallout era el V.A.T.S. (Vault-Tec Assisted Targeting System), en The Outer Worlds, Obsidian se ha inventado el D.T.T. (Dilatación Táctica del Tiempo). Su funcionamiento es muy parecido, pero lo suficientemente distinto como para no infligir derechos de autor y tratar de hacer las cosas con un nuevo enfoque rolero.
Si el V.A.T.S. lo que hacía era parar el tiempo y marcar en cada zona del cuerpo de nuestro enemigo el porcentaje de acierto del ataque en cuestión, el D.T.T simplemente ralentiza el tiempo para poder tener mayor margen a la hora de atacar. No podemos estar media hora pensando porque la barra de acción se consume y, además, sirve para conocer al enemigo y sus flaquezas en combate.
Y hasta aquí este repaso de qué es lo que tiene en común The Outer Worlds con la saga Fallout, razones más que de sobra por las que gustará a los aficionados al yermo de Bethesda. El núcleo jugable de lo nuevo de Obsidian, bebe directamente de su trabajo con Fallout: New Vegas, pero han sido capaces de reinventar la fórmula para que funcione dentro de su propuesta espacial.
Su escala está más contenida para poder ofrecer viajes por diferentes planetas, pero no renuncia a la exploración de mundo abierto, donde encontraremos las mejores historias del juego. Las conversaciones son brillantes y su propuesta rolera más profunda y cuidada que los últimos episodios de la serie Fallout. Obsidian ha demostrado que no necesita estar bajo un gran nombre para demostrar lo bien que se les da este género.