Lifeless Planet llega a Xbox One cuando han pasado 4 años desde que consiguió su objetivo en Kickstarter, pero gracias a las obstinación de sus creadores y a la ayuda de Microsoft, aunque algo tarde, ya podemos disfrutar de este juego en nuestras consolas. A continuación podéis leer nuestro Análisis de Lifeless Planet.
Solo y perdido
En este título deberemos encarnar a un ingeniero al que parece que han engañado para explorar lo que en principio prometía ser un planeta lleno de vida. Después de que nuestra nave se estrelle nos encontraremos solos y descubriremos que el planeta está casi muerto. Algo que nos llevará a una base rusa abandonada que servirá para mantener vivas las pocas esperanzas del pobre astronauta y donde dará comienzo el tortuoso camino por conseguir escapar del planeta .
Pese a lo que pueda parecer al ver las imágenes o los trailers, el juego no se hace aburrido en casi ningún momento, cada poco encontramos una nueva pista que desvela algo de lo que pudo pasar en el planeta y que nos incita a avanzar para descubrir más cosas. Aunque también es verdad que habrá que lidiar con pequeños periodos de tiempo que pueden hacerse algo cuesta arriba y que no consiguen mantenernos con la tensión que deberían.
Luchando contra la gravedad
Durante la aventura tendremos que atravesar multitud de obstáculos y para ello muchas veces deberemos usar el Jetpack de nuestro traje. Un artilugio que nos permitirá darnos un pequeño impulso cuando estamos en el aire, para así poder llegar a sitios de difícil acceso. Normalmente solo podremos impulsarnos una sola vez, pero habrá fases en la que se podrán usar varios impulsos gracias a los cuales accederemos a lugares muy alejados. Algo que nos dejará muy buenos momentos, sobre todo cuando tengamos que atravesar grandes acantilados, ya que habrá que controlar los impulsos que nos vamos dando para no quedarnos a la mitad del trayecto y precipitarnos al vacío.
Las plataformas serán la pieza central de la jugabilidad de Lifeless Planet, aunque también se alternarán con fases en las que simplemente caminamos por escenarios y otras con algunos puzzles muy sencillos, que no supondrán ningún tipo de reto para los jugadores. Algo que unido a que la mayoría de las plataformas son relativamente sencillas harán que Lifeless Planet sea un paseo para la mayoría de los jugadores, en el que el único reto será descubrir el misterioso secreto detrás del estado actual que presenta el planeta.
Sobre los puzzles habrá algunos de mover piezas para superar obstáculos, que podremos hacer con nuestras propias manos o usando el brazo extensible que encontraremos en un momento de nuestra aventura. Cuando usamos el brazo cambiará la pantalla y tendremos una vista en primera persona gracias a la cual se podrá manejar el brazo extensible con precisión.
Descubriendo el planeta
El juego está situado hace muchos años lo que hace que desde el comienzo notemos esa estética clásica que pudimos ver en los años 70 y 80, algo que le da un toque retro que le sienta muy bien. Los diseños de los niveles son totalmente lineales y ofrecen muy poca exploración, además la mayoría de las veces ésta será infructuosa y solo perderemos el tiempo. Pese a esto es de agradecer el trabajo hecho, sobre todo en los exteriores, con una gran distancia de dibujado que sirve para aumentar la sensación de desolación. Si juntamos esto con el buen diseño de escenarios que combina un planeta árido y sin vida, algo que todo sea dicho es muy fácil de recrear, con ciertas estructuras y sorpresas, tenemos una combinación perfecta para que nuestro camino no caiga en una monotonía absoluta. Y aquí es donde encontramos uno de los puntos fuertes que el juego consigue recrear a la perfección y lo convierten en único, la soledad. El conjunto de escenarios por los que pasamos, unido a que salvo las fantásticas entradas de la BSO, casi siempre solo oiremos nuestras pisadas, hacen que la sensación de abandono y desesperación vayan creciendo a medida que avanzamos por los escenarios.
Gráficamente el juego no destaca absolutamente nada con gráficos, efectos visuales y texturas bastante simples, pero como hemos dicho gracias al diseño en conjunto se consigue un gran resultado si dejamos de lado la resolución o las partículas, haciendo que nos olvidemos de un apartado gráfico propio de juegos de hace bastantes años. Otro de los puntos fuertes de Lifeless planet llega con la fantástica banda sonora, que se convierte una pieza clave del juego y será el perfecto hilo conductor durante toda la aventura, ayudando a crear momentos de tensión, emotivos o de terror.
Conclusiones
Lifeless Planet es un buen juego que con una gran banda sonora, buena recreación del planeta y un misterio por resolver nos mantendrá pegados al mando para encontrar la próxima pista, algo que lo convierte en una experiencia que merezca la pena probar. Aunque quizá los 20 euros que vale sean algo exagerados para todo lo que ofrece el título.