El roguelike es un género casi inagotable, que nos puede dar horas y horas de juego bajo un formato, en realidad, bastante sencillo. Luego ya cada cual complica las cosas a su manera, y va dotando de profundidad al juego con diferentes tipos de elementos. Lo bueno es que al final los resultados podrán ser más o menos acertados, pero siempre suelen resultar en títulos bastante entretenidos en los que no cuesta mucho iniciarse, por su sencillez, pero si lograr dominar, por su profundidad. El problema viene cuando empiezas a competir con muchos otros por hacerte un hueco en el género, algunos de ellos además con una calidad tan inmensa como la de Enter the Gungeon, por poner un ejemplo -de los mejores- reciente. Iron Crypticle llega de la mano de Tikipod como otro de esos competidores que quieren hacerse un hueco en esta ola de roguelikes que parece no tener límite. Pero antes de anticipar su resultado, empecemos por el principio en este análisis de Iron Crypticle en Xbox One.
Bajo la clásica premisa del caballero que debe ponerse al servicio del rey, salvar al reino y rescatar a la princesa, nos toca ponernos manos a la obra. No importa demasiado, ya que aquí lo que prima es la acción, por eso no se explica nada respecto al control y poco más del argumento, sino que se nos deja a nuestro aire para que aprendamos mediante ensayo y error, como en todo buen roguelike. La base son los josticks: mientras que con el izquierdo nos movemos, el derecho lo emplearemos para lanzar los proyectiles que toquen (según potenciadores) a los enemigos. A eso debemos sumarle dos botones más, uno que nos permite escabullirnos con un impulso rápido y otro para realizar un ataque especial que limpia la zona de rivales.
El control funciona correctamente, pero se siente algo más lento de lo que hemos visto en otros títulos. O más bien sea porque el ritmo no es tan intenso como cabría esperar por la cantidad de enemigos en pantalla. Obviamente en los niveles de dificultad más elevados, y conforme avanzamos, la cosa se complica un montón y el reto es enorme, pero los niveles medios resultan asequibles. En esto también tiene parte de culpa que Tikipod haya pecado de sencillez.
Como podéis imaginar, la chicha empieza en cada estancia cuando comienzan a aparecer innumerables enemigos en pantalla y nos toca empezar a darles caña sin saber cuáles son sus rutinas, habilidades o debilidades. Ir aprendiendo todo eso, junto a lo que nos pueden ofrecer los diferentes potenciadores que vamos consiguiendo, los trozos de mapa o algún que otro secreto, son las claves para ir mejorando en cada nueva partida y llegar más lejos. A pesar de la cantidad de objetos y retahíla de enemigos que siempre hay en pantalla, es cierto que no se siente tan dinámico como otras propuestas; pero el multijugador cooperativo local ayuda a que la colaboración con hasta otros tres compañeros haga todo mucho más divertido.
El camino del caballero también tiene su punto de variedad, que se encuentra en los jefes finales y en unas fases de bonus bastante originales por su diseño en 2D. Pero se echa en falta más trabajo en cuanto a contenido. La variedad de enemigos no está mal, y su diseño aunque no dice nada del otro mundo es correcto, pero rara vez nos sorprenden en sus mecánicas. Del mismo modo no hay nada realmente que nos haga querer seguir jugando y descubriendo cosas, por lo que tras las primeras partidas se pierde el interés más rápido de lo que gustaría; y a menos que vayáis a continuar jugando en compañía, no hay mucho por lo que quedarse.
Su diseño gráfico inspirado en los 8 bits no es muy destacable, pero cumple con su función de recordar a los juegos de la época y le brinda cierto encanto. Pero tampoco encontramos aquí ese punto diferenciador que haga a Iron Crypticle un título especial, a destacar por encima de otros. Y la decisión de acortar la pantalla para incluir información sobre los personajes es hasta cierto punto comprensible, pero me parece innecesario, en especial cuando se juega en solitario (volvemos al intento de busca ese gusto por lo retro, que igual no siempre es la mejor idea).
Iron Crypticle es un juego bien trabajado, con buenas ideas y con un muy divertido multijugador. Su mayor problema es encontrarse a la sombra de otros grandes del género, que además de reunir todo eso, llegan a otro nivel en cuanto a profundidad tanto jugable como artística. Aún así es una opción muy válida para los aficionados a los roguelike.