Que esta es la generación de los refritos, que sí. Pero olvidémonos por un momento de los prejuicios, y además de recordar que también han llegado durante estos últimos años una gran cantidad de títulos nuevos con una calidad excepcional; pensemos en el valor de estas remasterizaciones. Las hay malas y mediocres, pero cuando se hacen bien se convierten en una excusa perfecta para revivir esas aventuras que nos fascinaron en su momento; o para redescubrirlas en mejores condiciones, porque seguro que también existen muchos de estos casos. Con nuestro análisis de Darksiders Warmastered Edition te contamos por qué este es uno de esos casos en los que merece la pena volver a acompañar a Guerra, tanto si sois fans de su entrega original como si aún no la habéis descubierto.
Una remasterización de manual
Creo que hace tiempo dejó de tener sentido eso de pensar en los juegos que merece la pena recuperar en forma de remasterizaciones o no. Esto empezó como forma de recuperar algunos de los mejores juegos. Luego las compañías también se sumaron a hacerlo con los títulos menos sobresalientes. El caso de Darksiders es algo particular. Porque sin ser considerado uno de los grandes de la pasada generación, sí que es uno de esos juegos que se encuentra bien atrincherado en la memoria de quienes disfrutaron de él en su día gracias a sus virtudes. Un juego de culto, como se suele decir, que realmente creo que merece la pena recuperar. Más quizás incluso que su segunda parte, cuya remasterización ya nos llegó también el año pasado. Además, cómo no, sirve como una pequeña prueba de cara a su recepción, por si algún día THQ Nordic se decide a traernos de una vez por todas esa esperada tercera entrega, que en teoría se encontraba en el horizonte de la compañía.
La última remasterización que he jugado en Xbox One antes de Darksiders Warmastered Edition fue Dishonored Definitive Edition. Y aún sigo sorprendido por lo bien que ese juego ha envejecido. Cierto es que en este caso no tiene tanto tiempo, pero aun así las sensaciones a los mandos se sentían tan nuevas como entonces. Con Darksiders ocurre algo parecido en cierto modo. Con la diferencia de que no es un juego que se encuentre tan al día en cuanto a gameplay, pero sí que podemos considearlo como uno de esos juegos atemporales debido a unas mecánicas jugables tan clásicas como satisfactorias. Y mejor aún cuando se nos presenta con este lavado de cara, que tan bien le ha sentado a Guerra y su aventura.
La otra Guerra que tampoco cambia
Así, volveremos a ponernos en la piel de Guerra, uno de los cuatro jinetes del apocalipsis que, casi sin beberlo ni comerlo, se ha visto envuelto en una trama de engaños que han desembocado en la extinción de los humanos, que componían el tercer reino y que ayudaban a dotar de equilibrio al mundo. Ahora, no nos quedará otra que aventurarnos en esta odisea para desenmascarar la verdad y saciar su sed de venganza mientras recuperamos todo nuestro poder como jinete. Si bien la historia que se desarrolla ante nosotros no resulta especialmente inspiradora, el buen modo en el que está contada y esas sutiles dosis de humor, la hacen atractiva como para realmente sentir que estamos haciendo algo importante a nuestro paso.
Para ello también están de vuelta, por supuesto, las mecánicas que ya conocíamos y que convirtieron a Darksiders en un gran juego. En este caso no tanto por ser un producto extremadamente exclusivo, sino precisamente por saber recoger de forma excelente un sistema jugable, heredero directamente de clásicos como la saga Zelda, y dar a los jugadores esas sensaciones que en cierto modo, y como es natural, poco a poco van quedando atrás a favor de otras tendencias. Mazmorras llenas de secretos y enemigos que despachar se convierten en el día a día de Guerra. Mientras vamos adquiriendo nuevos poderes y posibilidades a la hora de resolver cada situación. Lo que va convirtiendo la exploración en una experiencia más gratificante de forma progresiva.
Darksiders no es un machacabotones, aunque en este sentido la variedad en el combate no es muy amplia; ni tampoco un juego de puzzles o de mundo abierto enorme. Pero recoge lo mejor de estos estilos y los combina de forma magistral y equilibrada para ofrecer un título variado y divertido. Es cierto que si lo jugamos echando un ojo hacia adelante, no es difícil darnos cuenta de que a día de hoy, aunque los mapas no son los más grandes que hemos visto, esos escenarios se sienten más vacíos de lo que nos gustaría, y de que incluso recorrerlos a lomos de Ruina (el corcel de nuestro protagonista) puede hacerse algo pesado por momentos. El sistema de combate que ya he mencionado, peca de ser demasiado arcaico. Y algunos enemigos a veces se hacen algo repetidos.
Pero si le perdonamos estos pequeños detalles, cuando el juego arranca, habiendo alcanzado ya ciertas mejoras para Guerra y descubierto varias zonas del mapeado, es cuando recordamos por qué funcionaba tan bien aquel título original. Esencia clásica, con una fórmula que atrapa con gran facilidad, y era al final del juego cuando terminabas por percatarte de sus bondades. Por eso ahora hablamos de un título de culto. Un juego al que si dais una oportunidad con un rato de juego y le permitís mostrar su bondades, os apetecerá muchísimo recuperar.
Esta Guerra sí que es atractiva
Claro que todo esto no sería igual sin el carisma de Guerra y el diseño de Joe Madureira. Darksiders habría sido un juego con escasa personalidad si en su momento únicamente se hubiese centrado en recoger ese testimonio jugable de otros clásicos del género. Sin embargo, desde Virgil Games consiguieron dotar a su obra con un excelso aspecto visual que, a día de hoy, continúa resultando atractivo. En especial para los aficionados a los cómics.
Y precisamente, como remasterización digna, este es uno de los puntos fuertes de Darksiders Warmastered Edition. Un juego que a nivel técnico ha mejorado notoriamente con su nueva edición. Las texturas han sido retocadas y la mejoría es palpable. Si bien es inevitables que se note eso de que estemos ante un título con algunos años ya a sus espaldas, el resultado es muy satisfactorio y, desde luego, el mejor modo de disfrutar la obra de Madureira. No solo porque gráficamente encontramos en Darksiders Warmastered Edition un ligero remozado gráfico que le sienta muy bien, sino porque el juego rinde perfectamente a unos 60 fps estables, para que no nos perdamos ni un ápice de espectáculo de esos combates y ejecuciones que Guerra lleva a cabo con sus acciones. Es precisamente en los momentos de combate donde brilla más a nivel visual, gracias al cuidado acabado que presenta cada personaje. Y es también ahí donde Darksideres ha envejecido mejor.
A nivel sonoro el juego mantiene su buen hacer. Sin embargo, no podemos pasar por aquí sin dejar de hablar de uno de esos despropósitos que a veces ocurren cuando las compañías son, incomprensiblemente, descuidadas con sus productos. Darksiders Warmastered Edition ha aterrizado en España sin su doblaje en castellano, que sí se encontraba en la edición original. En teoría, y según nos han confirmado desde Badland Games (distribuidora), el doblaje al castellano llegará. Aunque THQ Nordic prometió ponerlo a disposición de los jugadores el pasado fin de semana, a día de hoy aún nos encontramos esperándolo los usuarios de Xbox One. Cosa más absurda todavía teniendo en cuenta que la actualización sí ha llegado ya a PS4.
Tomándonos las cosas con algo de humor. Por mi parte suelo jugar en el idioma original cuando los títulos no se encuentran doblados al castellano. Pero por alguna razón comencé a jugar a Darksiders Warmastered Edition en español latino. Algo que curiosamente no me ha parecido tan amargo por recordarme a algunos doblajes de películas o series animadas de alrededor de los 90. Como siempre, habrá a quien le parezca insufrible. Obviamente no porque el español neutro desmerezca, sino porque sencillamente dista considerablemente del hablado en España. Una pena que con el buen trabajo de remasterización que se ha llevado a cabo con Darksiders, este tipo de descuidos empañen el resultado final.
Conclusión
Darksiders Warmasted Edition sigue siendo el mismo gran juego de hace unos años. Un juego que sorprende por un conjunto que funciona especialmente bien recogiendo de forma estupenda la influencia de clásicos del género y recuperándola en una obra que, a día de hoy, ya es un clásico más. Como bien demuestra esta remasterización, realizada además con mimo, que presenta un rendimiento impecable y un buen, aunque ligero, remozado gráfico que le sienta muy bien. Sin duda merece la pena descubrir la aventura de Guerra, o volver a ella si ya la jugasteis en su momento.