Bienvenido a los laboratorios experimentales de ChromaTec. Estás aquí para testear nuestra tecnología militar de colores de última generación: La ChromaGun (patente pendiente)! Usala para resolver nuestros problemas meticulosamente diseñados, pintando las paredes y los droids. ¿Te acuerdas del jardín de infantes, cuando aprendiste a mezclar los colores? ¡Felicidades! ¡¡Estás preparado para empezar!!
Bienvenido a preescolar
Así nos da la bienvenida un misterioso narrador al laboratorio de pruebas especiales de Chromagun. Podría decirse que Chromagun es el indie por excelencia. Un juego de muy bajo presupuesto que, sirviéndose de una mecánica sencilla pero bien llevada, consigue engancharnos al mando durante horas. Los chicos de Pixel Maniacs se han inspirado (por no decir otra palabra) en la obra magna de Valve a la hora de traernos un entretenido indie que basa su jugabilidad en una mecánica cromática para resolver varias decenas de puzles hasta completar las aproximadamente 5 horas que dura el juego.
Si bien su propuesta no es nada novedosa, si que mezcla elementos con un buen resultado, siendo el máximo exponente a la hora de programar el juego Portal, la obra maestra de Valve y uno de los mejores juegos de puzles de todos los tiempos. Pero esto no va de portales tridimensionales ni de desafiar las leyes de la gravedad. Chromagun va de meterse en un laboratorio y resolver los puzles de cada uno de los niveles basándonos en colores.
Con nuestra Chromagun podremos pintar las paredes, los droids o los azulejos del suelo de azul, rojo o amarillo, los tres colores primarios. Si bien podemos mezclarlos entre sí para obtener morado, verde o naranja, o negro si nos pasamos de la ralla, lo que la mayoría de casos nos obliga a reiniciar el nivel. Para superar los niveles deberemos guiar una especie de esferas gigantes -los droids- hacia unos interruptores que nos abrirán las puertas. Dichas esferas se guían en linea recta hacia la pared que contiene su mismo color, sin embargo no siempre la solución será tan obvia.
Deberemos actuar de forma ordenada y en ocasiones con cierta presteza con tal de conseguir que todas las esferas se muevan en la dirección que queramos y queden ubicadas en sus correspondientes interruptores. No será tarea sencilla pues las esferas que no tengan un color asociado nos perseguirán por la sala y nos eliminarán si nos tocan. Así mismo equivocarse de color o mezcla de colores será igualmente un game over directo, ya que el negro lo fundirá todo y deberemos volver a empezar.
Donde los niveles empiezan a ponerse interesantes es a partir de mitad de juego ya que las soluciones no están nada claras de primeras, lo que nos obliga a entrar en una dinámica de ensayo y error que en ocasiones puede ser bastante frustrante. A decir verdad preferimos aquellos puzles a los que de entrada pueden resolverse solo con el ingenio, no a base de fallar y ver qué ocurre entonces.
Lamentablemente no podemos decir que Chromagun sobresalga en ningún otro apartado. No hay historia ninguna, ese narrador omnisciente (en perfecto inglés sin subtítulos) no tiene nada que ver con GlaDOS de Portal, la banda sonora es prácticamente inexistente y la jugabilidad se basa simplemente en moverse en un entorno tridimensional y disparar una pistola con tres colores.
Conclusión
Chromagun es un juego de puzles que cumple con creces su cometido, nos ofrece unas 5 horas de juego con una dificultad creciente y demostrando grandes dosis de ingenio para idear los puzles con colores que nos propone a lo largo de su veintena de niveles. Desgraciadamente sus desarrolladores no han reparado en ningún otro apartado encontrándonos ante un titulo vacío más allá de su fórmula. Ni historia, ni minijuegos, ni nada de nada. Todo lo que ofrece es el puzle que tienes delante y a la larga acaban repitiéndose muchas situaciones.