El universo Warhammer es uno de esos universos que ofrecen un lore tremendo para ambientar cualquier tipo de juegos. En los últimos años hemos visto cómo los Vermintide han conseguido ofrecer atractivas propuestas de acción multijugador. Tras cuajar un buen resultado con Warhammer 40K: Inquisitor Martyr, Nacon Interactive planteó un concepto similar, pero con el universo Warhammer. Ahora toca atender a la versión completa y mejorada para los nuevos hardwares, y gracias a NACON España por facilitarnos la copia podemos presentaros el Análisis de Warhammer: Chaosbane – Slayer Edition en Xbox Series X.
La realidad es que este juego vio la luz hace unos meses sin parecer un juego que pudiera aprovechar realmente el potencial de los nuevos hardwares. Pero no por ello hay que esquivar la oportunidad de mejorar una propuesta que tiene un diseño artístico muy característico. Potenciar todos estos elementos y no limitarlos en resolución y rendimiento, hacen de este juego algo especialmente interesante. Pero, ¿Qué ofrece? Os lo adelantamos a continuación.
Personajes predeterminados en las clases más habituales del universo Warhammer
Universo rico en detalle
Como hemos comentado, Warhammer es uno de esos universos que sirve para ambientar con gran riqueza cualquier propuesta. Juegos de planteamiento sencillo se han visto fuertemente impulsados por lo que esta ambientación es capaz de ofrecer a nivel artístico. Warhammer: Chaosbane ofreció un juego realmente rico en detalles, igual que sucedió con Inquisitor Martyr.
Gracias a esto, Warhammer Chaosbane es un juego que ofrece un diseño general realmente sobresaliente. La recreación de los escenarios, de todos esos elementos vinculados a este universo, son recreados con un nivel de detalle muy elevado. Tanto los modelados, como las texturas, se presentan de forma detallada y se rubrica con una iluminación muy precisa que permite que todo cobre vida.
Parte del fuerte de los juegos de Warhammer está en conseguir ambientarlo con el resto de elementos que introducen al jugador en este universo. Nos encontramos una banda sonora contundente, consistente y bien ejecutada. Y esto llega con unas voces que nos narrarán, cual lectura de una novela, los acontecimientos del juego. Traduciendo los textos al castellano, se permite disfrutar de este juego como si estuviésemos jugando una partida de rol clásica. Sin recurrir a cinemáticas que saquen al jugador del contexto, los fans de este universo disfrutarán sin medida de este juego, más que de la versión.
Contar con el universo Warhammer enriquece la historia y el diseño artístico.
Más por añadir contenido que por mejorarlo
No podemos olvidar que se ha aprovechado el lanzamiento de las nuevas consolas para presentar la Slayer Edition. Esta edición tiene como principal virtud que es una edición requerida para jugar en Xbox Series X y Xbox Series S. Pero por otro lado, esta edición cumple con lo que vienen siendo las ediciones completas, con todos los contenidos que han lanzado vía DLC.
Entre las primeras cosas que se pueden notar a la hora de jugar, es que apenas hay demoras entre fases, con tiempos de carga muy reducidos. Apenas unos segundos y ya ha cargado el mapa y se puede jugar. Obviamente, para intuir que esto es mejor, se debe haber jugado a la versión de Xbox One, que como no es el caso, no podemos comparar si esto ha mejorado o no. Pero lo cierto es que es de esas cosas que se agradecen en un juego que no te permite acomodarte demasiado cuando cambias de mapa.
Hemos dicho que el juego ofrece un apartado técnico muy detallista, muy preciso. Que han abusado de estos hardwares para mejorar la calidad general. Pero lo cierto es, que dadas las circunstancias del género y el planteamiento de la jugabilidad que ofrece, no resulta complicado ser detallista en la recreación de los modelados. Conseguir una recreación precisa de unos bocetos basados en un diseño artístico que toma su base de Warhammer, es sencillo cuando es un juego que apuesta por la cámara fija.
Sin demasiadas complicaciones podremos equipar y gestionar hasta cuatro configuraciones por clase
A diferencia de Warhammer 40K: Inquisitor Martyr, la opción que se ha elegido para Warhammer: Chaosbane es una cámara fija que no puede ser alterada. No se puede hacer zoom, no se puede orientar para poder ver mejor el escenario. Esto escondería “el truco”, aunque no por ello el juego resulta menos espectacular. Simplemente, se puede ver que no resultará complicado que el juego de el salto a un rendimiento sólido de 60fps pese a acumular gran cantidad de enemigos en pantalla.
Y es ahí donde entraría parte de la espectacularidad del juego, donde encontramos un buen número de enemigos en pantalla, recreados con el más mínimo detalle. Gracias a una resolución más elevada, se puede apreciar mejor cualquiera de estos matices, pero del mismo modo, la distancia a la que se encuentra la acción, también puede disimular todos los “defectos”. Da la sensación de que Warhammer: Chaosbane no es un juego que vaya a exprimir el potencial de los nuevos hardwares, sí que cumple a la hora de ofrecer una experiencia mejorada.
Tanto por ofrecer una mayor resolución, como mejor detalle general, no se puede negar que lo que más importa es encontrarse un mayor número de enemigos en un rendimiento sólido. Y se ofrece sin problemas en todo momento. Y aquí se podría plantear una pregunta que nos pilla de nuevos dadas las circunstancias. ¿No se podía haber planteado una actualización vía Smart Delivery para esto?
A alta resolución y con un rendimiento estable, el juego no pierde ni un instante su acción
Acción sin fisuras
El juego mantiene esos 60fps sin problema, pese a acumularse gran cantidad de enemigos y un buen número de efectos visuales derivados del combate. Mucha luz, mucha pequeña explosión que no reduce un ápice la velocidad de la acción. Y en este aspecto, la mayor discordia podría residir en la decisión de fijar la cámara para esta. Un planteamiento que parece intentar evocar el recuerdo de todos esos juegos de este género de acción y rol que conocemos hasta ahora.
Al puro estilo de Diablo, el universo Warhammer se recrea con esa contundencia propia de su lore y se expone en la acción que se desarrolla en pantalla. Mapas laberínticos y hordas de enemigos que enfrentaremos con los diferentes personajes de las diferentes clases. Concepto de rol, con habilidades asignadas a los diferentes botones, con los que ir derrotando a los enemigos. Un concepto básico, clásico y efectivo, sobre todo gracias a la congregación de elementos que lo hacen especialmente atractivo, que es alcanzar momentos de frenesí auténtico.
Lejos de usar el sistema de dual stick, una de las habilidades, que es direccional, se asigna a ese segundo stick. En todo momento, los ataques irán vinculados a la dirección que apunta el stick direccional básico. Esto puede llevar a momentos de confusión puntuales, pero que poco a poco uno se acostumbra. Es especialmente relevante en aquellos personajes que atacan a distancia, aunque dada la cantidad de enemigos en pantalla, es poco probable que el ataque acabe en donde no debe. Y es ahí, en las clases, donde encontramos buenas bases para que este juego tenga un especial interés desde la perspectiva del cooperativo.
Tanto en solitario, como en cooperativo online y local, el juego da buenas dosis de acción
Obviamente, hay que hablar de la progresión de jugador. Y puede que Warhammer Chaosbane sea uno de esos juegos que aboga por algo sencillo en su base, que puede dar mucho de sí. De primeras, se ofrecen un buen montón de elementos de equipamiento para equipar. El sistema empleado es tan complejo como un usuario quiera implicarse, atendiendo a las características específicas en un rango más amplio de acción. No obstante, aparece bien simplificado en sus efectos principales, ataque y defensa. Un aspecto curioso está en poder equipar algo que podemos cambiar de aspecto según lo hayamos desbloqueado. Es algo que, por un lado parece una buena opción de personalización, por otro lado, le restaría un poco la gracia de poder reconocer ese equipamiento destacado, como es el equipamiento legendario que podemos encontrar.
Por otro lado, nos encontramos las habilidades, con una amalgama de opciones que se clasifican por tipo y que se definen por el nivel necesario para equiparlos. Con las subidas de nivel, se irá desbloqueando el primer nivel, lo que permite probarlas sin problemas. Por otro lado, la progresión de cada habilidad por nivel, para lo que hay que invertir puntos de habilidad que se suman al subir de nivel. Se puede reconfigurar cuando se desee, recuperando los puntos invertidos si se dejan de equipar esas habilidades. Del mismo modo, hay una agrupación de habilidades pasivas para cubrir esas carencias que hayan quedado. Se puede observar, de forma desglosada, todas las ventajas que se han sumado con todos estos elementos.
La recreación de escenarios es muy variada y basada en el universo Warhammer con más precisión
Cuando lo clásico funciona
Warhammer: Chaosbane ha apostado por un concepto clásico de jugabilidad, con una cámara fija que permite abordar una acción frenética. Para ello, dispone de hasta 6 personajes diferentes, que se centran en las principales clases de este universo rolero. Desde el Soldado Imperial o el Matador, clases de ataques cuerpo a cuerpo, pasando por el Cazador de Brujas y la Ingeniera, que ofrecen soporte desde algo más de distancia, y los elfos, representados por el mago y la exploradora, se suplen perfectamente para pulir un concepto basado, principalmente, en el multijugador.
Lo obvio en estos juegos suele ser combinar fuerzas y proteger las debilidades que tienen los personajes por separado. No por ello resulta menos atractivo para los jugadores solitarios, sino más bien lo contrario, porque pueden jugarlo con cada personaje y hacer frente a los desafíos de la campaña. Pero más allá de esta posibilidad, encontramos otras alternativas que potencian la experiencia de juego gracias al multijugador cooperativo. Este planteamiento es heredado del plan de acción seguido en Inquisitor Martyr, donde se ofrecían un sinfín de eventos y asaltos que aumentaban, de forma significativa, la duración del juego entre sus fans.
Se pueden llegar a acumular muchos enemigos y los efectos visuales estallan sin mesura
Y entre los elementos que también hereda de esta nueva vertiente de action RPG de Warhammer, es la implicación del estudio en hacer llegar eventos comunitarios y de forma periódica para que la vertiente cooperativa tenga un mayor atractivo. A una experiencia RPG clásica, con una cámara fija y una vertiente donde los usuarios cooperan, resulta importante dar contenidos en forma de actividades. La campaña tiene mucha fuerza, y permitirá todo tipo de pruebas con cada personaje a la hora de encontrar las mejores combinaciones de habilidades y equipamiento. No solo eso, se pueden configurar hasta cuatro configuraciones donde se puede priorizar un tipo de personaje u otro para orientarlo a un rol más específico.
Con una jugabilidad bien definida, y un buen elenco de personajes que pueden combinarse para ser un grupo imparable, todas esas misiones cooperativas, asaltos y exploraciones de entornos repletos de enemigos, será una manera de alargar el juego hasta que cada usuario determine.
Un buen juego pero no para lucirse
La sensación que nos ha dejado esta edición, específica para la nueva generación, es la de no ser un juego que realmente explote sus virtudes. Cierto es que el juego luce mejorado, porque han conseguido implementar una mayor resolución, y con ello, mejorar la calidad de todos los elementos que se muestran en pantalla. Se han introducido nuevos efectos visuales, se han mejorado otros. Pero lo que resulta más relevante, es que el juego corre sólido a 60fps.
Pero del mismo modo que se puede ver que el juego es espectacular, y como representación de un universo con un diseño artístico fascinante, no parece que sea un juego que suponga un reto para este nuevo hardware y que marque realmente una diferencia técnica con la versión normal. Pero es porque el juego no lo requiere por concepto y han sabido aprovechar las ventajas para concretar una mejor versión, pero sobre todo, para justificar una colección de contenidos.
Warhammer: Chaosbane es un juego bastante espectacular, bien planteado y bien ejecutado. La nueva línea de juegos basados en los universos Warhammer y Warhammer 40K que apuestan por el rol clásico, están ofreciendo experiencias realmente soberbias. En esta ocasión, un juego al puro estilo Diablo que no ha perdido la cabeza por haberse planteado una cámara móvil y que haga zoom para lucir de una forma espectacular. Puede que por ahí llegue cierta desazón, pero el juego resulta preciso, directo y repleto de acción. Mecánicas muy sencillas que, además, puede servir para nuevos adeptos a este género, a este universo.
La ambientación de Warhammer siempre es llamativa, la acción de Chaosbane es adictiva, y la progresión del juego es sencilla. Capítulo a capítulo, misión tras misión, la acción que define a Warhammer Chaosbane lo encumbran. Y esto puede ser una conclusión jugando en solitario, como acompañado de amigos en las múltiples opciones cooperativas que ofrece este juego.
No parece ser un referente, pero si es un juego más que adecuado para los fans del action RPG clásico
Tiene todo lo que se le puede pedir, una buena ambientación, una historia interesante, una acción frenética, un rendimiento sólido y muchas opciones para disfrutar de diferentes maneras y en diferentes modos de juego. Aunque no sea un emblema de un salto generacional, si que es un juego que merecería la pena tener en cuenta si eres fan de este género y no lo has jugado antes.