Las aventuras gráficas han recuperado gran parte de su importancia gracias a la llegada de propuestas muy llamativas y nuevas tendencias a la hora de narrar las historias. Es así que tomamos como referencia estas propuestas recientes donde los diálogos y las secuencias cinemáticas, van hilando la trama de forma que los jugadores son meros espectadores de las consecuencias que deparan sus decisiones. No obstante, siempre hay lugar para las aventuras de corte clásico, aquellas en las que el progreso no depende de las decisiones que tomemos, sino de cuan ávida sea nuestra capacidad de superar determinados retos.
The Raven vio la luz hace unos años en Xbox 360 como una aventura que tomando la base de las aventuras Point’n Click, supo adaptarse para evitar conflictos con el control de las consolas. De este modo, los usuarios pudieron hacer frente a una aventura de robos y asesinatos, persiguiendo al mítico Cuervo. Uno de los ladrones más importantes del mundo parece estar de regreso, habiendo puesto su objetivo en dos piezas de colección, los Ojos de la Esfinge. Tras robar el primero de ellos en el museo de Londres, diferentes agentes y diferentes personajes son presentados en una trama que ronda el descubrimiento del responsable que está detrás estos acontecimientos.
El juego original se dio a conocer como The Raven – Legacy of a Master Thief, que regresa a la actualidad totalmente renovado gracias a The Raven Remastered. Una renovación que sirve para intentar aprovechar el tirón actual de las aventuras gráficas, sin tener que esperar al lanzamiento de cada uno de los tres capítulos que conformaron la historia original. ¿Serás capaz de atrapar al legendario Cuervo?¿Quien es el verdadero?¿Podrás resolver todos los misterios?
¿Quien es el misterioso ladrón que va trás los ojos de la Esfinge?
Como un terrón de azúcar
Como remasterización, el principal objetivo que ha tenido el estudio responsable de The Raven, era optimizar una propuesta que gozó de un caracter muy propio. Claro está, que si tomamos la base de que KING Art Games es la empresa responsable de otros títulos, como la serie Book of Unwritten Tales, todo parece lo mismo. Conocer a los diferentes personajes que conforman esta trama, que parece extraída de las recurridas novelas de Agatha Christie, será un primer paso para dar cuenta de una de las grandes virtudes de este título.
Tanto por el agente Zellner, que pretende ser ese afable policía entrañable, como el resto de estereotipados personajes, nos encontramos con un elenco que interpreta, sin ninguna gracia, los papeles que tienen que interpretar. Lejos de poder aludir a un gran trabajo para conformar una estirpe de personajes carismáticos, nos encontramos con caracteres estancos, planos y sin virtudes. Este aspecto conforma una propuesta que, en la mayor parte de la aventura, da la sensación de no aportar nada fresco que pueda darle algo que no se haya visto enésimas veces.
Seguir los indicadores e interactuar con lo que se pueda es todo lo que hay que hacer
Importa poco meterse en la piel de varios personajes a lo largo de la aventura, resulta igualmente apática, más considerando que, revivir lo mismo desde diferentes perspectivas diluye la propuesta como un azúcar en un café muy amargo. Acostumbrados a otras propuestas más dinámicas y entretenidas por parte de este estudio, recuperar esta propuesta tras tanta imaginación e innovación, resulta poco efectiva.
The Raven cumple con la premisa de ofrecer una trama de novela negra clásica. Por su corrección a la hora de abordar esta ambientación, puede satisfacer a los jugadores que busquen resolver misterios, pero dado que este juego vio la luz hace ya unos años, su remasterización deja más cabos abiertos que los que hay que resolver durante el juego.
Personajes estereotipados, planos y sin fluidez, así transcurren las conversaciones
Pinceladas intrascendentes
Una remasterización suele requerir una base que requiere una gran mejora. Aunque puede que nos estemos acostumbrando a recibir remasterizaciones peculiarmente sobrias y sinsentido, en este caso todavía puede parecer más intrascendente lo que se ha aportado. No se puede negar que el cambio es bastante notable, acicalando un apartado técnico correcto, dado el género.
Es de este modo que podemos comprobar un trabajo minucioso en las texturas, ajustándose a una mayor resolución que su propuesta de consola original. Algo que, teniendo en cuenta que vio la luz en PC, no hubiese sido tan requerido. No obstante, se puede comprobar que los diseños generales han ganado algún que otro detalle que permite que la ambientación gane algo de riqueza. Resulta curioso que en la descripción del producto se aluda a los cabellos, ya que en ningún caso se aprecia un solo pelo fuera de una textura que engloba peinados.
Apenas unas texturas adaptadas y filtro de luz diferente son lo que aporta esta remasterización
Claro que, ya puestos a hacer una remasterización de un juego caracterizado por sus carencias técnicas, bien podían haberse esmerado algo. Y es que el juego mantiene todas esas carencias propias de las aventuras gráficas antiguas, con animaciones robóticas, expresiones faciales poco representativas y aspectos que, salvo pocas producciones, nadie ha cuidado. Tampoco parece que ese trabajo sea digno de ser considerado en una remasterización de un juego tan guionizado.
A parte de eso, el juego no parece haber mejorado realmente. No se trata de un título que se viese lastrado por no haber llegado a un cánon de calidad, ni siquiera parece que haber mejorado estos aspectos ofrezca un espectáculo visual de ningún tipo. Simplemente, unas pequeñas correcciones parecen haber sido lo justo para relanzar un juego que, para plataformas en las que se podría jugar al original de 2013, no justificaría una nueva adquisición.
Podían haber ganado enteros si hubiesen trabajado en mejorar la propuesta en una lista infinita de cosas por mejorar
Una balsa de aceite
Uno de los aspectos más reseñables en lo referente a la adaptación de The Raven a las consolas, fue la adaptación de su sistema de control, suprimiendo ese puntero que requería ratón. Otros juegos, como Broken Sword, han intentado mantener la esencia de los Point’n Click para ofrecer una aventura pura en todos los sentidos. En este caso, KING Art adaptó el control para ofrecer un sistema de movimiento lógico para un controlador, en el que se van resaltando los objetos con los que se puede interactuar.
De este modo, no hay mucho que ofrecer a la imaginación. Explorar los escenarios, con una cámara fija que puede ofrecer conflictos de control por choques invisibles o falta de precisión, buscando esos puntos calientes de la aventura. Dado que esta no trasciende de decisiones, es simplemente tirarse horas buscando cambios y obteniendo las pistas para poder avanzar. Si a esta mecánica, que resulta bastante tediosa, le añadimos esos desajustes del control, la orientación, la perspectiva y que en ocasiones nos lleva a equívocos o a no alcanzar una determinada zona, la paciencia se agota con bastante rapidez. De este modo, The Raven Remastered ofrece un avance poco ameno, ya que esos puzzles que pueden suponer un desafío, son bastante sencillos, sobre todo, por los límites de interacción que ofrece la propuesta.
Importa poco analizar la situación, hay que ir por el camino marcado para avanzar
Siempre cabe la posibilidad de quedar atascado en algún punto, no obstante, suele deberse más a algún descuido que a la necesidad de estrujarse los sesos. Claro que para evitar eso, siempre podremos tirar del cuaderno de anotaciones y canjear puntos por pistas. En muchas ocasiones, dará la sensación de que han rebuscado demasiado algunas soluciones, sin embargo, en líneas generales no hay mucho donde rascar. Todavía resulta más embarazoso cuando ese bloc de notas mantiene los escritos cuando cambiamos de personaje… ¿telepatía?
De este modo, la aventura va desmenuzando su trama de forma paulatina, sin alterarse por las decisiones de un jugador que es mero espectador. En cierto modo, es la base de las aventuras clásicas, donde podemos reencontrarnos con ciertos valores que hicieron importante este juego. La banda sonora, con una ejecución brillante, un doblaje preciosista, que puede seguirse perfectamente con los textos en castellano. No se puede negar que The Raven puede disfrutarse, fue una gran aventura, pero se nota que este género ha evolucionado y ha dejado esta propuesta obsoleta.
Pero, ante una aventura conocida, el requisito de la remasterización vuelve a poner en cuestión la validez de la misma, dado que el que lo jugara en su momento, no pasará por ella otra vez para verlo, un poco mejor. A estas alturas, cuestionando que vean la luz algunas remasterizaciones, este no es el mejor ejemplo para intentar justificar este recurso en vez de la retrocompatibilidad.
En general, los puzzles son burdos, demasiado sencillos para una aventura
No es un misterio para resolver
Y de este modo se resolvería la investigación, con una conclusión que deparará una resolución a una situación realmente comprometida. The Raven Remastered es una buena historia, llevada con poca gracia, que sume al jugador en una secuencia tras otra de diálogos planos y sin emoción, hasta que, sin poder cambiar de rumbo, llegamos a la resolución. Demasiado lineal, demasiado burdo, plano y con una ejecución irregular, que pasa de una secuencia cinematográfica de director para el Oscar inicial, a un juego insulso e inusualmente poco original.
Querer mantenerse joven es un problema de aquellas personas que no saben llevar bien la edad. Maquillarse no hace a la persona más joven, siquiera permite dar cuenta de la belleza que hay bajo esa falsa fachada. Pero si nos limitamos a aparentar una edad que no tenemos, será cuestión de tiempo que se den cuenta que pretendemos dar gato por liebre, y con la misma capacidad de deducción que se requiere para superar las escasas pruebas que ofrece este juego. Ha envejecido y, casualmente, el género ha evolucionado. Retomar este juego a la ligera, con una remasterización técnica injustificada, solo deja a la vista las evidencias de un producto claramente obsoleto, incluso, en lo que a la jugabilidad se refiere.
Es una lástima que un concepto tan ambicioso quede lastrado por una ejecución tan poco innovadora
En su momento, el juego pudo llegar a sorprender por intentar abarcar una novela negra por definición. Con todos esos matices que podía esperarse de un juego cuya ambientación buscaba ser un homenaje a este tipo de historias detectivescas. Ahora mismo, y reconvertido en un juego “nuevo”, The Raven Remastered es un producto que no puede justificar la remasterización, porque no solo no se requería, es que no aporta nada que merezca la pena reseñar.
No es mal juego, pero bien hubiera merecido la pena haber abarcado una historia y ambientación similares, en una propuesta nueva. Al final, querer convencer de que este juego requería de esta remasterización, resulta menos convincente que argumentar que el Cuervo es el único ladrón relacionado con este juego. Al menos el Cuervo, era un legendario ladrón de guante blanco.