Los dos primeros títulos de la saga Monkey Island han sido, desde hace décadas, un auténtico referente para la industria de los videojuegos, dos obras que suponen la cara más reconocible de una etapa donde las aventuras gráficas repletas de puzles y con historias y personajes que sobrepasan lo rocambolesco estaban a la orden del día. Y de hecho, durante un periodo de tiempo dominaron el mercado.
Por eso, no es de extrañar que cuando Return to Monkey Island fue anunciado en abril de este mismo año, encabezado nada menos que por Ron Gilbert, creador de los títulos originales, fuimos muchos los que nos encontramos entre perplejos, emocionados, y preguntándonos en qué año vivimos. Porque sí, el género de las aventuras point & click está de capa caída desde hace mucho tiempo, pero eso no ha impedido que hayamos podido jugar a uno de los títulos más ambiciosos de su historia, haciendo gala de una historia extensa y repleta de puzzles y diálogos totalmente doblados y unas animaciones y diseño artístico que, si bien ha sido muy, muy divisivo entre los fans, es uno de los más trabajados de todo el género. Vamos a contároslo en más detalle en nuestro análisis de Return to Monkey Island.
Return to Monkey Island supone una continuación al desenlace del segundo título de la saga, en lugar de focalizarse en avanzar la historia de las secuelas posteriores. Una decisión que tiene bastante sentido, si tenemos en cuenta que Ron Gilbert no participó en ellas. No obstante, el juego referencia y legitimiza los eventos pasados en estos últimos títulos lanzando guiños y referencias, pero sin perder el foco principal de su premisa: desentrañar el secreto de Monkey Island. Ese secreto mencionado desde la primera entrega de las aventuras de Guybrush Threepwood, pero del que lamentablemente nunca hemos podido saber demasiado.
Return to Monkey Island trae consigo toda la diversión, el humor y las raciones familiares de absurdez y sinsentidos (en el buen sentido de ambas palabras) por las que se recuerda a la saga. Los personajes son tan ocurrentes como cabe esperar de ellos, y continuamente nos encontraremos con opciones de diálogo y situaciones que nos sacarán desde sonrisas a carcajadas. El juego se mantiene tan ocurrente y fresco como los dos juegos que le preceden de forma cronológica, y está repleto de referencias que harán las delicias de los más veteranos. No obstante, de forma similar a su estilo artístico, es fácil ver que la trama de este juego y su mensaje van a ser divisivos entre los jugadores, habiendo quienes no compartirán su enfoque y ciertas decisiones de su historia. No contaremos mucho más, pues siempre es mejor experimentarlo de primera mano, pero incluso en el peor de los casos, lo que es innegable es que la diversión está más que asegurada en este viaje.
A pesar de ser un título con unas fuertes raíces en los videojuegos de la década de los 90, con muchos personajes que regresan de forma directa y referencias a multitud de eventos ocurridos con anterioridad, Return to Monkey Island puede ser disfrutado plenamente por nuevos jugadores. Sí, habrá algunas referencias que se escaparán, y algún que otro guiño que no tendrá tanto impacto, pero la historia es muy disfrutable de forma individual y el juego hace un gran trabajo para transmitir los hechos de forma natural y accesible para aquellos que desconozcan a los personajes y su situación, contando incluso con un breve y divertido resumen de todas las aventuras anteriores de Guybrush Threepwood.
No todo es historia en Return to Monkey Island, incluso para muchos jugadores este ni siquiera será el aspecto más importante del mismo, y es que su jugabilidad tiene una presencia tan continua como los diálogos. Las más de 10 horas de juego están compuestas por un sin fin de acertijos que pondrán a prueba, en mayor o menor medida, la astucia del jugador, a menudo obligando a pensar “fuera de la caja” para conseguir resolver los diversos problemas que plantea.
También queremos hacer una mención especial al último tercio del juego, en el cual debemos encontrar cinco llaves para continuar la aventura, conllevando cada una de ellas resolver una serie de problemas previos a su obtención. En esta sección, el juego nos da libertad total para recorrer una serie de islas con nuestro barco, teniendo que realizar varios viajes en las mismas y dándonos la posibilidad de resolver estos acertijos en el orden y forma que nosotros prefiramos de manera no lineal, suponiendo de forma clara el punto más alto y ambicioso del título.
Y como (por suerte o por desgracia) ya no nos encontramos en 1990, Terrible Toybox ha incorporado algunas opciones muy apreciadas en cuanto a su accesibilidad. Por una parte, podremos elegir entre dos niveles de dificultad diferentes, que afectarán directamente a sus puzzles. Estos no son especialmente difíciles en su nivel de dificultad más alto, siendo generalmente bastante justos e intuitivos, pero se agradece la inclusión de un modo más “relajado” para aquellos que prefieran disfrutar de la historia sin complicarse excesivamente la cabeza, o en el caso de querer compartir la aventura con los más peques de la casa, que seguro que agradecerán unos acertijos más asequibles.
Los enigmas son los mismos en ambos niveles de dificultad, pero frente al modo “fácil” el “difícil” cuenta con algunos pasos extra que deberán completarse para superarlo. Por ejemplo, si necesitamos conseguir un objeto X de un personaje Y, en el modo fácil deberíamos encontrar al personaje y pedirle el objeto, y él nos lo dará, mientras que en el modo difícil no querrá dárnoslo y deberemos encontrar el modo de convencerle o de robárselo. Resulta una forma bastante ingeniosa de añadir niveles de dificultad a un género en el que es difícil hacerlo, al carecer de combates.
A nivel artístico, Return to Monkey Island es impecable. Su banda sonora captura a la perfección el estilo del juego y lo conecta con el de las dos primeras entregas. El estilo visual elegido, si bien (respetablemente) no será del gusto de todo el mundo al separarse de forma brusca del empleado anteriormente en la saga, es de una calidad indudablemente buena y se siente como en casa en un juego tan desenfadado como es este. A nosotros no nos cabe duda de que nos ha encantado esta nueva forma de representar el mundo de Monkey Island.
Análisis de Return to Monkey Island – Conclusiones
Resumidamente, Return to Monkey Island no solo es el regreso de una de las sagas del género point and click más emblemáticas de la historia, si no que supone un nuevo y ambicioso añadido que hará las delicias de todos los fans de los juegos de aventura. Si habéis estado interesados en algún momento en este tipo de videojuegos, no hay mucho que pensarse, este es un claro must play. Se le puede llegar a achacar que sea un poco reiterativo respecto a los títulos anteriores, en lugar de hacer “su propia cosa”, pero es difícil criticarlo cuando ese es en parte el objetivo del juego de cara a los fans más veteranos: llevarles en un viaje de nostalgia hacia nuevos océanos.