Hay juegos que pasan desapercibidos. En el mundo indie existen muchos títulos que por su calidad podrían compartir estantería con los triple A de la industria. Estos juegos generalmente no pasan desapercibidos y es muy posible que estemos ante uno de estos. Subterrain nos ha sorprendido bastante y ahora os contamos sus virtudes y sus defectos.
En la oscuridad de los túneles
El juego comienza con una premisa sencilla e incluso algo manida. Somos un científico que se encuentra en Marte y tras un accidente en el que alguien fallece, le meten en una celda. Y justo por este hecho parece que se libra del mal que va a asolar la estación marciana. De esta manera, el juego nos presenta una colonia marciana deshabitada (en principio), por la que tendremos que ir moviéndonos en busca de la supervivencia.
Subterrain nos presenta una serie de pasillos y salas en 2D, vistos desde arriba. Esta visión clásica nos ha parecido bastante adecuada, dado que necesitamos saber lo que tenemos a nuestro alrededor en todo momento. Si fuese un título con cámara al hombro, es posible que nos perdiéramos muchas más cosas, aunque los momentos de tensión serían ligeramente mejores. Porque en realidad sí que hay una cámara al hombro, pero nosotros no tenemos esa visión. Nos explicamos, el jugador solo puede ver iluminada la zona que está mirando, por tanto, lo que tenga a la espalda, no lo verá, como mucho lo escuchará.
Esta decisión nos ha parecido un acierto, ya que dota de tensión al juego y nos obliga a mirar en todas direcciones cuando entramos en una sala nueva. Aunque los desarrolladores han sido benévolos, ya que existe un botón que nos permite “escanear” una zona circular alrededor nuestra para que sepamos que objetos podemos utilizar cerca de nosotros. Esto es muy útil, ya que todo el diseño del juego podría hacer que nos olvidasemos de registrar algún cajón, ya que todo tiene una línea muy similar.
Aunque está en 2D, el acabado es realmente bueno. Aunque el título peca de ser algo monocromático (el color naranja es el básico), nos presenta diferentes lugares con personalidad propia y muy bien diseñados. Al entrar en la sala que regula la temperatura, podremos diferenciarla perfectamente, ya que sus máquinas y objetos son reconocibles y diferenciables de otras máquinas.
También contamos con un diseño de enemigos que, si bien no es original, sí que es acertado. A riesgo de hacer algún spoiler, en el juego hay “zombies”, hongos, monstruos, “medusas” (en realidad son otra cosa, pero desde arriba podrían parecerlo), arañas, etc. Como decimos, no es muy original, pero es más que adecuado. De nuevo, en todos predomina el tono anaranjado.
El diseño de objetos que podemos almacenar es más simple, pero su simpleza hace que sean reconocibles, casi siempre. Y decimos esto porque es muy fácil diferenciar unas uvas, de una tarjeta magnética, pero hay otros objetos, como las tablets, que en realidad son rectángulos negros. Hay que usar un poco la imaginación, pero eso no es malo.
Continuando con los gráficos y diseño, los rayos de energía, las explosiones, las esporas enemigas y los efectos en general, lucen bastante bien. Siempre desde el punto de vista retro, estos efectos cumplen con su cometido, añadiendo cierto fulgor y luminosidad a los oscuros recintos que visitaremos. Además, unido a la visión limitada del jugador, se crea una atmósfera muy realista en cuanto a los brillos que podemos o no ver.
Por último, la mayor pega visual del juego tiene que ver con sus textos. Se trata de un título en el que tendremos que leer bastante (si queremos enterarnos de qué hacer, dónde ir y qué ha pasado). Pero las letras que nos ofrece el videojuego se nos han antojado pequeñas. desde el diario del protagonista, a los correos y llamadas que iremos encontrando, pasando por las definiciones de objetos (hay muchísimo texto en este juego); todo nos h parecido diminuto. Se puede leer, pero se debe forzar la vista o acercarse mucho a la pantalla. Resulta bastante molesto que el protagonista haga un comentario (como que tiene hambre. y no haber podido leer bien lo que decía. Aunque estos comentarios tienen que ver con los indicadores de supervivencia que siempre están a la vista, con lo que no hay mucha pérdida de información.
Algo rasca las paredes
En el ámbito sonoro estamos ante un juego de terror muy clásico. Esto es, apenas hay banda sonora. El título quiere que estemos escuchando todo el rato lo que ocurre a nuestro alrededor. Generalmente escucharemos como nuestros pasos retumban por las bóvedas metálicas, pero el momento en el que oímos algo diferente hace que nos paremos en seco.
Los enemigos tienen sonidos propios y variados. Algunos son más silenciosos, como las arañas, pero con bastante atención nos podemos hacer una idea de lo que nos depara el siguiente pasillo. Eso está muy bien, ya que le añade cierta carga de emoción y peligro a la aventura.
También cuentan con sonido propio los objetos. Podemos escuchar cómo se abren y cierran puertas, como funcionan las máquinas o como no lo hacen. Esto es importante ya que si nos acercamos a un regulador de oxígeno y no hay ningún sonido, es que no funciona, deberemos arreglarlo para poder respirar sin ayudas.
Aunque realmente sí que existe una banda sonora. Es muy suave y no aparece siempre, pero existe. No es reseñable, ya que es más un hilo ambiental que una banda sonora real. No consideramos que podamos decir algo malo al respecto. Se trata de un survival horror, la banda sonora puede sobrar y el sonido ambiente debe ser vital para la inmersión. Títulos como Dead Space lo saben bien y Subterrain ha copiado la idea.
Sobrevivir, buscar, escapar
Nuestro objetivo principal será sobrevivir, pero no solo a los “monstruos” que parece que han invadido la colonia, sino también al día a día. Tendremos que tener en cuenta lo cansados que estemos, el sueño que tengamos, la sed y el hambre que nos invadan. En la pantalla hay indicadores que nos muestran estos síntomas y nos ayudan a priorizar tareas.
No es complicado sobrevivir, hay muchos objetos por la base y bastantes nos ayudan a saciar nuestro apetito y sed. Aunque pocos lo hacen de manera segura, ya que existe riesgo de contaminación. Lo mismo ocurre con nuestras necesidades higiénicas. Se pueden encontrar cuartos de baño por toda la estación, pero en algunos casos nos encontraremos con enemigos y siempre estaremos tentados a beber agua del grifo, pero puede causar contaminación.
También deberemos dormir, siendo esto ligeramente peligroso. No es que los monstruos nos vayan a asaltar mientras echamos una cabezada, pero al dormir se acelera el tiempo y por tanto, nuestras necesidades se vuelven más imperiosas. Además, si dormimos en un lugar en el que no haya regulador térmico o de oxígeno, estaremos gastando nuestra valiosa pila de energía y nuestra bombona de oxígeno.
Uno de los mejores puntos de este juego, tiene que ver con su gestión de la energía. Al principio del juego encontraremos una pila, que alimentará nuestras armas, nuestros trajes y nuestros objetos vitales. Así, nos olvidamos de cargadores innecesarios o de recopilar munición. También nos sirve para utilizar un escudo de energía durante unos segundos, que nos salvará la vida maś de una vez. Es una muy buena idea que simplifica ciertos temas, haciendo que el resto del juego pueda ser más complejo en su propuesta.
Porque sí, el juego es muy complejo y muy completo. Encontraremos todo tipo de objetos que nos servirán para una cosa u otra, incluso para reciclarlos. También encontraremos bombonas de oxígeno que serán vitales para recorrer las partes de la estación con el regulador roto (casi todas). Encontraremos también controladores de la temperatura corporales, que nos permitirán sobrevivir a las gélidas temperaturas del planeta rojo en aquellas estancias sin regulador térmico (casi todas lo tienen roto).
Las luces de Marte
Pero es que hay mucho más. Cualquier otro juego se habría quedado en esto, pero Subterrain demuestra una capacidad tremenda. Tendremos una “base” en el sector central de la estación. Desde allí podremos mandar energía a las diferentes secciones de la estación para poder acceder a ellas a través del tren o de otras maneras.
Esta idea es genial, porque nos permite ir a donde queramos, pero siempre con el previo control de energía. El juego desde el principio nos presenta este tipo de ideas, para que sepamos que tenemos que tener absolutamente todo en cuenta. En esta base encontramos también multitud de máquinas para crear objetos, comida, bebidas, armas e incluso trajes. Para poder construirlos debemos desechar uno en una máquina concreta, así obtendremos su plano de construcción. En otra máquina deberemos reciclar los objetos que no nos interesen para obtener materias primas. La máquina recicladora se convertirá en nuestra mejor amiga después de un par de horas de juego.
Tras todo esto, podremos ir a otra máquina para construir lo que deseemos. Nosotros encontramos realmente útil poder construir pastillas descontaminantes casi desde el principio, ya que nos atrevimos a arriesgarnos más con la comida y la bebida, lo cual acaba siendo necesario. También nos dimos cuenta de que “construir” fruta era barato y aportaba una fuente de alimentos decente, siempre llevábamos uvas encima.
Pero además de todo esto, repartido por las estancias hay cargadores de oxígeno, calor y energía. Pero para que funcionen se deben reparar los reguladores de oxígeno y térmicos, o crear unos nuevos. Esto se puede hacer en una máquina de la base, aportando materias primas y softwares de actualización adecuados (esto último es más difícil de encontrar). También podremos reparar nuestros objetos del inventario, ya que también se rompen por el uso. Cabe destacar que este tipo de máquinas no solo lo encontraremos en la base. Las diferentes secciones de la estación se especializan en unas cosas u otras, encontrando las máquinas de la base repartidas por todo el mapeado.
Pero sigue sin ser todo, ya que en la base estará el reactor principal de la estación, el cual podremos equipar con torretas para que se defienda. Efectivamente, de vez en cuando habrá una invasión de monstruos en nuestra base que irán a atacar directamente el reactor. Si lo destruyen, se acabará la partida. Es posible que uno de estos ataques nos pille lejos. Tendremos que correr por los laberínticos pasillos en busca del tren, para llegar a la base y defender el reactor. Es una idea genial que puede partirnos una partida por la mitad.
Si a todo esto le sumamos la cantidad de objetos que te cuentan las historia de lo ocurrido (tablets, ordenadores, notas, llamadas, etc), nos encontramos ante un título enorme. Con una historia grande, bien llevada que se nos va transmitiendo con cuentagotas, pero bien dosificadas.
Las sombras del planeta rojo
La mayor pega del juego tiene que ver con su sistema de combate. Es demasiado básico. Un juego que se ha esforzado en crear una atmósfera tan buena. Con un sistema de supervivencia tan completo e incluso divertido. Resulta que tiene un sistema de combate excesivamente básico.
Para resumir, solo se puede atacar con un botón. Si es un arma de fuego, disparará, si es un arma de mano, blandirá la misma. Hay un botón para usar objetos, que nos servirá para utilizar las granadas si las equipamos en el inventario rápido. Ya está, no hay más que decir respecto al combate.
Las escenas pueden ser algo tensas por lo de la visión limitada, e incluso pueden ser muy peligrosas debido al movimiento de los enemigos (algunos son bastante rápidos y erráticos). Pero la mayor complejidad que tiene es la de apuntar adecuadamente y acertar en los golpes, que tienen unas físicas algo raras. La otra dificultad es que en ciertos puntos del juego hay una cantidad tremenda de enemigos y tal vez no demos abasto.
El otro gran problema del juego, tiene que ver con sus grandes virtudes. El juego es tan completo, tan realista, que puede volverse rutinario. Después de cinco horas, nos dimos cuenta de que en realidad el juego se parece mucho a Soy Leyenda, la película de Will Smith. En este film vemos una escena en la que el protagonista va entrando de piso en piso, eliminando monstruos y cogiendo lo que puede, tachando después en una lista por donde había pasado ya. Pues en Subterrain, igual. El juego se basa en ir a un lugar, acabar con los enemigos, registrarlo todo y volver a la base.
Es cierto que los enemigos aparecen de manera aleatoria, pero si ya hemos registrado un lugar completamente, no volveremos allí salvo necesidad imperiosa. Con todo, el juego es larguísimo. Estamos hablando de superar las veinte horas (si se quieren hacer las cosas bien).
Para ejemplificar esto, el primer lugar que registramos, más allá de la base, fueron los laboratorios. Tardamos una hora y media, porque registrábamos todo, pero se nos iba acabando el oxígeno y el calor, así que teníamos que volver a la base a recargar y luego de nuevo a los laboratorios. Los laboratorios no son el escenario más amplio del juego ni de lejos, pero como tenemos que volver a vaciar la bolsa y recargar nuestros soportes vitales, se hace más largo. Para muchos, tal vez demasiado largo y rutinario.
Conclusiones
Estamos ante un verdadero juegazo. Vale mucho más que el precio al que se puede encontrar en los bazares digitales. Ahora bien, no es un juego para todo el mundo. Los amantes de los survival, que deseen un juego pausado, con una historia interesante y un sistema de supervivencia genial, lo adorarán. Los que busquen un combate decente o partidas de media hora, lo odiarán, porque en media hora no has hecho nada.