DIRT 5 vio la luz con unas semanas de antelación a la llegada de los nuevos hardwares. Su lanzamiento no era ajeno al de las consolas de nueva generación, pues desde hace tiempo el juego de Codemasters se vinculó directamente a estos hardwares. Con una propuesta de conducción arcade repleta de efectos y colorido, fue uno de los abanderados del lanzamiento de Xbox Series X y Xbox Series S. Las principales cualidades que nos encontramos en esta versión mejorada, es en cuestiones de rendimiento y calidad visual, y dado que no cambia el juego en sí, os presentamos este pequeño análisis de las mejoras de DIRT 5 en Xbox Series X.
Hicimos en su momento su análisis siendo este ejecutado en la Xbox One X, donde se podía comprobar que el juego daba mucho juego cuando se ejecutaba en modo rendimiento. La calidad visual del juego era más que buena, pero cuando realmente se podía encontrar un despliegue de sensaciones digno de un juego de velocidad arcade, era cuando se priorizaba el rendimiento y se ajustaba en torno a los 60fps.
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Análisis de las mejoras de DIRT 5 en Xbox Series X
Conscientes de este aspecto, la versión mejorada de DIRT 5 impuso una serie de criterios que priorizaron un rendimiento de 60fps, tanto juegues en modo Resolución, como si juegas en el modo que prioriza la calidad visual. A estos dos modos gráficos, se suma uno que expone todavía mejor la importancia de ofrecer un rendimiento superior a cualquier estándar que se preste hoy día, y es el modo 120Hz. Lo cierto es que para jugar con esta opción gráfica, deberemos de obviar cualquier intención de alcanzar una resolución 4K, ya que para poder ejecutarse, se establece una resolución máxima de 1440p.
El resultado que se obtiene en este modo de juego es espectacular por las sensaciones que transmite, pero es un modo en el que hay que evitar fijarse en los detalles visuales. La reducción de la resolución no es tan grave como el que para mantener esa tasa de frames, es requerido eliminar muchos detalles visuales que aparecen en pantalla dando una sensación bastante pobre en general. Gradas vacías y cierta precariedad para un juego que puede dar un espectáculo mayor sin tener que recurrir a este modo de juego. Ahora bien, si lo que te gustan son las sensaciones, no hay duda. Hay que probarlo.
La iluminación nocturna es realmente espectacular y el nivel de detalle es extraordinario
Centrándonos en los modos más relevantes, existen dos alternativas. La primera es aquella que prioriza la calidad visual, donde se introducen mejoras visuales genéricas que enriquecen el resultado final. Un juego que aboga por usar una gran parafernalia con polvo, tierra, meteorología y efectos de iluminación que en esta configuración dan un toque especial al juego. A costa de la resolución, que en este caso es dinámica y se ve rebajada, el juego prioriza que se vea fluido y bonito. De este modo, la acción que transmite cada carrera, se engalana con muchos efectos visuales que, según las circunstancias de cada carrera, desemboca en un frenesí de velocidad y efectos varios.
La iluminación es uno de los elementos que, quizás, más destaquen en este modo. Una iluminación que se proyecta de forma más natural en los diferentes objetos y consigue resultados sorprendentes que son perceptibles a toda velocidad. La naturalidad de la iluminación permite que los coches y las sombras se vean mucho más realistas, sobre todo corriendo en carreras diurnas. Es de esperar que esto sea todavía más espectacular en carreras nocturnas, y realmente lo es. Para comprobar esto es mejor optar por una cámara donde se pueda ver nuestro vehículo, puede ser la que se muestra el capó. Es ahí donde los reflejos en el capó demuestran que hay maneras de hacer las cosas bien en este género, aunque hay que reconocer que en el caso de DIRT 5 se pasan un poco.
Con un rendimiento sólido, el espectáculo visual no se ve frenado por nada
El reflejo de los acontecimientos visuales que se llevan a cabo en el escenario se ven reflejados sin ser totalmente un espejo. Se ha trabajado bien en ese efecto, que no desaparece en el caso de que optemos por el modo resolución, pero si que da una sensación algo diferente. El modo resolución no deja de ser una alternativa visual igualmente espectacular. En esta ocasión, el recorte llegaría más en los efectos que en el rendimiento, pues manteniéndose en los 4K, salvo en algunos momentos puntuales, el rendimiento busca los 60fps con más fuerza. Se ha notificado que hay bajadas de resolución poco significativas en momentos de carga extrema, como puede ser la salida.
Manteniendo una definición máxima, por una resolución mayor y constante, y con un rendimiento sólido, la opción de resolución no pierde demasiada espectacularidad, pero esos efectos de pos-procesado que encontramos en el modo de calidad visual le confieren cierto realismo y ayudan a meterse un poco más en esa acción. Sea como fuere, el resultado en ambos casos es espectacular y donde más se nota el acierto es en el mantener la tasa de frames en 60fps, tal como se recomendaba en el caso de Xbox One X.
Lo mejor de DIRT 5 en torno a la calidad visual y rendimiento, es que da igual la opción que se elija porque el juego se ve espectacular y rinde como debe hacerlo. El acierto está en conseguir transmitir la acción de la velocidad de los eventos, y eso ya quedó bien reflejado en la versión de Xbox One X, que requiere de 60fps para lograrlo. Puede que el modo que prioriza la calidad visual permita adentrarse un poco más en la acción y la parafernalia de la ambientación de DIRT 5. Pero la opción de resolución no es menos atractiva y rinde igual de bien.
Ahora, otra de las grandes ventajas que se ofrece en la nueva generación de consolas y que se ha podido comprobar primero en DIRT 5 son los tiempos de carga. Los usuarios fanáticos de la velocidad están «acostumbrados» a que a la hora de entrar en cada carrera se tiene que esperar un largo periodo hasta que esta se cargue. Gracias al disco duro, ese período de espera se ve reducido por debajo de los 10 segundos en cada carrera. Eso otorga un dinamismo extraordinario a la propuesta, porque apenas hay que desatender la televisión para pasar del menú a la carrera, de la carrera al menú y seguir corriendo.
Es algo que los fans de los juegos de velocidad van a agradecer y lo harán en todos los juegos de velocidad que verán la luz. Incluso los no optimizados ofrecen tiempos de carga mucho menores. Propiamente, esto no es un elemento que vaya a distinguir la versión mejorada de DIRT 5 de otros juegos de conducción, pero ha sido uno de los primeros en dar cuenta de esta nueva capacidad y de una de las ventajas más acertadas de la nueva generación de hardwares para los juegos de velocidad.
Un juego que ya resultaba espectacular, pero en Xbox Series X se redefine a un nuevo nivel
En definitiva, DIRT 5 era un juego que convencía en Xbox One X, pero teniendo en cuenta su ajuste. No lo era tanto en la Xbox One original, que se mantenía lejos de ese estandar de los juegos de velocidad, los 60fps. En el caso de Xbox Series X, se alcanza con solidez, y además se suman nuevos efectos visuales que otorgan una recreación más espectacular de un juego que aboga por la pompa, los fuegos de artificio y los efectos de iluminación. Si era un espectáculo muy atractivo y apasionante, hay que jugarlo en Xbox Series X para redefinir el nivel de satisfacción que puede otorgar este género.