Tras pasarlo mal, muy mal, con el juego de 11bit Studios, os traemos el análisis de This War of Mine: The Little Ones para Xbox One. ¿Qué seríais capaces de hacer para sobrevivir un día más? Es muy difícil plantearse esta pregunta, ¿verdad? Pues es algo que tendréis que hacer cada minuto que paséis en las desoladas calles de Peragon mientras intentáis que vuestros sentimientos afloren cada vez menos. ¿Merece la pena The Little Ones? Sólo vosotros podéis juzgarlo. Nosotros os echaremos una mano con su análisis as´que, antes de comprarlo, dedicadle un rato a estas líneas.
La guerra no cambia nunca
»War…. war never changes». Cuántas veces hemos escuchado esa frase de Fallout 3, que otros juegos también han utilizado, en un contexto en el que se supone que la guerra es un infierno. Un infierno en el que mueren inocente, cuerpos mutilados pueblan las calles y el horror es quien se apodera de nuestros corazones. ¿Para qué? Tras una introducción que pretende ser emotiva nos ponemos a los mandos del Rambo de turno y comenzamos a repartir a diestro y siniestro sin que entendamos el significado del »war never changes».
No he vivido la guerra, pese a ser nivel 55 en Black Ops 3, y no quiero hacerlo. He visto las noticias, reportajes de guerra y las imágenes de la contienda que se está librando en estos momentos en Europa del este con ciudades arrasadas por las bombas. La devastación de la personificación de la miseria humana, algo que ahora, si tenéis lo que hay que tener, podréis vivir en un juego tan duro como sobresaliente.
This War of Mine salió a la venta en noviembre del 2014 en exclusiva para PC. En su momento no se le dio demasiada importancia al juego pero, con el paso de las semanas, el boca a boca fue cumpliendo su cometido y muchos empezamos a jugar casi sin saberlo a un juego del que no habíamos recibido prácticamente ninguna noticia. Cuando jugué me dije »joder, qué lástima no poder disfrutar esto en consola y que jugadores que no huelen el PC se pierdan esta obra de arte.»
Aquí entra en juego The Little Ones, el nombre que se le ha dado a esta versión de This War of Mine que no sólo incluye todas las mejoras hechas hasta la fecha sino una especie de ‘nueva campaña’ que nos hace disfrutar del juego a través de los ojos de los niños. La buena noticia es que sí, The Little Ones incluye la experiencia original, algo que no estaba claro en las noticias oficiales pero que ya podemos confirmar.
La propuesta es extremadamente simple. Nos encontramos en Peragon, una ciudad ficticia que, sigo manteniendo, está basada en alguna ciudad ucraniana, y que está desolada por la guerra. Francotiradores en los puntos altos, calles infestadas de soldados y una población que intentará sobrevivir a toda costa. Tomaremos el control de tres personajes que no se conocen entre ellos, cada uno con una vida anterior a la guerra que queda explicada en una especie de diario pero todos con el mismo afán de supervivencia.
Uno está enfermo, otro cansado, otro hambriento… pero hay que ayudarlos a sobrevivir. Escuchamos bombas y sentimos el peligro en la nuca. Lo primero debe ser fortificar el edificio, para lo que empezamos a quitar escombros y reunir materiales con los que construir una barricada. Sin embargo pronto nos daremos cuenta que quitar ese montón de piedras que nos impide alcanzar una determinada puerta nos lleva demasiado tiempo. Ahí es cuando tomaremos el control de otro superviviente y le mandaremos otra tarea. Y lo mismo con el tercero. Cada acción consume tiempo y es importante tener a todo el mundo ocupado a la vez en diferentes tareas.
Dormir, construir cualquier cosa, hacer la comida… en cada acción iremos a contrarreloj y esto nos agobiará, y mucho, al principio del juego. Además, otro factor, además del tiempo, entrará en escena. Como en muchos juegos del estilo, habrá un ciclo día-noche y las cosas que podremos hacer varían. Durante el día lo mejor es fortificar y apañar nuestro asentamiento. Construiremos camas para descansar, recogeremos víveres cercanos, crearemos nuevos objetos y fortificaciones… es decir, trabajar en nuestro refugio. Cuando caiga la noche debemos salir a explorar, recoger víveres y provisiones y aquí es, amigos, donde el juego se pone interesante.
Mata… o muere
Hasta aquí podríais pensar que he exagerado tremendamente a la hora de presentar This War of Mine como un producto descorazonador. Aquí es cuando toca comentar la verdadera ‘chicha’ del juego. 11bit Studios no ha querido crear un simple juego de supervivencia y gestión de recursos sino que, para conseguir esos recursos, tendremos que salir de nuestra zona de confort y adentrarnos en casas abandonadas, supermercados, callejuelas y otros lugares que, literalmente saquearemos.
Es un juego, vale, pero ¿qué haríais si entráis a un supermercado esperando conseguir un par de latas de comida porque vuestros superrivientes se mueren de hambre y veis, de repente, que un soldado está intentando violar a una chica? ¿Ayudaríais a la mujer aun a riesgo de perder la vida y que la incursión haya sido inútil u os iríais de rositas con las latas de comida mientras vejan a la pobre chica? Yo, lo siento, me fui con las latas. ¿Por qué? Porque ya la intenté salvar pero mi personaje estaba cansado y sin recursos, debido a mi mala planificación, y el soldado acababa conmigo. Esta es una de las situaciones moralmente cuestionables que encontraremos. Hay otras donde podemos dejar sin recursos a un grupo de supervivientes con menos opciones que nosotros y, así, id sumando situaciones.
Es la guerra, matar o morir y, os aseguro que si no nos preparamos y nos andamos con ojo, nuestros personajes morirán como si fuesen Lemmings y no aguantaremos los 40 días que tenemos que sobrevivir. Esta mecánica de juego nos obliga a repetir la partida una y otra y otra vez aunque, eso sí, siempre habrá algo distinto ya que, se supone, la generación de mundo es aleatoria. La teoría está bien pero, en la práctica esa aleatoriedad me resulta demasiado… continuísta respecto a los escenarios de mi partida anterior.
Otra interesante mecánica es que nuestros personajes también necesitan que les prestemos atención. Morirán muy fácilmente y tendrán sentimientos y necesidades. El sistema de sentimientos está muy simplificado ya que, hablando de forma clara, si estás triste te aguantas y te pones a escarbar en los escombros a ver qué encuentras. Podremos hablar con otro superviviente para que se nos pase un poco, si, pero aquí tenemos que cuidar otras cosas más que los propios sentimientos de los supervivientes. Tiene más valor seguir con vida.
The Little Ones
Hasta aquí no encontramos nada que no hubiera en el juego original aunque, claro está, todo es nuevo para el usuario de consolas. En esta edición The Little Ones, 11bit Studios ha incluido, además del editor de niveles (que va algo justito de contenido), y un editor de personajes, una suerte de expansión en la que los niños entran en escena. La verdad, no cambia demasiado la esencia del juego pese a que se daba a entender que daría una dimensión completamente nueva a la experiencia jugable pero sí es cierto que hay novedades. La principal es que los niños, aunque sean conscientes del terror, tienen comportamiento de niños y necesitan jugar, además de requerir una mayor atención que otros supervivientes.
Que haya niños es lo de menos, para mí. Su visión del conflicto no me ha ‘conmovido’ pero sí es cierto que esto añade más dificultad al juego, debido a que tendremos que ‘cuidarlos’, y un nuevo espectro moral ya que también nos los encontraremos en nuestros saqueos nocturnos. ¿Qué haremos entonces?
Mención especial merece la adaptación de controles a consola. This War of Mine es un título que se nota que fue diseñado con el ratón en mente. En las fases diurnas, cuando interactuemos con supervivientes o movamos cosas de sitio nos parecerá que los nuevos controles adaptados al mando responden de maravilla. Sin embargo, cuando jugamos de noche y nos escapamos del refugio a ver qué encontramos, la cosa cambia un poco debido a que serán momentos en los que la jugabilidad exija una respuesta rápida y precisa o, de lo contrario, seguramente moriremos, lo que conlleva que el explorador no regrese al refugio con suministros y todos los demás supervivientes sufran las consecuencias.
La guerra no es para todos
This War of Mine: The Little Ones no es un juego para todo el mundo. No es agradable, se hace pesado algunas veces y no está hecho para jugar partidas cortas. Además, la expansión The Little Ones no satisfará a los veteranos del juego de 11bit Studios y el control con mando no es lo bueno que cabía esperarse.
Sin embargo, lo atrevido de la propuesta así como la innovación de hacer un juego bélico donde no somos nosotros los cazadores sino la presa es fascinante. El concepto es muy, muy bueno y la ejecución igual. Puede que no os encandilen los personajes y os de igual su muerte pero sí que disfrutaréis intentando sobrevivir. Como survival estratégico es lo mejor que os vais a echar a la cara no sólo en consola, sino en cualquier plataforma donde decidáis jugarlo.
A esto le acompaña un apartado gráfico que no os dejará con la boca abierta pero que resulta muy atractivo debido a los trazos con lápiz y carboncillo (podemos ajustar la intensidad del trazo), unos efectos sonoros que, imagino, recrean la soledad de una situación así y una duración casi infinita aunque, eso si, puede que nos aburra a la larga debido a unas mecánicas repetitivas.
También tengo que añadir una cosa, aunque como juego de supervivencia y gestión de recursos es muy bueno, si no os implicáis al 100% con el juego a nivel emocional es posible que debáis platearos otro juego ya que, This War of Mine se juega mucho a la carta de las emociones (está subtitulado al castellano, por lo que entenderéis todo) y si no os atrapa desde ahí es muy posible que no os satisfaga por completo.