Roundabout es un juego de difícil descripción creado por No Goblin, el estudio en el que Ted Deasdale está a la cabeza. Os preguntaréis quién es Ted Deasdale: Pues este simpático personaje es el creador de juegos como Rock Band, The Gunstringer y Destroy All Humans! Con estos antecedentes y unido al programa ID@Xbox traen Roundabout, el juego de conducción más raro y original que hemos jugado nunca.
Chófer o taxista de lujo
El juego está ambientado en 1977 como si fuera una película de serie B. Nuestra protagonísta es una guapa pelirroja al volante de una limusina que no para de dar vueltas. Si, no habéis leído mal ni yo me he confundido al ponerlo, una limusina de 1977 en una ciudad de 1977 que no para de girar en el sentido de las agujas del reloj. Tendremos que ir recogiendo a diferentes personajes que nos harán ir avanzando en la historia y nos harán ir desbloqueando a otros personajes, retos y coleccionables. Es una vuelta de tuerca al Crazy Taxi de toda la vida con algunas diferencias.
Este juego no es simplemente conducir hasta llevar a nuestro cliente a su destino. Tendremos que contar con que el coche no para de girar y utilizar toda nuestra habilidad para ir sorteando los múltiples obstaculos que hay en la ciudad como rotondas (de ahí el nombre del juego), coches, barreras de hormigón, etcétera. Y a medida que vayamos avanzando en la historia, la dificultad de estos obstáculos aumentará. Los controles, una vez te haces al sistema de juego, son sencillos, simplemente controlar hacia dónde debe ir el coche y con los gatillos, acelerar la rotación.
Una cosa que nos ha gustado es que el juego está hecho de manera que es un mundo abierto. Podemos llevar a una persona de X a Y por un camino o encontrar lugares alternativos para ir siempre y cuando podamos encajar a nuestra limusina giratoria por estrechos huecos. Pero una vez completado el objetivo, podemos ir a cualquier lugar de la ciudad y es que el mapeado es grande y tenemos bastantes lugares por conocer.
A medida que la historia vaya avanzando, iremos desbloqueando nuevos clientes, como ya hemos dicho, y los clientes a los que ya hayamos hecho el servicio (No malpenseis, la conductora, que es pelirroja, por cierto, solo lleva el volante) irán apareciendo retos que podremos completar. Estos retos son minijuegos como por ejemplo dar toques a una pelota con la propia limusina, otro es llegar a un punto en el menor tiempo posible sorteando obstáculos o romper todos los buzones de correos de determinado barrio.
Por si os parece poco todo esto, tendremos una variedad inmensa de personalización de nuestra limusina con distintas bocinas que tendremos que ir encontrando por la ciudad para desbloquearlas, un mogollón de pinturas para nuestro automóvil y sombreros o «bacas» especiales para el coche como una hamburguesa, publicidad o sirenas de policía.
La limusina tiene un determinado número de golpes que te puedes dar contra obstáculos antes de explotar y llevarte al taller a repararte, pero puedes ir a este taller y pasar por una llave para poner como nuevo el contador. Estos lugares de reparación están repartidos por toda la ciudad.
Como hemos dicho, cuando estás en modo libre, el coche reaparece en uno de estos talleres, pero en las misiones hay puntos de reaparicíon y comienzas no demasiado lejos de donde explosionó el vehículo.
Párrafo aparte merece el modo Carmaggedon de este juego. No es un modo en sí, sino que hay gente por la calle y tú vas conduciendo un coche giratorio y sin control… El resto os lo podéis imaginar.
Un ambiente setentero cuestionable
El juego pretende transportarnos a 1977 y creemos que no lo termina de conseguir. Cuando todos nos imaginamos una película de los años 70 nos imaginamos los típicos filtros que ponen Tarantino y Robert Rodriguez a algunas de sus películas como Machete o Death Proof pero aquí no aparece nada de eso. La imagen es limpia y no da sensación de juego antiguo, ni siquiera de serie B, que es como se proclama.
La ciudad, tampoco es demasiado sesentera ya que no hay nada simbólico que nos lo determine a pesar de que los coches que se ven por el juego son tipo Muscle car, pero más allá de eso podría ser una ciudad de los 80, los 90 o de ayer mismo.
Pero no todo va a ser malo. El juego tiene bastante colorido y es agradable de ver aunque en cuestión gráfica no destaca. El tipo de cámara es cenital así que desde arriba no da mucho juego a los detalles. Todo se distingue claramente pero este juego no destaca por sus grandes gráficos, al contrario, hay juegos indie con gráficos mejores. No Goblin ha apostado por la jugabilidad y la pericia del que juega en vez de centrarse en darle más realismo al propio vehículo, a las personas que vamos encontrándonos por la calle o incluso al decorado.
Mejor actores reales que animaciones cutres
El juego no tiene animaciones para contarnos la historia. Tiene videos con actores reales. Esto es un arma de doble filo ya que es cierto que este modo hace que los personajes tengan un carácter propio y esto es muy bueno para meterse en la historia.
Nos encontraremos al típico novio que va con un ramo de flores a ver a su chica o a una joven que va de compras o a dos niños con grandes piruletas de colores que tendrás que llevar. Cada cliente es único y esto es un gran punto a favor de este juego. Da lugar a muchas parodias de personajes de la década de los 70 y a ese cine de serie B.
Pero la contraparte de este buen hacer al poner vídeos con personajes reales en vez de animaciones es que se olvidaron los filtros, como dijimos antes, de las típicas películas de serie B de los 70, lo que le habría dado mucho más valor histórico y hubiera recreado mejor esa época previa a los ochenta.
La música intenta ser disco con muchos bajos y coros de voces, muy agradable, pero tampoco te lleva a esa época que pretende representar el juego ya que aunque intenta parecer antigua, suena tan bien, que no te lleva a esa época.
Los efectos sonoros del juego están claramente identificados y podrás saber cuánta «vida» le queda a tu coche ya cada toque se escucha con una nota musica haciéndo que cuantos más golpes le des a la limusina, vaya bajando la nota en la escala. No hay más señalizador de esto que la música.
Un quiero y no puedo
Un quiero y no puedo es la frase que resume este juego.
Es un juego cortito que apenas se acaba en unas 3 horas aunque a alguno de sus personajes querrás volver a llevarlo. Sin embargo los desafíos que te propone el juego si que te harán volver a querer jugarlos y superar a tus amigos o al mejor del mundo que se muestra en las tablas de puntuación.
Roundabout es un juego que sigue la estela de típicos juegos chorra independientes que han ido saliendo últimamente y esto hace que se convierta en un must be o sea odiado. Lo que está claro es que este videojuego no te va a dejar indiferente. Lo que quizás te chirríe un poco para su contenido es el precio, ya que está en el bazar a 14.99 euros.
Para finalizar, aunque el juego en si no refleje la época que pretende, tiene carácter y esto es gracias a su jugabilidad y sobretodo a su reparto de personajes que muestra a los típicos secundarios de estas películas de serie B que todos hemos visto y que capta su esencia y los clava.
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Lo bueno
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- Un juego original y no parecido a ningún otro
- La personalización de la limusina es casi infinita
- Te hará exprimir tu habilidad para que no te maten
- Personajes carismáticos
- Los retos de los desafíos te harán querer superarte para ser el mejor
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Lo malo
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- La campaña es muy corta
- Podría incluir algún modo más de juego
- No muestra la atmósfera de los años 70 que pretende crear
- Gráficos muy simples. Podrían haberse esmerado más en este aspecto.
- Su relación calidad/duración/precio
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