Hace algo más de 10 años llegó este título a PC convirtiéndose en un éxito entre los jugadores, y hace un par de años 10tons decidió recuperar el juego para la actual generación. Pese a que hemos tardado bastante en recibir esta nueva versión del juego por fin podemos disfrutarla en nuestras consolas. En este análisis de Crimsonland te contamos que tal le han sentado el paso de los años a este indie.
Sin soltar el gatillo
Crimsonland ofrece un gameplay muy simple a la vez que adictivo. Nos encontraremos en un lugar inhóspito en el que no pararán aparecer enemigos con los que deberemos acabar antes de que hagan lo propio con nosotros. De este modo usaremos los pad para movernos y apuntar y cualquiera de los gatillos para disparar, también podremos recargar aunque la mayoría de las veces esa acción la hará nuestro personaje automáticamente, ya que estaremos tan rodeados de enemigos que agotaremos los cargadores en segundos. Hay que destacar que todo el juego se desarrollará desde una vista aérea, que nos recordará a grandes clásicos de hace años.
A la hora de jugar habrá tres elementos bastante importantes a tener en cuenta, lo primero serán las armas. Comenzaremos con una triste pistola que sirve para acabar con los enemigos de los primeros mapas pero que no hará más que cosquillas a los que nos encontremos más adelante, por eso cada dos fases de la campaña se desbloqueará una nueva arma, normalmente más potente. Ya avanzado el juego nos podremos encontrar con lanzacohetes teledirigidos o una Gatlin de plasma, unas verdaderas bestias que en ocasiones se nos llegarán a quedar cortas por la cantidad de enemigos que nos acosarán por todo el mapa. También habrá las clásicas habilidades que servirán para recuperar nuestra vida poco a poco o que las balas de nuestras armas hagan más daño a los enemigos. Finalmente tendremos los Power-ups, que harán que nuestras armas disparen más rápido, congelarán a los enemigos o crearán una explosión nuclear que termine con todo a nuestro alrededor.
Tanto las armas como los Power-ups irán apareciendo de manera totalmente aleatoria por el mapa, solo podremos conseguirlos durante unos pocos segundos así que deberemos intentar abrirnos paso hasta ellos para obtener esa ventaja. Pero sin volvernos locos porque muchas veces será literalmente imposible llegar hasta ellos y en nuestro afán por conseguir una mejora podemos morir por el camino. Las armas ofrecen muchas posibilidades a la hora de jugar, pero sin lugar a dudas serán los Power-ups los que cambien el ritmo de cada partida convirtiendo la arena en una auténtica locura. Y es que cuando comencemos a acumular efectos en nuestro personaje nuestra capacidad ofensiva crecerá considerablemente y comenzará la masacre. Este también es el modo más fácil de superar las fases ya que con suficientes mejoras podremos acabar rápidamente con los enemigos más peligrosos o simplemente con la ingente cantidad de seres que pueden llegar a acumularse en la pantalla, algo que repetimos cada poco pero cuando juguéis entenderéis perfectamente.
Sobrevive como quieras
A hora de jugar tendremos dos posibilidades, una especie de Campaña y varios modos de Supervivencia. La Campaña se compone de varios mundos con 10 fases en cada uno, aunque este modo servirá únicamente como excusa para conseguir nuevas armas y habilidades para usar en Supervivencia. En la Campaña no habrá ni un atisbo de historia, simplemente tendremos que ir acabando con todos los enemigos que vayan apareciendo en cada fase para poder continuar y desbloquear algo nuevo. En este modo habrá tres niveles de dificultad, empezaremos por el normal y deberemos desbloquear los otros para comenzar un auténtico reto. La variedad ofrecida en cuanto a enemigos y hordas a las que enfrentarse durante la campaña es lo suficientemente diferente para que no nos cansemos de ella y consigamos terminarla.
El modo Supervivencia tiene bastantes más posibilidades y será donde usemos todos los objetos y mejoras que vayamos consiguiendo en el modo Campaña. En Supervivencia nos vamos a encontrar con 6 modos de juego diferentes que nos ofrecerán todas las horas de muerte que queramos, en un modo tendremos que sobrevivir solo con los Power-ups que vayan apareciendo y en otro solo con una ametralladora. Podremos jugar hasta que nos cansemos de masacrar enemigos o cuando hallamos superado a todos nuestros amigos en los marcadores del juego, que supondrán una gran forma de motivarnos a la hora de jugar.
El juego también contará con un modo cooperativo local para hasta 4 jugadores que supone la guinda a Crimsonland, ya que si solo con un jugador vivimos una auténtica locura con varios en la misma pantalla la demencia, el gore y diversión alcanzan limites insospechados. Como siempre comentamos en este tipo de juegos se echa de menos el multijugador online, ya que no todos tienen la posibilidad de jugar con gente en casa y este modo realmente merece la pena ser compartido con más personas.
Apartado técnico
El apartado audiovisual del juego es muy justo pese a las mejoras que tiene, gráficamente cumple sin más y se hecha de menos más variedad en cuanto a escenarios, ya que la mayoría son bastante sosos. La BSO es correcta y los efectos sonoros están conseguidos con los monstruos y las armas. El juego llega en completo inglés aunque sinceramente en este título poco importa el idioma.
Conclusión
Crimsonland es un juego sencillo pero que nos mantendrá bastantes horas pegados al sofá. Seguramente su fórmula no valga para que aguantemos mucho tiempo seguido jugando con él, pero es el típico juego al que siempre se puede volver a echar un par de partidas y divertirnos sin tener que preocuparnos de nada.