Los jugadores de consolas de nueva generación nos estamos acostumbrando a las versiones remasterizadas de algunos de los juegazos de la antigua generación que no lucían todo lo bien que deberían, como Metro con su versión Redux, The Last of Us con las mejoras visuales y fluidez de la nueva generación o Tomb Raider con su ‘Definitive Edition’. Ahora, bajo el mismo manto de Square Enix pero a cargo de United Front Games, quienes se encuentran desarrollando Triad Wars, nos llega la Edición definitiva de Sleeping Dogs, una remasterización que no ha tenido el mismo tratamiento que el juego de Lara para la nueva generación pero que tiene como reclamo toneladas de contenido descargable.
En el análisis de Sleeping Dogs: Definitive Edition os contaremos las claves del título y nos centraremos en los añadidos, tanto jugables como visuales de esta edición remasterizada para la nueva generación aunque, claro, primero hay que poner en situación a los nuevos jugadores de esta IP.
Sleeping Dogs
Hace unos años nos enterábamos que los creadores de True Crime querían sacar un juego de la saga ambientado en la ciudad china de Hong Kong, tras el paso por L.A y Nueva York con distinto éxito pero muy buenas ideas. Activision no confió en el proyecto y bajo la sombra de Square Enix, el estudio consiguió encauzar esas ideas y conformar un título redondo que pasó desapercibido en el verano del 2012, una fecha poco propicia para lanzar un videojuego y, aunque vendió muy bien para ser una nueva franquicia, la propia Square Enix no se encontraba demasiado satisfecha, algo que también ocurrió con Tomb Raider y la ingente cantidad de copias vendidas.
Bajos fondos de Hong Kong
Somos Wei Shen, un pobre diablo criado en la violenta Hong Kong que viaja a Estados Unidos y regresa a la ciudad china convertido en policía con un difícil objetivo, ‘colarse’ en las triadas como agente doble y destruir a las organizaciones mafiosas desde dentro. Volvemos a nuestro barrio y empezamos a trabajar para la ‘banda’ de Winston, el jefe de una de las triadas que nos mirará con lupa y al que tendremos que demostrarle que no somos un infiltrado, algo que sospechan desde el principio de la trama. Tendremos que cumplir trabajos para la mafia, asesinar, robar, extorsionar, etc, pero todo ello sin olvidar que somos un agente de la ley, lo que nos acarreará problemas tanto con el cuerpo de policía de la ciudad china, que desconoce quienes somos en realidad, como con la banda de Winston.
Esta dualidad está presente en el sistema de ‘karma’ del juego, un sistema que no es tan complejo como en otros juegos que han aparecido en los últimos tiempos pero que refleja el espíritu del título que nos ocupa, haciendo que no olvidemos que somos un pandillero pero que trabajamos para la policía. Además de en términos argumentales, este sistema de karma se deja ver en el sistema de progresión de personaje, permitiéndonos gastar puntos de habilidad para mejorar una serie de habilidades más características de la policía o más violentas al estilo mafia. Se trata de un sistema muy básico de progresión pero que se agradece para dar más profundidad al juego.
En definitiva, Shen tendrá que descubrirse a sí mismo en una historia llena de todos los clichés de este tipo de producciones, un sandbox dramático, por llamarlo de alguna forma, lleno de traiciones, romance y acción en una ciudad que se siente viva gracias a la gran labor de investigación realizada por el equipo canadiense, ofreciendo una Hong Kong con sus carteles luminosos, sus salas de karaoke y ese ‘olor’ a cultura oriental que se respira en cada rincón, sobre todo cuando nos alejamos del bullicioso centro urbano y disfrutamos de los paisajes exteriores, templos o escondidos centros de entrenamiento.
Un puzzle jugable redondo
Las mecánicas jugables de Sleeping Dogs las califiqué en su momento como la mezcla perfecta entre jugabilidad ‘a lo GTA’ y la narrativa más cuidada de True Crime L.A. sin embargo, tras el lanzamiento de GTA V, que mejoraba de forma sustancial el aspecto narrativo, el juego de United Front Games se puede comparar como el sandbox a lo GTA V de nueva generación, hasta la llegada de la remasterización de Rockstar, claro está.
Se trata de un sandbox en el que tendremos un montón de cosas por hacer en una Hong Kong (que no es pequeña pero que se nos antoja como tal tras el monstruoso tamaño de mapa de otros juegos del género), como carreras ilegales, cantar en el karaoke como si de un Guitar Hero se tratase, ayudar a gente por la calle, resolver tareas policiales o de las triadas, pasear con nuestra novia, entrenar en el gimnasio, recolectar un montón de coleccionables que desbloquearán mejoras, comprar ropa para cambiar el aspecto de Wei, etcétera. Todo ello, como el sistema de karma, con poca profundidad, aunque con muchos detallitos como poder sacar armas del maletero de los vehículos, pero que nos dará un montón de horas a parte de la campaña principal con las clásicas misiones ‘del bien y del mal’ que no serán tan blancas o negras como cabría esperar.
En un juego como este hay que mencionar tres apartados: complejidad de la ciudad e interacción (algo que ya hemos comentado en el párrafo anterior), conducción y control del personaje y sistema de combate. En términos de conducción el juego es muy, muy arcade, con un sistema de físicas inexistente y con un control de vehículos muy tosco en ocasiones y en el que, para rematar, tenemos que enfrentarnos al handicap de que allí conducen por la izquierda, lo que nos ocasionará varios golpes hasta que cambiemos nuestro chip español. Cuando vamos andando con Shen, o corriendo, las animaciones y movimientos nos parecen demasiado forzados. Por fortuna, en términos de control de personaje a la hora de comatir la cosa cambia y el juego ofrece un sistema profundo y exquisito.
La mayor parte del tiempo en las peleas nos lo pasaremos repartiendo a diestro y siniestro con nuestro cuerpo en un sistema heredado de la saga Batman de Rocksteady lo que, sin duda, es una delicia. Tendremos la posibilidad de ejecutar combos con la X (hablando con control de Xbox One como modelo), zafarnos con la Y, saltar con la A y agarrar con la B. Dependiendo del orden de comandos podremos realizar un tipo de golpes u otros, dependiendo también del tipo de enemigo al que nos enfrentemos, y agarrandolos veremos como una serie de objetos se resaltan en el escenario, zonas u objetos donde podremos masacrar al enemigo quemándolo, electrocutándolo o cortándole la cara con las aspas del aire acondicionado, una burrada visual que pondrá la guinda al pastel del combate, ya que, cuanto más duros seamos con los enemigos, más ‘fama’ tendremos y los enemigos quedarán aturdidos ante el elenco de habilidades que somos capaces de desplegar.
Sin embargo, también podremos ir por ahí repartiendo plomo con un control algo ortopédico pero que funciona. Tendremos un botón para cubrirnos en parapetos, podremos apuntar, disparar a ciegas y, si saltamos sobre una plataforma a lo Stranglehold, el juego basado en la película Hervidero, desbloquearemos la cámara lenta, lo que nos ayudará a disparar mejor.
En términos jugables Sleeping Dogs es una delicia, con algunas sobras en el control que se ven iluminadas por un fantástico sistema de combate, poniendo la guinda a una historia la mar de interesante y más adulta que otros juegos del género.
Toneladas de DLC
Lo que realmente hace especial a esta versión definitiva de Sleeping Dogs es la cantidad de DLC que se ha añadido al título, todos los que recibimos en las consolas de anterior generación y que se traducen en packs de contenido en el propio juego, con guiños a otros títulos de Square Enix, y donde destacan las dos nuevas campañas independientes: Pesadilla en North Point y Año de la Serpiente, una más fantasiosa y la otra más realista, con un Wei bastante jodido, si se me permite la expresión, que debe desmarañar una nueva conspiración criminal.
¿Remasterización?
En un juego de este estilo se buscan dos cosas, que se incluyan los añadidos descargables de las versiones previas, algo que Sleeping Dogs cumple con creces, y que haya una significativa mejora visual, algo en lo que Sleeping Dogs nos deja a medias. Es cierto que el increíble aumento de resolución, ahora corre a 1080p, nos deja ver una Hong Kong nítida como nunca antes en consola y hemos notado algunas sombras dinámicas, inexistentes e inexplicables en algunas situaciones, que ‘molan’ bastante, sin embargo no podemos dejar pasar el inestable frame rate, que va desde los 20 frames hasta los 30, así como un aliasing que aparece en algunas ocasiones y algo de popping, aunque no demasiado evidente.
Es cierto que se han añadido nuevos efectos volumétricos pero no disimula que es un juego de la anterior generación pero en Full HD. Si al menos no hubiese pegado tirones nos conformaríamos con el apartado técnico, aunque el juego no se mueva a 60 frames por segundo, algo que consideramos que podría conseguirse gracias a la potencia de los nuevos sistemas.
Doblaje de lujo
En el apartado sonoro podemos poner pocas pegas, como en su día los efectos sonoros rozan un gran nivel, así como la banda sonora y el doblaje, en inglés, eso si, de los personajes principales, con alguna que otra colaboración estelar.
Donde si que consideramos que podrían haber hecho un guiño a los jugadores es en los minúsculos, otra vez, subtítulos que acompañan al juego. No vamos a pedir que corrijan errores de control en una remasterización como esta, pero darle un par de puntitos más a la fuente no habría venido nada mal, aunque al menos ahora no son grisaceos como en el juego original.
Infiltrados
En definitiva, Sleeping Dogs: Definitive Edition es un gran videojuego, con mucho contenido extra que nos dará unas cuantas horas de juego a parte de las 20 horas que dura la campaña y donde se agradece el aumento de resolución. Sin embargo no se puede pasar por algo que el remozado aspecto gráfico se queda lejos de otros trabajos como el de Tomb Raider Definitive Edition o Metro Redux.
Si no lo has jugado es porque no has querido ya que, tras la bajada de precio, apareció en los programas Play Station plus y Games With Gold respectivamente. Si es tu caso es un juego obligatorio. Si lo jugaste en su momento la trama principal no tendrá sorpresas para ti, pero si encontraréis más diversión en los DLCs incluidos en esta versión ‘GOTY’. De todos modos y de forma indiscutible, Sleeping Dogs: Definitive Edition es un juego con una trama muy interesante, adulta y sin altibajos en la historia principal que nos tendrá pegados a la pantalla gracias a la cantidad de coleccionables que ofrece y a todas las actividades secundarias.
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Lo bueno
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- Nitidez 1080p
- Sistema de combate
- Todos los contenidos descargables
- Historia adulta e interesante
- Cantidad de coleccionables y tareas
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Lo malo
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- Tirones en la tasa de frames
- Fallos de control de la versión original
- Si lo jugaste en su día podría no tener suficiente contenido extra
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