Últimamente el desarrollo indie está en auge dado que, por un lado, los presupuestos de los juegos se han visto drásticamente disminuidos por los tiempos de crisis y, por otro, las visionarias compañías han descubierto que son capaces de obtener grandes beneficios con fórmulas muy sencillas de realizar. Esta compleja situación ha empujado a muchas desarrolladoras a cerrar sus puertas o adaptarse rápidamente al nuevo sistema del mercado de trabajo. 10tons, viendo el panorama actual, lleva la particular fórmula que tan buenos resultados les ha dado en dispositivos móviles a nuestras consolas Xbox One en un juego que combina con algo de maestría la acción, reflejos, puzles y destrezas dando como resultado un coctel adictivo. Analizamos el atípico Sparkle Unleashed.
¿Cuál es nuestro objetivo?
Tras una muy escueta presentación de la historia deberemos, nivel a nivel (hasta el 108), disparar un orbe para encajarlo con los de su mismo color ya que, una vez alineados 3 o más, desaparecerán de la cadena reduciendo la extensión de esta y acercándonos poco a poco a la inminente victoria. También tendremos que evitar a toda costa que la cadena de estas esferas caiga por el hoyo que hay justamente al final del camino lo que, sin lugar a dudas, podemos asegurar que nos podrá en más de una ocasión en un aprieto. El pique está en que, cada vez que pasamos de nivel, la cadena es aún más larga y variada en combinaciones de colores… Nervios asegurados. La verdad que el juego bebe de clásicos de recreativas como Puzzle Bobble.
Tras esta sencilla fórmula se esconde varios aspectos que le dan algo más de profundidad y personalidad al contexto del juego: los powerups o poderes especiales ya que, antes de empezar cada partida, deberemos escoger entre el surtido de estas ventajas las que mejor se adapten a nuestra forma de jugar. Todo esto hacen nuestros avances más personalizables y llevaderos.
Pero no es «orbe» todo lo que reluce
Pese a todo Sparkle Unleashed tiene grandes problemas que lastran el concepto inicial: para empezar la banda sonora es muy buena (realizada por el afamado compositor Jonathan Geer) pero poco contextual dentro del juego ya que esperábamos algo más de ritmo, los FX son casi imperceptibles, las mecánicas sencillas y adictivas son tan repetitivas que te acabarás cansando al poco tiempo y los modos de juego pecan de ser inexistentes. Tal vez es un proyecto que les ha quedado grande a una compañía acostumbrada a hacer juego para móviles.
Por si todo esto fuera poco el apartado técnico es fenomenal para un terminal móvil y muy pobre en consolas de nueva generación dónde no se ha visto apenas mejorado. Bien es cierto que estamos hablando de un título Indie pero, a día de hoy, existen un montón de referentes soberbios del género que engrandecen el concepto general que representa la frase: estudio independiente. Por lo tanto no podemos ampararnos en la consabida justificación de Indie si tenemos en cuenta que existen títulos del calibre de Ori and the Blind Forest en el catálogo de nuestra joven Xbox One.
En definitiva…
Un juego con un gran concepto que puede servir para hacer más llevaderos nuestros viajes en autobús usando nuestro móvil pero que no termina de cuajar en consolas domésticas. Todos los problemas recaen en una casi nula intención de la desarrolladora en evolucionar el concepto de su juego de cara a su paso por consolas lo que, evidentemente se traduce en que, la ingente cantidad de errores solapan sus pocos aciertos haciendo que todos estos fallos caigan por su propio peso al rato de estar jugando y, pese al competente precio al que sale, sentimos decir que no se justifica su compra ni de lejos.
Esperemos que su siguiente proyecto en consolas esté mejor tratado que este Sparkle Unleashed.
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Lo bueno
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- La utilización de powerups que dan algo de variedad al juego.
- Reminiscencias a Puzzle Bobble.
- Fórmula adictiva…
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Lo malo
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- … Pero a corto plazo nos invita a dejar de jugar.
- OST muy buena pero poco rítmica y contextualizada para tratarse del juego en el que se basa.
- Gráficos pobres.
- Nula variedad de modos.
- En pocas palabras: el poco mimo con la que la desarrolladora ha tratado el juego.
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