Tras una larga espera por fin ha llegado el cuarto episodio del juego revelación de este año. Y cabe decir que ha valido la pena esperar ya que nos encontramos con el episodio más largo, maduro y mejor contado del juego. Tras el final del episodio 3 quedaban más interrogantes que otra cosa así que en este episodio tocaba encontrar respuestas. ¿Habremos encontrado lo que estábamos buscando? Leed nuestro análisis de Life is Strange: Episodio 4 para descubrir qué nos ha parecido.
El día antes del fin del mundo
El Episodio 4 -‘Dark Room’- empieza donde lo dejó el anterior. Es difícil describir la situación sin que se escape algún spoiler, pero si el final del episodio 3 te rompió el corazón ten en cuenta que los primeros minutos de este episodio te van a ir haciendo daño, poco a poco, como si un goteo cayese sobre tu pecho.
Tras dejar de lado los sentimientos y alguna decisión casi traumática volvemos a donde lo dejamos tiempo atrás. Ahí Max y Chloe deben seguir su investigación sobre qué pasó con Rachel Amber y dónde está.
Si el primer capítulo era una introducción «hipster», el segundo un episodio con escenarios grandes donde explotábamos nuestros poderes y el tercero era un episodio triste, silencioso y donde la relación entre Chloe y Max era lo más importante aquí encontramos que los puntos fuertes son los puzzles, los momentos de investigación, las conversaciones clave y sobre todo las decisiones que hemos tomado antes. Esas decisiones nos ayudarán o entorpecerán nuestra búsqueda y por fin se verá de manera clara cómo el camino que hemos ido forjando en los anteriores episodios ha influenciado hasta ahora.
Sobre las preguntas, las muchas preguntas que teníamos al acabar el tercer episodio, aquí se ven casi todas contestadas. No diré más pero siendo el próximo capítulo el final tengo la sensación que se centrarán en dar un final que lo cierre todo, ya que el grueso del misterio se soluciona en este episodio.
Elemental, mi querida Price
Si algo destaca en este episodio son los rompecabezas a los que nos enfrentamos, ya sean jugables o escritos. En ‘Dark Room’ tenemos que buscar pistas, por lo que muchas veces nos enfrentamos a conversaciones donde debemos ser muy cuidadosos con lo que decimos ya que todo puede acabar mal… aunque si rebobinamos volvemos a tener otra oportunidad si creemos conveniente. Un ejemplo de estas «batallas dialécticas» la tuvimos al final del segundo episodio donde la vida de una persona dependía de nuestros actos, aunque esa vez no podíamos rebobinar si fallábamos. En este episodio, por ejemplo, conseguía unas claves necesarias para descifrar un diario pero mis dotes orales provocaron que para conseguirlas tuviese que matar a cierta persona, si no estaba de acuerdo con eso siempre podía rebobinar y empezar desde 0 la conversación para buscar un mejor final.
Sobre puzzles jugables destaco uno en un granero, donde Max debe romper un candado para abrir una puerta. Para hacer eso es necesario atar el candado a unas poleas y buscar un contrapeso. Obviamente si no lo ves a la primera acabas cayendo, lo bueno de esto es que el juego no te señala lo que debes hacer sino que pone fe en tu intuición aunque a unas malas siempre puedes tirar de ensayo y error. Para resolver dicho puzzle necesitaba rebobinar varias veces, de tal manera que como ya veíamos en los anteriores episodios, Max resuelve las situaciones interaccionando con el tiempo y los objetos.
Lo que más me ha gustado de este episodio ha sido la parte de investigación. Reunir todas las pistas que hemos encontrado en los episodios anteriores y mediante nuestra intuición acabar triangulando una posición que nos llevaría a descubrir la verdad.
Las tres horas que dura el episodio las podríamos dividir en tres partes. La intro que ya he comentado antes, la parte de investigación y por último el desenlace, donde encontramos las respuestas.
Las dos lunas
‘Dark Room’ es un episodio con escenarios variados, muchos de ellos más que vistos como la casa de Chloe, la piscina o el campus de Blackwell pero también contamos con nuevos como la playa, el hospital o un granero. Todo ello con el toque característico de este videojuego, dibujado en el Unreal 3 a 1080p y 30fps, esta vez sin caída alguna.
Agradecer a DONTNOD que se hayan tomado su tiempo para sacar este episodio y es que es quizás el más pulido, sin tirones ni caídas de FPS ni bugs o «cosas raras».
Las canciones que suenan para acompañar los momentos en este juego están muy bien escogidas, la verdad es que los temas saben acompañar las emociones que sentimos cuando jugamos. Las voces, como siempre en inglés, cumplen muy bien y esta vez la sincronización con los labios está mucho más pulida. Como ya he recalcado en los anteriores análisis el juego viene sin subtítulos al castellano.
The Dark Room
Tras el genial episodio 3, ‘Dark Room’ ha asentado las bases del juego y ha dado respuestas a casi todos los misterios del juego, dejando sólo la conclusión para el último capítulo. En líneas generales es quizás el mejor episodio de todos ya que mezcla gameplay con la trama sin olvidarse de una u otra (como pasó en los episodios 2 y 3). No llega a impactar tanto como el anterior episodio (más que nada porqué ese final es completamente inolvidable, aunque este también es de los fuertes) pero sí que juega con nuestros sentimientos y nos hace partícipes del drama que se presentaba en el primer capítulo, esta vez sin tonterías, yendo directamente a la acción.
En el anterior análisis dije que Life is Strange se había labrado su propio nombre, sin necesitar compararse con juegos como The Wolf Among US, Beyond: Two Souls o The Walking Dead. En este episodio somos aún más conscientes de ello ya que ningún otro juego nos ofrece este misticismo mezclado con los personajes carismáticos de Max y Chloe así como secundarios de gran nivel y una ambientación de lujo.
No hace falta que os recomiende jugar a Life is Strange, si habéis llegado hasta aquí ya no vais a parar. Sólo espero que en un futuro Square Enix se digne a traducir al castellano el juego y así mucha más gente lo pueda disfrutar.