Una vez soñé que podía volar… un planeo primerizo y sin miedo. Exploré el mundo entero… para encontrar en la jaula mi hogar. The King’s Bird empieza con unas palabras que hacen alusión a pensamientos que alguna vez todos hemos tenido. Pensamientos que nos llevaban a imaginar cómo sería nuestra vida sin más obligaciones que las que nosotros mismos nos queramos marcar, pero que al fin y al cabo acababan topándose con la realidad de que somos esclavos de la rutina de nuestras vidas.
The King’s Bird llega de la mano de los chicos de Serenity Forge, siendo distribuido por Graffiti Games. El título se encaja en el género de los juegos de plataformas, en el cual podremos hacer uso de impulsos aéreos con los que tendremos que ser realmente precisos para superar los niveles que nos plantea.
El juego nos pone al control de una joven, que tal como dicen sus frases introductorias, parece querer escapar del mundo en el que habita. Tocada por un don divino, la joven contará con una especie de ala, que le permitirá superar los obstáculos que se pongan frente a ella, pues deberá conseguir su libertad escapando de las manos de un malvado tirano que, por alguna extraña razón, no quiere que abandonemos sus dominios.
TODO REY TIENE SU CORONA.
Respecto a la narrativa de The King’s Bird, ésta no nos cuenta una historia de la forma que los juegos indies nos acostumbra. En primer lugar, el juego no cuenta con texto alguno (más allá de los menús del mismo), lo que supone que tendremos que interpretar todo lo que veamos para saber qué es lo que su historia pretende transmitirnos. Además, y en conexión con lo anterior, tanto la protagonista como el villano no emitirán palabra alguna, escuchando un dulce canto cuando la joven dialogue, y un conjunto de instrumentos cuando sea el tirano el que lo haga.
La historia de The King’s Bird se desarrolla a raíz del entorno de su mundo, en el cual encontraremos una serie de murales que nos contarán lo que ha ocurrido en el mismo. No obstante, hemos de tener en cuenta que la historia del juego se siente más como un elemento añadido, que como la base del mismo. Esto se debe a que la premisa principal del juego no será otra que la de superar una serie de niveles en el menor tiempo posible, haciéndonos, además, con los pájaros que encontremos en los mismos.
Y es que, la forma de acceder a dichos niveles no es una sucesión de pantallas, a través de las cuales se desarrolla la trama del juego, sino que será más bien una especie de lobby camuflado. Con esto, se aprecia que los chicos de Serenity Forge no querían plasmar su obra como un juego en el que superamos los diferentes niveles a través de un simple menú, y es algo de agradecer, aunque el resultado final se queda un poco corto.
LA BELLEZA DE LA SENCILLEZ
Uno de los grandes aspectos de The King’s Bird es su diseño. El juego cuenta con un apartado artístico precioso, capaz de deleitar la vista de todos aquellos que lo vean. Si bien es cierto que se trata de un juego de plataformas 2d, eso no impide que dicho apartado alcance un gran nivel.
El estudio nos plasma una paleta de colores muy variada, con diversos escenarios con una paleta de colores diferenciada, entre los que encontraremos diferentes toques azules, verdes o rojos, entre otros, con un aspecto acuarela que le sienta francamente bien. Ello provoca que mientras juguemos tengamos la verdadera sensación de estar jugando diferentes niveles. Pues, si bien es cierto que hay similitud en algunos de ellos, no dejan de tener un nivel excelente, provocando que en alguna ocasión nos fijemos más en el propio escenario en sí, que en el personaje o los elementos que debamos superar.
Por lo que respecta a la ambientación de The King’s Bird, éste se encuentra claramente referenciado por diferentes mitologías, como por ejemplo la romana, maya o sudasiática, lo que dota, junto a la paleta de colores antes comentada, de una gran diversidad en lo que al aspecto de sus niveles se refiere.
ABRE TUS ALAS
En lo que respecta a la jugabilidad de The King’s Bird podríamos definirlo como un juego fácil de jugar, pero difícil de dominar. El juego nos presenta un esquema muy básico, como es el de avanzar por los niveles de izquierda a derecha y de arriba abajo con el simple desplazamiento del joystick y el uso del botón A para saltar. Pero además nos da dos opciones en las que se basa prácticamente el total de su propuesta.
Por una parte, contaremos con el botón RB, mediante el cual podremos meter una especie de turbo, que nos impulsará para correr más rápido por el escenario, saltar más alto o incluso andar por las paredes si lo hacemos en el momento adecuado. Este último aspecto le da una importancia mayúscula a su uso, ya que habrá ciertos niveles en los que, literalmente, deberemos ir corriendo por el techo para alcanzar el final de los mismos.
Por otra, contamos con el botón LB, a través del cual se nos da la opción de planear. Es de gran importancia tener esto en cuenta, ya que dependiendo de la velocidad o altura que tengamos a la hora de empezar a planear, podremos hacerlo durante más o menos tiempo, y alcanzando mayores o menores distancias. Es principalmente la mecánica a dominar, ya que, aunque en ocasiones hagamos un mal salto, por medio del planeo podremos conseguir superar ciertos obstáculos, incluso cuando en un primer lugar fallamos.
Con todo esto en mente, el juego nos propone una jugabilidad “speedrunner”, pues el principal objetivo es superar los diferentes niveles de la forma más rápida posible. No obstante, cuenta con una amplia rejugabilidad si lo que pretendemos es completarlo al 100%, ya que, además de retarnos a superar nuestros propios tiempos, también contaremos en todos los niveles con una cierta cantidad de pájaros que deberemos “rescatar” para poder completar de verdad el nivel, estando alguno de ellos en posiciones aptas para aquellos que ya controlan a la perfección el juego.
CONCLUSIÓN
The King’s Bird se nos presenta como un buen juego de plataformas 2d. Su precioso apartado artístico y su adictiva, aunque sencilla, jugabilidad nos mantendrá pegado a los mandos hasta conseguir completarlo. No obstante, quizás no habría estado de más dotar al juego de un apartado narrativo más profundo, y no simplemente dejarlo en lo que parece una intención desde Serenity Forge de “adornar” este aspecto para que no nos encontremos ante una selección de niveles pura y dura.