El género de la simulación lleva años evolucionando como una alternativa a los géneros más frecuentes. De este modo, han ido ganando adeptos con todo tipo de propuestas, donde los simuladores de trabajo han crecido de forma notable en diferentes ámbitos. Si los simuladores han surgido como alternativa, Saber Interactive ha querido crear una alternativa innovadora en este género. Con Spintires, introdujo un concepto radical, diferente y desafiante. Un juego que surgió como una idea en la plataforma de acceso anticipado de Steam, y que hoy llega con una “secuela” que evoluciona aquel concepto.
SnowRunner es el producto que ha madurado el concepto original de Spintires. Un juego que abandona todo concepto para abordar una experiencia única. Una experiencia que ha sabido tomar las bases de su predecesor para afianzarse como una propuesta ambiciosa, con un planteamiento más fundamentado y aprovechando toda la experiencia de una proposición que creció de la mano de una comunidad entregada a la innovación.
Atendemos esta propuesta que recala en Xbox One para todos aquellos amantes del género de conducción que busquen una alternativa a la velocidad desenfrenada. La evolución del desafio todoterreno está aquí gracias a SnowRunner.
Nos dirigimos a una nueva aventura, un planteamiento muy diferente que supondrá un desafío para aquel que lo busque
Del concepto a la propuesta
SnowRunner toma las bases que sentó Spintires. Un juego que surgió como una especie de proyecto de autofinanciación con un mapa, unos pocos vehículos y un objetivo. El objetivo era desmarcarse de cualquier propuesta de conducción del mercado, incluso de las propias alternativas que abordaban la simulación de profesiones, como los Euro Truck Simulator, o Farming Simulator. Un mapa abierto, totalmente enfocado en un entorno natural, salvaje y repleto de peligros en forma de barro, rios y peñascos.
Grandes máquinas pesadas para abordar tareas agrestes que se iban descubriendo sin ton ni son al explorar el mapa. La propuesta fue ganando adeptos hasta ir creciendo en contenidos, con más vehículos, más mapas, y hasta un par de expansiones. Su llegada a consolas, como Spintires: Mudrunner, abordó la propuesta para los usuarios de consola, que descubrieron algo totalmente diferente a lo que acostumbraban. Pero aun así, se podía ver que faltaba algo en su planteamiento, una dirección, un motivo más allá del mero echo de escapar de los shooters, los juegos de velocidad y propuestas habituales del catálogo.
Michigan, Alaska y Tamyr, tres escenarios que incluyen diversos mapas repletos de misiones y tareas que completar
SnowRunner expone esa evolución, ofreciendo tres entornos diferentes que sirven para dirigir una experiencia a determinadas situaciones. Un pueblo inundado de Estados Unidos, el clima radical de Alaska y, como no, una estepa rusa, en la región de Tamyr , como parte de ese planteamiento que dio origen a la saga. Ahora, estos mapas no se abren ante nosotros como una extensión de terreno que descubrir, sino como un entorno que requiere de nuestra acción para mantener su actividad industrial.
Un entorno más dinámico
La propuesta original planteaba un entorno natural, donde el bosque escondía pequeñas sendas embarradas que suponían un desafío superar. Los conductores tenían que ingeniarselas para poder ir del punto A al punto B con gigantescas moles de metal que quedaban atoradas en un terreno que se deformaba a su paso. Barro, rocas y corrientes fluviales eran los principales obstáculos que se plantearon y que siguen estando ahí. A esto hay que añadirle la nieve y el hielo, que surgen en el mapa de Alaska y que parecen ser el origen del cambio de nombre del juego.
Pero que el terreno se deforme no es la única característica que añade dinamismo a la propuesta. En esta ocasión, y con motivo de un planteamiento donde el conductor interactúa con los lugareños de cada entorno, se puede atender a otros aspectos que proporcionan direccióni a la propuesta. Una dirección que sin recurrir a un complejo guión nos lleva a ser parte de una comunidad que requiere de nuestra ayuda. Una ayuda que se consigue conduciendo, transportando y cumpliendo misiones y tareas varias. Ayudar a construir puentes, ayudar a desbloquear caminos y llevar recursos allí donde se necesitan, serán tareas a cumplir.
El terreno es el principal obstáculo, pues nieve, barro, piedra, se comportan de forma diferente y exigirán medidas distintas
Completar estas tareas, como es obvio, supone habilitar nuevas rutas, nuevas misiones y más desafíos. SnowRunner se expone como una propuesta donde, aunque no bajemos del camión, podemos ser los salvadores de tres regiones que necesitan de nuestra habilidad.
Una belleza natural
SnowRunner supone también un salto cualitativo en cuestiones técnicas. Spintires no ha sido un juego que se publicó y dejó de crecer, y eso puede haber llevado a que la evolución técnica de SnowRunner no se note tanto. No se nota en cuestiones básicas, ya que el motor gráfico es el mismo, y desde la cámara exterior todo parece más o menos igual.
No obstante era un juego que ya lucía muy espectacular en su momento y eso no ha cambiado. SnowRunner expone una naturaleza bella durante el día, siniestra durante la noche. El motor gráfico permite recrear entornos muy ricos en detalle, con una gran cantidad de elementos en pantalla y efectos visuales más efectistas que efectivos. No obstante, no es un juego que priorice el uso de recursos en este ámbito tanto como en las físicas. Suele existir un riesgo de querer que el juego parezca muy bello, pero no hay recursos para elementos como las físicas.
Controla manualmente la caja de cambios, haz uso del cabrestante. Aquí no hay niveles de dificultad. Eres tú frente a la naturaleza
Siendo las físicas una prioridad, podemos ver cómo el barro se deforma, como el agua rodea la rueda que patina sobre el lecho rocoso o como las suspensiones suben y bajan para superar las irregularidades del terreno. Los vehículos, sin duda, son los que mejor recreados están, con un sinfín de detalles que aportan un grado de calidad sobresaliente a esta propuesta. Es algo muy habitual en los simuladores, que los vehículos sean fieles recreaciones muy detalladas. Pero en caso de SnowRunner, el escenario no desmerece ni baja calidad.
Puede que haya algunos efectos visuales que no tengan ese mismo nivel de acabado. Por ejemplo, podemos hablar de la iluminación, que sin negar que hay un buen trabajo en ella, pueden denotarse algunos aspectos que no están tan bien trabajados. Lo mismo con algunos efectos visuales, como es el agua o el propio barro al interactuar con el vehículo. Puede que estos elementos, que destacan por dejar un pequeño amargor en el acabado general, se deban a necesidades de rentabilizar recursos para mantener el rendimiento, lo cual, es mejor así.
La noche acecha, la oscuridad puede ser otro de los enemigos para completar la misión
En torno al apartado sonoro, existe un buen número de vehículos que tienen diferentes motorizaciones y, por tanto, diferentes sonidos. En este aspecto, sí que hay una correlación directa entre pisar el acelerador y que suene el estruendo del motor, del mismo modo que las bocinas asustan a la fauna salvaje. En líneas generales se ha buscado que el usuario note el poder del motor, que sea consciente de ciertas interacciones con el entorno, como es el efecto del sonido del barro salpicando, el choque del metal, el sonido de la madera resquebrajándose. El problema está en que esto da la sensación de que no se sincroniza al completo con lo que acontece, pudiendo ser un aspecto que deberían pulir un poco más.
En lineas generales, el apartado técnico no es un punto débil de esta propuesta, ofreciendo una calidad elevada, con muchos detalles interesantes. Obviamente, podríamos pensar que son los límites de hardware los que han limitado algo la ambición por hacerlo mejor. Pero la realidad es que con lo que se ofrece, es más que suficiente para asombrar a propios y extraños.
Trabajo pesado, desafío colosal
Pero todo esto pasa a un segundo plano cuando nos ponemos al volante de estas gigantescas y pesadas moles de acero para cumplir con nuestros objetivos. Objetivos que pueden llevar recursos a personas que lo necesitan, que permiten reconectar pueblos con industrias. Una tarea de rescate en toda regla, que permite darle cierta base a una experiencia que, por sí sola, ya atrae por plantear un reto constante.
Partiendo de tener que descubrir en el primer mapa el taller que nos habilitará la opción de almacenar vehículo y organizar nuestras tareas, cada región plantea un origen similar. A partir de ahí, ya sea en Michigan, Alaska o Tamyr, se irá descubriendo el mapa según vayamos explorándolo. Este principio es común con su antecesor, donde las torres de observación habilitan el mapa y los posibles puntos de interés. Si se sigue explorando, nos damos cuenta de que no se puede llegar a todos los lugares, bien por limitaciones del terreno o bien por limitaciones del vehículo.
Se exponen un buen número de vehículos que gestionaremos personalmente en los garajes. Hay que plantear qué se necesita para cada mapa y llevarlo allí
Es ese el momento de replantearse la estrategia a seguir, donde se debe buscar la manera de abordar esas misiones que permiten habilitar puentes y desbloquear vías, así como encontrar nuevos vehículos o recaudar el dinero necesario para adquirir o mejorar la flota que tenemos. Y esto es un primer desafío que hay que tener en cuenta, gestionar recursos para poder cumplir con algunas misiones y no enzarzarse en misiones irrealizables en el momento.
Esa gestión pasa por analizar la flota de vehículos y remolques que se disponen, donde se ofrecen, en un primer momento, una serie de accesorios y elementos básicos para poder cumplir algunas misiones. La herramienta de mejora y personalización habilita un buen número de opciones para cada uno de los múltiples vehículos del catálogo de SnowRunner. Algunos componentes se encuentran dispersos por el mapa, otros requieren de nivel para poder adquirirlos. De este modo, la evolución y el progreso del juego va limitando las opciones y exigiendo al jugador a alternar y plantear soluciones.
Cada vehículo puede ser mejorado y personalizado, lo que no solo otorga estilo, también opciones de poder adaptarse al terreno y cumplir misiones
A la hora de abordar una tarea, o misión, creyendo que tenemos lo que hay que tener, podremos usar la herramienta de creación de rutas en el mapa para añadir indicadores que nos orienten durante la conducción. No se trata de una flecha que nos acompaña por la pista, sino puntos objetivos que podemos usar como referencia y no recurrir constantemente al mapa, que también es una opción. Abordar cada tramo, superar los obstáculos naturales haciendo uso de la tracción, el diferencial o el cabrestante, serán los pasos básicos. De no conseguirlo y quedar atascados, hay tres opciones, rescatar el vehículo y devolverlo al garaje (que no el remolque si se lleva uno) , ir con otro vehículo y rescatarlo o recurrir al multijugador cooperativo.
SnowRunner es una propuesta que se puede disfrutar en solitario, pero permite el acompañamiento de hasta tres amigos. Cuatro conductores, cuatro vehículos y múltiples desafíos. Acompañados de uno o varios amigos, la confianza que se puede tener a la hora de abordar estos tramos sinuosos y embarrados. Es algo que se puede denotar cuando al jugar solo, tenemos que recurrir al rescate y nos acordamos de esa persona que podría estar ahí para ahorrar, sobre todo, tiempo.
Algunas mejoras se compran, otras hay que descubrirlas en el mapa. Es el principal elemento que limita el progreso del jugador, que más que dinero, invertirá tiempo.
Y es que es una de esas cosas que hacen que SnowRunner no llegue a ser un desafío tan extenso como podría ser. La mayor inversión que requiere SnowRunner es tiempo, porque las misiones son largas, porque a veces atravesar un pequeño tramo de 100 metros nos puede llevar 10 minutos y porque al fracasar, sin que suponga un coste de dinero, deberemos invertir tiempo en rescatar o en repetir la actividad.
Y es posiblemente la mejor manera de intentar abordar una propuesta que es desafiante, dificultando sobre todo la adquisición de equipamiento que es realmente útil para abordar cada misión. De este modo, la tarea se complica lo suficiente para que, en caso de fracaso, lo único que se pierda es tiempo. Es así como se puede optar a equipar mejores motores, equipar neumáticos adecuados y suspensión adecuada para el terreno. Incluso, al poder manejar una flota, poder plantear qué vehículos son necesarios para cada ubicación. Y es que, si descubrimos un nuevo mapa, allí no tendremos ningún vehículo si no lo llevamos.
Los interiores se han mejorado mucho en detalle y calidad, aunque la animación de los brazos del conductor es mejorable
De esta manera descubrimos tres entornos, en los que hay varios mapas. Los mapas de cada uno de estos entornos están interconectados por túneles, por los que podremos circular hasta llegar al otro mapa. Es un modo de llevar vehículos, aunque también hay una opción más breve, que es guardarlos en el inventario y cargarlos en el otro taller. SnowRunner no es un juego que ofrezca niveles de dificultad, es un juego cuya complejidad reside en la propuesta y en la implicación de cada usuario.
Se puede realizar la carga automáticamente, pero también manualmente con una grúa. Se puede ir a rescatar un vehículo varado, o se puede rescatar directamente en el garaje. Así, constantemente, cada usuario puede encontrar su equilibrio. Pero donde no hay manera de escapar, es cuando tenemos que gestionar la conducción, donde hay diversas opciones para las marchas, la tracción o el diferencial, así como el cabrestante. Cada uno tendrá que gestionar cada cosa a mano. Nada de comodidades, es cuestión de aceptar el desafío.
La ayuda puede llegar de otro jugador, pero a la hora de manejar el cabrestante, el diferencial, la tracción o las marchas, cada conductor tiene que aprender a manejarse solo
Y solo es el principio
Un tiempo que se invierte en una propuesta que se hace disfrutar. Hemos citado tres entornos, entre los que se suman hasta 11 mapas diferentes donde llevar a cabo diferentes actividades. Hay tareas, encargos y otras actividades meramente lucrativas que añaden cierto grado de diversión directa. Todo esto, es lo que se propone en un inicio, sabiendo que Saber Interactive confirmó que el endgame de SnowRunner será muy amplio.
Amplio hasta el punto de añadir un valor adicional muy importante en su pase de temporada. Un pase de temporada que añadirá mucho más contenido, aunque no todo llegará de forma exclusiva a quien pague. Se han prometido nuevas misiones, nuevos encargos, nuevas tareas y contenidos para los próximos meses. Considerando el trabajo realizado en su predecesor, Spintires, SnowRunner apunta a un futuro repleto de más desafíos.
El plan original impone gran número de misiones, tareas y encargos. Pero solo es el principio de un plan de contenidos post-lanzamiento muy ambicioso
Nuevos vehículos, nuevas skins, nuevos accesorios, nuevos mapas, pero también, nuevas actividades. Y es que una de las cosas más llamativas de SnowRunner es que no están las actividades propias de su antecesor, como era llevar troncos al aserradero. Son contenidos que llegarán en el futuro, y que aportarán más a la experiencia, tanto se pague el pase como no.
Una propuesta de otra “pasta”
SnowRunner llega como una propuesta hecha y derecha. Aquellos que disfrutaron de Spintires se harán enseguida a lo que este nuevo juego ofrece, y se percatarán de que ahora el juego se hace notar mucho más maduro. Plantear objetivos, darle cuerpo al planteamiento y fundamentarse en lo que se había ofrecido, hacen de SnowRunner uno de los juegos con más carácter de este año.
Con un apartado técnico bastante espectacular, aunque puede trabajarse más, lo que SnowRunner prioriza es la propia experiencia. Físicas, una conducción que pocos juegos ofrecen y un plan para muchas horas de desafíos, estrategia, gestión y simulación. Puede que no sea un juego apto para todo el mundo, por su temática, por el tipo de vehículo y por su planteamiento. Pero ante lo frugal e instantáneo del efecto que tiene la velocidad, el planteamiento de SnowRunner conlleva una sensación de satisfacción mucho más plena al superar los desafíos. Si ya de por si el contenido original abruma por su extensión y complejidad, pensar que habrá más solo hace sentir más ilusión por seguir disfrutándolo.
Diferente, desafiante, variado… SnowRunner marca la diferencia en el género, siendo una de las propuestas más interesantes que podéis disfrutar en Xbox One
Sin duda, ante el oasis que suponen los simuladores de profesión ante las propuestas de velocidad, SnowRunner es un oasis entre esas propuestas para abordar algo más elaborado y desafiante. Una propuesta de otra pasta, para gente de otra pasta. Pero, dado un planteamiento mejor dirigido, está abierto a todo aquel que sienta curiosidad. La experiencia merece.