La Isla de Man es una isla ubicada en el archipiélago británico que es famoso por su paisaje, pero para los amantes del motor es el paraíso de la conducción. Como un fabuloso escenario para una de las pruebas más extremas sobre dos ruedas, TT Isle of Man surge como una propuesta que pretende llevar a los jugadores a esa vivencia. Una vivencia de velocidad extrema por las estrechas y sinuosas carreteras que rodean la montaña Snaefel.
Desde hace más de 110 años, se lleva organizando una competición contra el crono donde los pilotos más temerarios, valientes y habilidosos, se enfrentan a más de 60km de carreteras públicas a velocidades de vértigo. Así es la TT Isla de Man, o International Isle of Man Tourist Trophy, el lugar donde se forjan leyendas que solo los más osados héroes son capaces de superar. Kylotton Games se ha propuesto llevar esta experiencia a las consolas, donde parece una propuesta muy limitada al recurrir a una competición tan concreta.
¿Te atreves a enfrentarte a las sinuosas carreteras de esta isla a bordo de las motos más radicales?
Una de las pruebas más exigentes y legendarias en tus manos
Un paraíso de la velocidad
Ya hemos hablado de la Isla de Man como un lugar extraordinario para dar rienda suelta a la velocidad de las motos de categorías Supersport y Superbike, de entre 600 y 1000cc. Motos a las que no les cuesta alcanzar los 300km/h y que recorrerán las carreteras públicas de esta isla, así como otros entornos cercanos de Escocia o Irlanda. TT Isle of Man es un juego que intenta abordar esta experiencia de varias maneras. A los modos convencionales, tanto para un jugador como en el multijugador, se ofrecen carreras puras y las pruebas TT, contra el crono. Pero ante todo, el modo carrera intenta meternos en el mono de carreras y aceptar el desafío de ser una de las leyendas de esta competición.
En este modo de juego crearemos nuestro piloto y gestionaremos nuestra carrera de una forma muy similar a lo que otros juegos, como Project CARS, han intentado. En esta ocasión, nos gestionaremos a nosotros mismos, con nuestro presupuesto y fama como elementos que irán limitando el progreso a lo largo de un calendario en el que iremos aceptando invitaciones y participando en eventos. A través de ellos obtendremos recompensas económicas y la consecuente ganancia de reputación.
Comenzaremos con una única moto e iremos enfrentándonos a pruebas del calendario, incluyendo la prueba reina, la vuelta completa a la Isla de Man. Compraremos nuestras nuevas motos y seguiremos avanzando hasta lograr ser los amos y señores de esta competición tan tremenda.
Las repeticiones sirven para dar cuenta de las velocidades de vértigo que se alcanzan
Una de cal y una de arena
Sin saber que es lo bueno y que es lo malo, es así como nos encontramos ante un juego que ofrece una experiencia realmente extrema. TT Isle of Man no se trata de un juego de conducción arcade, o al menos, no lo parece. Pasando por un tutorial que, incluso incluye la obligación de adaptarnos al cambio manual, comenzamos a ver los aspectos básicos de la conducción. Una conducción extremadamente sensible a las diferentes acciones que suelen acostumbrar, lo que viene siendo el giro, la aceleración y el freno. Contando con un catálogo interesante de ayudas a la conducción, quitarlas se convierte en un primer desafío para no caerse de la moto.
Este aspecto es común, hasta ofrece un logro muy sencillo de lograr. Y es que TT Isle of Man exige demasiado. Acostumbrados a otras propuestas, como RIDE o MotoGP, que hemos creído que requieren de una habilidad importante cuando quitamos estas ayudas, cuando jugamos a este juego todo cambia. Tomando como referencia los títulos sobre asfalto de Milestone,TT Isle of Man es un desafío extremadamente complicado.
Crearemos un piloto para ir ganando reputación y establecer nuestro nombre entre las leyendas de la Isla de Man
Se puede llegar a tener una sensación tremendamente exigente cuando abordamos los sinuosos trazados, las rectas en carreteras muy estrechas y una sensación de velocidad envolvente, sobre todo desde la cámara de casco. Pero a la hora de abordar las curvas, más cuando estas son algo complicadas, demuestra que el juego tiene carencias bastante importantes que pueden acabar con la paciencia de muchos. La falta de información ante determinadas reacciones de la moto se hacen manifiestas, precipitándonos contra el asfalto de forma inevitable o mandándonos “a coger moras”, con mucha facilidad.
Gran parte del problema puede residir en la falta de precisión… o el exceso de sensibilidad. Al no haber reglajes para la moto, al no haber un setup para el mando que permita gestionar la zona muerta, la sensibilidad o la progresión del stick, a lo mínimo que se mueve este la moto gira mucho. Cuando nos vemos obligados a meter el cuerpo en el carenado, apenas notamos una pequeña variación en la dirección que nos veremos escorados y fuera de la trazada. Con el acelerador y el freno pasa igual, pese a que el mando de Xbox cuenta con un largo recorrido en cada gatillo.
Es por esto que, si bien en momentos el juego deja buenas sensaciones de realismo, el exceso de exigencia depara momentos de confusión muy elevados. Superar algunas curvas sin caerse casi se da como un logro, independientemente de usar las ayudas a la conducción, resulta muy complicado. De hecho, podría ser más eficiente quitarlos, aprender a manejar la moto y evitar que esas ayudas hagan reaccionar la moto de forma extraña, porque cuando sucede, nos caeremos sin poder evitarlo. De hecho, para tener un buen control, no exento de alguna reacción inesperada, el cambio en manual y la frenada en combinada, son una configuración que se ajustará bien tanto para iniciados como para gente con experiencia. A partir de ahí, desearos suerte.
Buena combinación de efectos y velocidad en un juego extremadamente sensible y dificil
Diferente pero escaso
Este mismo efecto sufre la propuesta en su diversidad de pruebas, donde prácticamente se reduce a dos tipos de carreras, las pruebas cronometradas y las carreras contra otros pilotos. Alternando en los diferentes sectores del circuito que rodea la isla y otros 9 circuitos repartidos por las islas, transcurrirán las diferentes pruebas. Cuando se lleva un tiempo jugando, se nota mucho que la falta de variedad limita mucho esta propuesta. Una propuesta que no quiere salirse un ápice del realismo, ofreciendo las pruebas reales que enfrenta a los pilotos por la lucha contra el crono.
24 pilotos y 38 motos son un número muy escueto, más cuando a la ganancia de reputación, no existe una clasificación que nos muestre cuánto hemos escalado en ella. Pero son más que suficientes para competir en una de las pruebas más exigentes y uno de los juegos más complicados que se han hecho en este género. Las carreras contra estos pilotos denota que incluso la IA sufre las inclemencias de las irregulares y viradas trazadas de este juego, dejando en ocasiones situaciones realmente surrealistas. No obstante, incluso en dificultades medias, es competitiva en las rectas.
La gestión de nuestro piloto resulta carente de profundidad, motos y eventos, pero poco claro lo del presupuesto y nuestra clasificación
La fórmula se repite una y otra vez, carrera y crono se alternan en eventos únicos o en pruebas con varias carreras y suma de puntos o tiempos. Se podía haber abarcado más, pero puede que aportar diversidad en modos de juego, circuitos fuera de lugar o cualquier otro elemento innovador, diluiría una propuesta que, sorprendentemente, aboga más por el realismo y la exigencia que por el mero entretenimiento.
Espectacularidad británica
Esta exigencia por el realismo se ha traducido en la recreación de los circuitos. Según se expone, el trazado ha sido mapeado en escala 1:1, con todo lujo de detalles. Superar esos carteles de máxima velocidad de las zonas urbanas a más de 200km/h es un desafío constante. Un efecto de velocidad que se traduce en una experiencia visual bastante llamativa, aunque si nos detenemos, no resulta tan abrumadora como parecía.
La Isla de Man tiene un paisaje muy peculiar, con esas montañas típicas de las islas británicas, los acantilados bañados por el mar, un gran contraste de diferentes tonalidades del verde que este paisaje rural ofrece. Carreteras que atraviesan zonas boscosas, cuyos árboles abrazan el trazado como si fuesen un túnel verde que la luz del sol es incapaz de atravesar. Una riqueza visual enorme, sobre todo por la cantidad de elementos que vemos en un paisaje detallista.
Circuitos por las islas británicas para buscar el desafío de dar la vuelta al monte Snaefel
Pero la recreación de algunos elementos no es para tirar cohetes. Las animaciones son demasiado fugaces, que bien puede ser por falta de detalle o porque se ejecutan con demasiada celeridad. La velocidad del juego se transmite a esas animaciones, dando la sensación global de que, “si parpadeas te lo pierdes”. Esto no es tan malo como el hecho de que si parpadeas “te la pegas”, incluso puede ser beneficioso para no ver algunas animaciones que, simplemente, no están al nivel de otras propuestas similares donde esto se ejecuta con algo más de suavidad.
Por otro lado, los espectadores, los edificios y elementos, generalmente artificiales, se encuentran ahí por formar parte de un escenario repleto de elementos. Todo esto podría poner en peligro el rendimiento, pero gracias a dios no lo hace de forma notable. No hay efectos de postprocesado complejos, como podrían ser esas nieblas, humo, o efectos de iluminación complejos que den riqueza visual a un producto bien planteado. La resolución tampoco parece ser elevada, ofreciendo algún que otro efecto extraño, pero ante la borrosa velocidad, que consigue un efecto deseable y atractivo, todo esto pasa a un segundo plano.
No es así el sonido de las motos, cuyo sonido no es demasiado llamativo, incluso puede llegar a ser molesto por lo agudo y penetrante de su reproducción. Este aspecto se combina con otros efectos de sonido extraños, como es el de la goma chirriando cuando se bloquea la rueda al frenar. Detalles que dejan al descubierto un conjunto de aciertos, de buenas intenciones, llevadas hasta donde el hardware o el presupuesto han podido. No destacará por ser lo más brillante que se pueda ver en un juego de esta índole, pero al menos, no destaca por ser algo mal ejecutado.
Es una propuesta diferente, exigente y desafiante, pero escasa y mejorable
Una prueba extrema
TT Isle of Man es una propuesta que intenta abarcar algo totalmente diferente, pero que se estrella en gran medida por no alcanzar, en ningún aspecto, un mínimo de calidad. Tantas veces como nos caemos por la falta de opciones a la hora de configurar un mando, ya que no se puede exigir al comprar un juego que tengamos un mando Elite que configuremos a parte, la experiencia se ve limitada por la falta de información que transmite al conducir. Este es el apartado que más puede limitar la capacidad de disfrutar de un juego que, por otro lado, permite disfrutar de la Isla de Man y de la competición que se expone.
Una competición extrema, que lleva al jugador a ir al límite sobre dos ruedas por carreteras que no fueron diseñadas para estas velocidades. Un paisaje precioso, representado con gran cantidad de detalles, pero cuya precisión al presentarse deja carencias al descubierto. Una propuesta que, pese a lo limitado que parece, sabe aprovecharlo para dar una experiencia que roza lo imposible. Para los amantes de los retos, y que tengan paciencia, adaptarse a esta conducción llevará un largo tiempo. Alcanzar los mejores tiempos, contra la IA más dificil o a la de los marcadores, hará de esta propuesta una lucha por no tirar el mando a la televisión. No obstante, deja momentos de auténtico éxtasis en un festival de velocidad único.
Hay pocas propuestas sobre dos ruedas, cada cual, ofrece experiencias muy distintas
El problema está en que parece un juego dirigido a un público fanático de las motos, que ya tiene en propuestas como MotoGP17 o RIDE 2, auténticos festivales mucho más divertidos, diversos y profundos. La aparente falta de implicación, de profundidad, de diversidad de opciones y modos, no ayuda ante una propuesta que podría ser la antesala de algo que merezca más la pena. TT Isle of Man es un juego muy limitado en general, lastrando así una oportunidad muy interesante.