Mientras algunas compañías intentan desmarcarse de cualquier ideal político y definir sus juegos como contenido apolítico, otras aceptan que, como cualquier otro medio, los videojuegos tienen contenido político y que este refleja la visión de sus desarrolladores. Irony Curtain: From Matryoshka with Love nos lleva a una supuesta ficción que es muy real. Se conoce como Guerra Fría el periodo que comporta el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta la disolución de la Unión Soviética y pese a no producirse nunca ningún enfrentamiento directo entre los países implicados, su fama se debe a la tensión vivida por los bloques capitalistas y comunistas, así como una carrera armamentística que acabó sumiendo en la ruina a la URSS.
Irony Curtain: From Matryoshka with Love tiene lugar en la época en la que esta guerra era todavía un choque de ideologías y cuando se consideraba el Comunismo como una alternativa viable al Capitalismo, la década de los cincuenta. Con este pretexto y con la declaración de intenciones de que estamos ante un juego que pretende atizar a ambos sistemas económicos, procedemos al análisis de Irony Curtain: From Matryoshka with Love en Xbox One.
Desde Matryoshka con amor
Matryoshka es un país ficticio situado dentro de los estados comunistas, con la peculiaridad de que su frontera limita con la mismísima cortina de hierro. Su situación geográfica, bastante cercana a Polonia hace pensar que el hecho de que los desarrolladores Artifex Mundi sean polacos no es una casualidad. Los desarrolladores han querido contar una sátira -ya que estamos ante un juego con mucho, muchísimo humor negro- que además refleje escenas por las que sus padres o abuelos pasaron.
El sistema comunista, con sus ideales utópicos llaman la atención de Evan, un periodista de los Estados (todo sea no llamar a los países por su nombre) que cae enamorado de las tradiciones de Matryoshka. Tanto que defiende a capa y espada en su país dichos ideales, recibiendo tomatazos y abucheos cada vez que lo hace, por supuesto. Un buen día, su férrea defensa del Comunismo y de Matryoshka lleva al gran líder del país a invitarle.
Evan se ve obligado a aceptar esta invitación para ir a Matryoshka, ya que el Gobierno de los Estados había llegado a su hogar y comenzaba a investigarle, así que antes de que lo acusen de espía o cualquier cosa, decide que es momento de abandonar su país y visitar Matryoshka y así cumplir su sueño.
Un homenaje a LucasArts
Los desarrolladores del juego, Artifex Mundi, dicen que Irony Curtain: From Matryoshka with Love está inspirado en los juegos de LucasArts y Daedalic Entertainment. Por supuesto, los polacos tienen razón y es que estamos ante un Point and Click de los de antaño. Su propuesta enseguida nos recordará a El Día del Tentáculo, Grim Fandango, Monkey Island y los más recientes Deponia.
Irony Curtain: From Matryoshka with Love está cargado de humor y escenas animadas pero sobre todo de puzzles que nos tendrán pensando durante muchos minutos y que quizás acabemos resolviendo a base de ensayo y error, como es costumbre en este género. Pero, el proceso, la ambientación y -en general- la sensación que tenemos al jugarlo es la misma que cuando nos pusimos a los mandos de cualquier título mítico de LucasArts. La mecánica es la misma, debemos hablar, explorar, combinar objetos y utilizar todo nuestro ingenio (y a veces la suerte) para seguir avanzando en nuestro camino por la hostil Matryoshka.
Si bien los puzzles están muy elaborados e incluso cuentan con más de una manera de resolverse, hay algunas pegas en el gameplay del juego. Principalmente su control. Claro está que no vamos a exigirle a un Point and Click la misma movilidad o agilidad que a un shooter o juego en tercera persona, pero hay momentos en los que parece que los límites de los objetos y caminos no están bien definidos, de manera que nuestro personaje choca e incluso se puede quedar atascado. Si eso pasa decid adiós a vuestra partida, ya que el juego no tiene varias ranuras de guardado. Eso es algo que por desgracia me ha ocurrido, encima en el tramo final del juego.
Quitando esta pega que un parche teóricamente ligero puede solucionar, no le podemos poner ninguna pega más al gameplay. Promete con lo que ofrece su género, un género que no ha evolucionado desde hace más de 20 años, pero que tampoco lo necesita ya que cada juego ofrece una experiencia distinta, con combinaciones inverosímiles y unos puzzles que requieren toda la atención e imaginación posibles.
En la antigua Unión Soviética el juego te analiza a ti
Si hay otro aspecto a destacar en este juego a parte de su humor y la crítica social que realiza, es la dirección artística. Sentiremos que estamos jugando verdaderas viñetas de un cómic ambientado en la URSS. Los diseños de los personajes y niveles se lucen durante el juego, pero lo hacen todavía con más fuerza en las pequeñas cinemáticas que suceden de vez en cuando y sirven para proporcionar mayor carga narrativa.
Este no es un juego donde las cifras en resolución o tasa de frames por segundo deban importar. Pese a eso, el juego luce muy bien y tanto cinemáticas como gameplay se muestran a muy buena calidad. La banda sonora nos recordará a cualquier producción ambientada en la Unión Soviética con las típicas sinfonías que suenan tan «rudas».
Por último, el juego cuenta con un completo doblaje al inglés. No demasiado elaborado, pero resultón. Por desgracia Irony Curtain: From Matryoshka with Love no cuenta con subtítulos en castellano, por lo que la única manera de jugarlo es con los textos en inglés.
Análisis de Irony Curtain: From Matryoshka with Love – Xbox One
Irony Curtain: From Matryoshka with Love es una carta de amor a los point and click clásicos con un humor único y que consigue criticar con acierto los defectos de dos sistemas económicos que dividieron durante casi medio siglo al mundo entero. Al final, nos enseña que la corrupción está presente en todas partes y que pase lo que pase, los que lo sufriremos de primera mano seremos las personas de a pie.
Si echas de menos los típicos juegos de LucasArts, con su humor único, unos puzzles imposibles y una dirección artística única, la verdad es que se me ocurren pocos juegos que consigan estar al nivel de Irony Curtain: From Matryoshka with Love. Lo que nos trae Artifex Mundi es un juego notable de unas 7-9 horas de duración que seguro los más mayores de la casa disfrutarán al recordar los grandes clásicos del género.