La saga Darksiders es uno de esos nombres que, gracias a sus originales diseños y propuestas jugables, consiguieron hacerse un hueco en el corazoncito de los jugadores en una época dorada de la industria donde la polaridad de los desarrollos no había terminado de copar la primera plana de los lanzamientos anuales. Estos juegos de la pasada generación de consolas con presupuesto humilde y gran talento a sus espaldas, terminaron por hundir una maltrecha THQ que no pasaba por los mejores momentos financieros.
La montura de Furia es protagonista del nuevo trailer de Darksiders III
Tras varios años en el expositor de compra, gran parte de los derechos de la compañía se los llevó Nordic Games, ahora conocida como THQ Nordic. Dispuesta a convertirse en una de las mayores distribuidoras del sector desde suelo europeo, ha seguido haciéndose con distintos estudios y cuenta ya con más de 35 juegos en cartera todavía sin anunciar.
Así es como llegamos a Darksiders III, la tercera entrega de una saga de acción hack ‘n slash que consiguió hacerse un hueco entre los pesos pesados género para contarnos las aventuras de los cuatro jinetes del apocalipsis a los que el ilustrador Joe Madureira dio vida en su serie de comics.
Pecados Capitales
En este resurgir de la serie Darksiders, el equipo de Gunfire Games (formado por parte del extinto Vigil Games) echa, en parte, el freno a la saga para hacer un poco de retrospectiva y fijarse en sus inicios para crear una aventura con sabor a tradición, pero que acaba fallando en su propuesta con un ritmo torpe que deja todavía en el aire el futuro de la serie.
Furia es la más enigmática e impredecible de los jinetes del apocalipsis, es astuta e implacable. Su elección como protagonista jugable demuestra la ambición del equipo por revivir esta franquicia a toda costa. La propia definición del personaje nos embarca en una aventura donde prima la acción y acaba dejando de lado aspectos tan importantes de la serie como la exploración y los rompecabezas
Los jinetes del apocalipsis son los encargados de mantener el Equilibrio en la eterna lucha entre ángeles y demonios, pero Guerra es acusado de trasladar el conflicto hasta la Tierra, originando el apocalipsis. Paralelamente a los acontecimientos de la segunda entrega de la serie, Furia afronta la búsqueda de los Siete Pecados Capitales para demostrar su valía ante el Consejo Abrasado y liderar a los jinetes.
Narrativamente no esperábamos ningún alarde, pero en líneas generales la historia se sigue con cierto interés a pesar de resultar confusa y atropellada en ciertos momentos. Furia destaca como un papel femenino con mucho carácter y personalidad, pero más allá, no nos devuelve grandes personajes memorables y acaba resultando un viaje de pecado en pecado sin mayor profundidad en ninguno de sus apartados. La mayor parte del viaje se siente como una cacería de jefes sin apenas conexión entre sí que poco aporta a la trama conjunta de la serie y nos deja más preguntas que respuestas.
La llama de la Furia
Darksiders III presenta una propuesta lineal sin apenas distracciones secundarias del principal objetivo de nuestra protagonista, pero que al mismo tiempo nos llama a ser revisitado gracias a un diseño interconectado con cierta rejugabilidad a lo largo de la aventura. Esto se transmite en la sensación de estar recorriendo una gran mazmorra con diferentes zonas temáticas según el jefe de turno, pero que no da mucho más pie a la exploración o los puzles.
Su propuesta hack ‘n slash occidental está lejos de ser perfecta, peca de movimientos bastantes sencillos y la acción no es lo rápida que nos gustaría en ciertos momentos, aun así, el conjunto jugable se siente en armonía con el diseño del juego y es lo suficientemente divertido, pero se evidencia la falta de recursos en un diseño de dimensiones limitadas que nos obliga a renunciar a las típicas monturas de la serie, entre otras cosas.
La naturaleza del personaje nos llama a una propuesta muy enfocada al combate, resulta más exigente y desafiante que en anteriores entregas, con mucha atención a las evasiones y los contraataques. Aun así, salvando algún jefe o enemigo puntual, la variedad de amenazas son fácilmente salvables sin apenas variar nuestro modo de juego básico de aporrear botones con el arma principal, que resulta la más versátil, sin apenas sacar provecho del resto de armamento.
La progresión y mejora del Furia mediante almas y objetos resulta inteligente y dinámica. Cuenta con habilidades sorprendentes, pero la falta de variedad jugable y el limitado diseño de sus escenarios, hace que no brillen tanto como nos gutaría, perdiendo momentos épicos que podíamos ver anteriormente en la saga.
A los mandos se siente un quiero y no puedo que no sabemos a ciencia cierta si se debe a una falta de recursos o a un desarrollo acelerado. Los movimientos se sienten pesados e imprecisos tanto en el combate, como en la propia exploración, hasta momentos casi frustrantes conforme avanza la aventura. Esa falta de información y exactitud provoca momentos donde el propio sistema nos impide ejecutar una batalla con la certeza de que el personaje responde como debería a los controles. Igualmente, a la hora de moverse por el escenario y realizar simples acrobacias no tenemos la seguridad de que todo está bajo control hasta el momento en el que subes la cornisa con éxito o toca repetir el salto.
El funcionamiento de la cámara es, posiblemente, el enemigo más desquiciante de Darksiders III. Su manejo es torpe e impreciso y si la dejamos a su aire en los combate, sobretodo en espacios reducidos, se posiciona de manera incómoda impidiéndonos ejecutar de manera satisfactoria habilidades y contraataques en determinadas ocasiones.
A todo esto, debemos sumarle un rendimiento que, en ocasiones palidece en la versión base de Xbox One con caídas notables de rendimiento y ciertos bugs y “cuelgues” que llegan a desesperar. Esto, sin duda, empaña un resultado notable por la pérdida de tiempo que supone el, por ejemplo, tener que ejecutar el juego de nuevo tras morir a manos de un jefe porque a la hora de cargar la partida se cuelga el sistema en varias ocasiones, como nos ha ocurrido.
Algo que sí nos ha gustado especialmente, es la banda sonora de acompañamiento épico que nos conduce a través de la aventura. Si bien el doblaje al español es notable, no hemos podido disfrutar demasiado de él, debido a un bug que pone por defecto el doblaje original en ingles prácticamente desde el principio de la aventura y que, según nos ha confirmado THQ Nordic, se resolverá en las próximas 48 horas. A parte, hemos podido observar algún error de localización en algunos objetos o descripciones.
Si bien esperábamos con muchas ganas esta tercera entrega de la serie, Darksiders III nos deja un sabor más amargo que dulce. Un acabado final torpe en su ritmo y ejecución lo alejan de ser ese lanzamiento que la serie necesita para volver con toda la fuerza necesaria a una industria que cada día exige más y donde los pasos a medias se pagan caro.
Recupera, en parte, el tradicional espíritu de la serie y otros juegos del género, pero se deja en el tintero la ambición de sacarle todo el provecho a un personaje y un universo tan rico. Si pasamos por alto sus tropiezos jugables, nos brinda un puñado de horas de entretenimiento, pero nos deja una oportunidad desaprovechada de firmar una entrega que aporte un futuro a la serie Darksiders.