El mundo vive una auténtica época de paz absoluta, en el que la violencia queda limitada al coliseo donde se enfrentan los robots más poderosos convirtiéndose en uno de los eventos más populares del país, sin embargo como es de prever, todo ello se ve alterado cuando de repente un extraño virus hace que todos los robots se vuelvan completamente locos. Bajo esta premisa comienza Mighty No.9 un juego que nace de la mente del propio Keiji Inafume con el que pretende devolver a los fans de Megaman un juego a la altura de este. ¿Lo habrá conseguido?
Ante todo hay que señalar que dicho título nació en la famosa web de financiación colectiva llamada Kickstarter, que hasta ahora es una fabulosa herramienta para que algunas desarrolladoras encuentren apoyo económico lejos de depender de las grandes distribuidoras. Todo esto ha dado a lugar grandes juegos que gracias al interés de muchas personas por financiar un proyecto, hemos podido disfrutar de verdaderas joyas. Mighty No.9 prometía ser una de ellas llevando a nuestras consolas el sucesor espiritual de la famosa saga Megaman y como era normal, las expectativas estaban muy altas contando con un presupuesto de casi 4 millones de dólares, siendo una cantidad bastante considerable teniendo en cuenta el concepto arcade de la propuesta.
Nuestro protagonista, que guarda una gran similitud estética con el propio Megaman, será el noveno y único Mighty al que no le afecta el misterioso virus, por lo que deberá salvar a sus compañeros luchando contra ellos en los diversos niveles que compondrán esta aventura, desgraciadamente estas luchas serán una de las pocas cosas destacables del juego en sí, que presenta unos diseños de niveles bastante pobres con unos enemigos que en ocasiones están muy mal posicionados, esto hace que en algunos momentos el título de Comcept no nos resulte divertido, por lo que desde que jugamos el primer nivel tristemente desaparecen todas las grandes esperanzas que teníamos en él, aunque conviene mencionar que a medida que vayamos avanzando su exigente dificultad puede darnos algún aliciente para seguir “disfrutando” de él. Dentro del modo normal, podemos elegir a nuestro gusto las vidas que tendremos disponibles cuando muramos dando un total de nueve.
Por otro lado, la jugabilidad tampoco es algo que destaque sobre lo demás, teniendo unos controles demasiado básicos que gracias a la habilidad de absorber el poder del los jefes finales, se nos otorgará algo más de variedad según vayamos avanzando en el juego. Una de las habilidades más importantes es la arremetida que nos dará la posibilidad de movernos rápidamente por el escenario e incluso absorber la energía y los puntos que nos ofrecen los numerosos enemigos, estos puntos nos servirán para aumentar nuestro marcador y así otorgarnos una mayor rejugabilidad algo que es de agradecer. En total tendremos disponibles 12 niveles que podremos terminar en unas 5 horas aproximadamente, sin embargo no todo queda ahí, y es que también habrá muchos desafíos por completar proponiéndonos por ejemplo pasarnos un nivel en el menor tiempo o incluso acabar con ciertos enemigos logrando la puntuación exigida. Otro de los detalles a destacar es la posibilidad de elegir el nivel que queramos jugar sin necesidad de tener que hacerlo en un orden prefijado por lo que en este aspecto tendremos total libertad de elección.
Respecto al apartado gráfico, no hay mucho que decir salvo que tampoco destaca, mostrando un aspecto lejos de lo enseñado en su propia campaña de financiación. Sabemos el carácter retro que refleja el juego, pero eso no le salva de unos escenarios con poca personalidad y sobre todo un acabado que deja mucho que desear con fallos en la carga de algunas texturas o incluso sus planos vídeos de introducción de niveles donde los protagonistas no presentan ningún movimiento en sus caras.
Por último indicar que el juego viene con los textos en castellano y con las voces en inglés pudiéndolas cambiar al japonés, esto unido a que dentro de las opciones del propio juego tenemos la alternativa de poner el sonido con estilo retro, es algo que nos ha gustado y mucho.