Hace una década, THQ lanzó uno de esos juegos que podía no levantar la expectación de otros títulos, pero sin duda lograron tener la atención de una buena parte de los usuarios, y, sobre todo, de la crítica especializada. Hablamos ni más ni menos que de Darksiders, un juego en el que encarnábamos a Guerra, uno de los cuatro jinetes del apocalipsis, en una obra que mezclaba varios elementos que dieron lugar a un resultado muy notable. Entre los elementos que destacaban podíamos encontrar su sistema de combate, del que bebía indudablemente de los Hack and Slash, y si planteamiento de mundo semi abierto con mazmorras, que recordaba a títulos como Zelda. Tras todo esto han ido llegando nuevas entregas que repetían la fórmula que hicieron a Darksiders un hueco en la industria, hasta ahora. Darksiders Génesis es el nuevo trabajo de Airship Syndicate para la franquicia, con a priori bastantes cambios respecto a la fórmula original, pero ¿ha cambiado tanto como parece? Puedes salir de dudas con nuestro análisis de Darksiders Genesis.
Lucha y Guerra
La principal novedad de Darksiders Genesis respecto a lo visto anteriormente en la franquicia reside en la forma en la que vivimos la aventura. Si en anteriores entregas nos encontrábamos ante juegos con una estructura de semi mundo abierto y con el punto de vista clásico de los Hack & Slash, en esta ocasión el juego se encuentra dividido en niveles individuales, y la aventura se desarrolla desde un punto de vista isométrico, al más puro estilo Diablo.
No obstante, y a pesar de lo que se podía pensar en un primer momento, lo cierto es que Darksiders Genesis mantiene perfectamente la esencia de la franquicia. A pesar de los citados cambios, el resto de aspectos jugables nos recuerda enormemente a lo visto anteriormente. Además de enfrentarnos a numerosos enemigos, también tendremos que hacer uso de nuestro ingenio para superar ciertos puzles en secciones más plataformeras, así como explorar los distintos rincones de los niveles en busca de objetos que nos sirvan para nuestra aventura.
Entrando en detalles, y aunque es cierto que la esencia de la saga se mantiene, no nos termina de convencer el punto de vista isométrico. Aunque este siente bien al juego en determinados momentos, lo cierto es que la cámara no se comporta tan bien como debiera lo que da lugar a situaciones que nos deja en desventaja frente a nuestros enemigos.
En esta entrega no tendremos el control de un solo jinete, como había ocurrido hasta el momento, sino que podremos encarnarnos tanto en Lucha, como en Guerra. El protagonista de la primera entrega de la franquicia se mantiene fiel a lo visto anteriormente, haciendo uso de un combate cuerpo a cuerpo brutal, lo que nos permitirá acabar con nuestros enemigos desde distancias cortas. Lucha, en cambio, se caracteriza más por su combate a distancia, haciendo uso de sus pistolas (las cuales podremos modificar) y de un combate cuerpo a cuerpo mucho más rápido pero menos dañino que el de su hermano.
En este sentido, Darksider Genesis se mantiene muy fiel a la franquicia, contando con un sistema de combate divertido y variado, pues la posibilidad de disfrutar de dos formas diferentes de jugar otorgan un soplo de aire fresco a lo largo de la aventura. Sin embargo, y a pesar de contar con diferentes habilidades y mejoras a nuestra disposición, se echa en falta una mayor variedad de combos en los personajes, pues quedan reducidos a la clásica opción de utilizar continuamente el mismo botón, o solamente mezclar dos de ellos para levantar a nuestros enemigos del suelo.
Finalmente, y como principal novedad del título, Darksiders Genesis no solo nos deja escoger entre Lucha y Guerra de manera individual, sino que, por primera vez en la saga, incluye la posibilidad de jugar la aventura en cooperativo con nuestros amigos, ya sea de manera online, o local a través de la misma consola.
Mantener el equilibrio
La historia de Darksiders Genesis se encuentra desarrollada años antes de los hechos ocurrido en la primera entrega de la saga, donde los jinetes tendrán que hacer frente a una de las amenazas más temibles posibles: Lucifer. El ángel caído pretende hacerse con el control absoluto del infierno, llevando a cabo multitud de actos que acabarán con el equilibrio que el Consejo tanto se ha esforzado en mantener a lo largo de la historia, y nuestra misión consistirá en detener sus planes.
Aunque si bien es cierto que la premisa tiene un gran potencial, lo cierto es que el desarrollo de la misma se siente algo desaprovechado. A pesar de contar con varias referencias al pasado de los protagonistas de lo más interesantes, la historia de Darksiders Genesis queda algo insulsa. El guion, más que sentirse como algo fluido, parece ser una excusa para visitar las diferentes mazmorras de la aventura, centrando gran parte de su desarrollo en la realización de una serie de encargos que parecen no lograr que la aventura termine de despegar del todo hasta bien comenzada.
En cambio, un aspecto que roza un gran nivel ha sido el de su diseño de niveles. Las diferentes mazmorras que visitaremos, cuentan con aspectos bien diferenciales entre sí, y gracias a la mano de Joe Madureira, no será extraño que queramos quedarnos parados disfrutando de algunos escenarios del juego.
Otro aspecto en el que se nota la mano de Madureira es en el de las cinemáticas del juego. En esta ocasión, Darksiders Genesis prescinde de las cinemáticas al uso, dando lugar a una serie de imágenes estáticas al más puro estilo cómic que, francamente, sienta fenomenal al juego.
Sin embargo, no todo es perfecto en lo que al diseño del juego se refiere, ya que este peca de repetitivo en lo referente a los enemigos. A lo largo de la aventura nos encontraremos con escasos tipos de enemigos, siendo reutilizaciones de otros que hemos visto anteriormente, pero con aspecto diferentes según el tipo de mazmorra en el que nos encontremos. Y la cosa no mejora en lo que respecta a los jefes finales, que, pese a tener un mejor diseño que los anteriores, también peca algo de repetitividad en los diseños.
La caída de los Jinetes
Los mayores problemas de Darksiders Genesis llegan cuando hablamos de su apartado técnico. Aunque, como hemos comentado, el diseño del juego nos ha gustado mucho, este cuenta con ciertos problemas de rendimiento que empañan la experiencia. No será extraño notar bajadas de rendimiento, ya no en las peleas con numerosos enemigos, sino cuando nos encontramos en las fases de plataformas, lo que en alguna ocasión nos ha llevado a fallar a la hora de intentar resolver algunos de los puzles planteados.
Además, este no es el único problema del juego, ya que han sido varias las ocasiones en las que, peleando con algunos rivales, o simplemente moviéndonos por las diferentes mazmorras, nos hemos quedado enanchados bajo el mapa, provocando que tuviéramos que reiniciar el nivel al completo.
Y este no es un problema exclusivo de los jugadores, ya que también son constantes los momentos en los que, al pelear contra nuestros enemigos, estos quedan congelados tras las paredes o el suelo del escenario, impidiendo poder acabar con ellos. Y no solo eso, sino que también han sido continuas las ocasiones en las que, a la hora de ejecutar a un enemigo, este desaparece, lo que provoca ver a Lucha o Guerra realizar sus correspondientes animaciones contra el aire.
Finalmente, Darksiders Genesis llega completamente localizado y doblado al castellano, contando con un muy buen nivel. Así mismo, la banda sonora del juego no se queda atrás, dejando una serie de piezas musicales que saben encajar perfectamente con los momentos más tensos en pantalla.
Conclusiones
A pesar de que nuestro análisis de Darksiders Genesis pueda parecer muy crítico, lo cierto es que el juego nos ha gustado mucho. La premisa de Airship Syndicate es muy divertida, y durante las algo más de 12 horas que dura la aventura, la posibilidad de variar entre Guerra y Lucha (en caso de jugar en solitario) hace muy entretenida la experiencia.
No obstante, no cabe dudas que de haber contando con un mayor cuidado en algunos de sus aspectos, especialmente su apartado técnico, podríamos encontrarnos ante un producto sobresaliente.