El espacio exterior, descubrir lo desconocido, conquistar lo inexplorado, son conceptos que en los últimos años están atrayendo numerosas propuestas. Numerosas propuestas de diferente índole, donde nos hemos enrolado en iniciativas de colonización, hemos labrado una reputación y hemos explorado el espacio desconocido luchando contra todo lo que se ponía por delante. Son muchos los juegos que han abordado la temática espacial, intentando enfocarlo de formas diversas, pero ninguno había tocado el género que Planetbase ha propuesto.
Con un fundamento meramente estratégico, Planetbase es un juego de gestión y estrategia en tiempo real, o un RTS. La premisa es muy sencilla, una cápsula con 7 colonos, un planeta árido, hostil e inexplorado para ser colonizado y una serie de recursos que sirve para comenzar esta misión. A partir de ahí, múltiples desafíos y una única meta, ser capaces de conseguir una colonia autosuficiente, estable y atractiva incluso, para el turismo.
Altamente recomendable es iniciarse en Planetbase con su extenso tutorial, que nos enseña principalmente las bases fundamentales de cómo construir un comienzo, el resto de decisiones cuando se inicia la aventura, serán totalmente vuestras.
En un futuro no lejano…
Así comienza Planetbase en su principal modo de juego, exponiendo diferentes planetas con diferentes características, donde la humanidad ha encontrado un lugar donde poder asentarse. Con un simple equipo de 7 personas y un par de bots, los recursos con los que se enrolaron en esta misión son los justos y necesarios para establecer las primeras instalaciones básicas. Unas instalaciones que servirán para ir progresando en la colonia. Lejos de fantasía y ciencia ficción, lo único que nos debe preocupar es hacer valer una gestión minuciosa de todos los recursos disponibles.
Comenzaremos estableciendo una pequeña base, priorizando la producción de oxígeno y la extracción de agua, donde la estabilidad energética es fundamental. De hecho, si no se anda con cuidado, la partida puede terminar la primera noche. Y es que la primera instalación que se permite para la obtención de energía, son paneles solares, donde sin un acumulador de energía, al ponerse el sol, se detendrá la producción de oxígeno. Esto también demuestra que los colonos muy listos no son, ya que sin haber energía, entran en la base y solo piensan en quitarse el mono… quedando expuestos a la muerte. Un detalle que puede resultar gracioso, pero que da cuenta de que hay que ser rápido y construir la torre eólica tan rápido como se pueda.
Planetbase expone diferentes planetas con peligros y recursos diferentes
A partir de tener oxígeno, agua y electricidad, los siguientes pasos son los que permitirán a los colonos poder alimentarse, creando estructuras para el cultivo de plantas con las que poder alimentarse. El descanso es también importante, por lo que el habitáculo para las literas será el siguiente paso imprescindible. Pero con esto no se llega a ninguna parte, debiendo de construir otras estructuras que permitirán confeccionar productos a partir de materias primas, donde también habrá que buscar con rapidez un lugar donde extraer mineral. En cierto modo, todo esto no es más que gran parte de lo que el extenso tutorial expone, donde nos dejará en un punto conocido, a partir del cual todo será mucho más complicado.
Gestión exigente, recursos limitados
Es a partir de este momento donde las cosas pueden torcerse, dado que una vez la colonia es autosuficiente, incluyendo la producción de bioplástico a partir de las plantas cultivadas para la alimentación, incluso la producción de metal para seguir construyendo, las elecciones que se toman pueden determinar el éxito o fracaso a corto plazo. Cuidar de los colonos será una ardua tarea que hay que mantener firme, donde que acusen cualquier debilidad ya implica una desconexión de sus rutinas y tareas. Incluso, podríamos decir que en este aspecto, el comportamiento de los colonos deja mucho que desear, donde con poco que nos descuidemos comenzarán a “vaguear”.
Ojo con no cuidar los recursos que afectan a los colonos ¡se masca la tragedia!
Una situación que puede resultar confusa, dado que a la mínima que nos descuidamos todo se puede ir al garete. Construir un recinto médico, construir un puesto para que el ingeniero produzca componentes que permiten el mantenimiento de las estructuras, son prácticamente estructuras tan básicas como la generación de comida. Hasta qué punto es importante todo esto que entre los controles, existen algunos atajos para acceder a aspectos de gestión de la colonia, representados en complejas gráficas que nos enumeran todos lo recursos que entran en juego. Combinando los botones RB y LB, gestionaremos con un tosco e impreciso punto de mira, lo que se quiere observar, construir, gestionar y priorizar su funcionamiento.
Al principio, con pocos colonos, hay que tener en cuenta que no hay tantas manos como se desearía, donde la creación de un puerto para que las naves aterricen, será un paso a dar cuando controlemos la situación local. Es en este momento donde las cosas pueden complicarse más, dado que habrá que gestionar muy bien que tipo de colonos queremos que lleguen a nuestra colonia. Trabajadores, biólogos para las plantaciones, ingenieros, médicos, incluso, agentes del orden. Y es que dentro de las estructuras que debemos construir, podemos encontrar una diversidad interesante, como pueden ser las plantas de producción de bots, así como gimnasios o un bar para relajarse de la dura tarea encomendada.
Llegará el punto, en el que incluso podamos descubrir este planeta colonizado a turistas, ofreciéndose como un destino turístico que aportará dinero. Y es que no solo se trata de conseguir recursos para poder mantener la colonia, también hay mejoras y evoluciones que permitirán obtener gratificantes soluciones a múltiples problemas. Tecnologías que permitirán que la colonia pueda prosperar y aprovechar mejor unos recursos que, si bien al principio parecen controlarse, con las continuas expansiones pueden ser todo un problema.
El dinero juega un papel fundamental en este aspecto, aunque inicialmente no lo parezca, dado que estas tecnologías que permiten producir más alimento, producir más energía o optimizar la productividad de la colonia, son extremadamente caras. Planetbase es una propuesta bastante exigente, donde sus diferentes escenarios dan muestra de que no todo es encontrar bellas alienígenas con las que mantener conversaciones y relaciones sexuales o disparar a bichos con forma de insecto gigante.
Límites evidentes
Hasta ahora, lo que ha dejado claro Planetbase es que el juego expone una propuesta muy exigente donde los jugadores deben saber gestionar los límites de sus capacidades. Incluso en el primer nivel, en el presuntamente más sencillo, una mala decisión puede ser el fin de la prosperidad. Pero es que ninguno de los planetas, o escenarios, expuestos en Planetbase es un paraíso fácilmente colonizable. Tormentas de arena, asteroides que caen del cielo, el frío de un planeta helado, las tormentas eléctricas… son peligros que demuestran que no será fácil hacerse con el control de la colonia, si bien pueden ser recursos que aprovechar a nuestro favor.
Los límites de Planetbase afectan al desarrollo de la experiencia, por un lado, porque deben ser considerados para no caer en la mala praxis y fracasar estrepitosamente. También porque el juego denota ciertas carencias en su concepto. El libre albedrío de la autogestión de la IA es un pequeño problema que deparará muchos conflictos. Es de este modo que no es comprensible que, dentro de ese control del estado de los colonos, a la mínima comiencen a vaguear. Esto es un problema, porque no son nada productivos y para colmo siguen consumiendo recursos valiosos. Entrar en esas espirales de autodestrucción resulta frustrante cuando no se comprende, sabiendo que siempre hay que pensar hasta diez veces cual debe ser el siguiente paso. No exagero nada, dado que pese a parecer lógico el paso a dar, puede no serlo y acabar muy, pero que muy mal.
La precisión del control es escasa, tanto como la capacidad de trabajar de algunos colonos
No hubiese estado de más, aunque puede que no sea una idea realizable en todo su concepto, que en vez de gestionar la prioridad de la producción en una sala, se hiciese en base al equipamiento de la misma. Del mismo modo, parece que la vorágine de locura en la que se entra en determinados momentos, afecta a una IA que acaba por no saber que hacer. Dos ingenieros para una máquina y ninguno hace su labor. Con algo más de precisión en la gestión de las tareas, se podría optimizar mejor el funcionamiento de la colonia. Pero esto podría simplificar mucho una propuesta que, por otro lado, no parece tener mucha más amplitud.
La idea general está muy lograda, pero a la hora de la verdad, este desbarajuste de aspectos de gestión, con un nivel de exigencia tan alto, empobrece la experiencia de forma notable. Ampliar la colonia y tener que requerir más personal de que debería ser necesario, es algo que no resulta agradable. Este comportamiento errático, que incluso podría tacharse de irresponsable, por parte de la IA, es un factor que no se debería tener que tener en cuenta. Pero hay que hacerlo.
Va a ser que todo me parece igual
Nadie puede negar que Planetbase incide en un tipo de juego bastante interesante. Un juego de estrategia en tiempo real que abara una temática realmente interesante. La colonización es un trabajo arduo que requiere de una planificación lógica y bien estructurada. El más mínimo desajuste puede deparar consecuencias indeseadas. Es así como Planetbase busca ahondar en una experiencia que nos llevará en un modo “libre” a colonizar hasta 4 planetas distintos con características muy diferentes. No obstante, una vez dentro, pese a contar con estructuras algo diferentes, la base sigue siendo igual para todas. Saber abordar la estrategia en uno, es prácticamente igual que hacerlo en otro.
Para rizar el rizo, existe un modo de juego más limitado, más concreto, las misiones. En este caso, se exponen una serie de retos que han de ser superados. Es así como se intenta que el jugador se implique más en un objetivo más puntual, sin relajarse lo más mínimo. Pero nuevamente, la sensación de tener que dar los mismos pasos resultan evidentes. Y es que dista poco tener una serie de objetivos globales en un modo de juego y concretarlos en otro, el proceder, es igual.
La espera y la monotonía son aspectos que harán que muchos apasionados lleguen a aburrirse
Por otro lado está la ambientación, que sin ser equivocada, resulta muy monótona, tanto como su banda sonora. Con la salvedad de introducir diferentes fuerzas naturales en base a la naturaleza del planeta, todo parece estar cortado por un mismo patrón. Unos pequeños personajillos caracterizados según su rol, es todo lo que aporta esta experiencia que se centra en la gestión pura y dura. Parece algo secundario, incluso totalmente innecesario, no obstante, ahondar en un diseño menos tosco y algo más variado no hubiese estado de más.
Buena cuenta de ello es el tosco HUD y la manera extraña de ofrecer los datos. No podemos negar que la información recibida es más que correcta, donde se enumeran los recursos almacenados, se da cuenta de la energía que se produce, se notifica sobre los eventos que están sucediendo y se gestionan con pulsar sólo un botón. Pero evidentemente, los RTS son juegos que pertenecen a un género dominado por el uso de teclado y el ratón. La gestión de todas esas informaciones con el pad resulta algo más pesada, aunque no se puede negar que se ha acertado bastante con las diferentes opciones con las que se juega.
En cierto modo, para un juego de estas características, existen otras opciones que, dado el carácter de Planetbase, no se han tenido en cuenta. Los RTS generalmente usan ese ratón para seleccionar las unidades y dirigirlas a una tarea o posición. En este caso, no hay nada de eso, de forma que su adaptación al mando es más que suficiente. Pero con esta decisión, el juego se convierte en una especie de tensa espera, revisando datos y comprobando que no haya nadie “tocándose las pelotas”, mientras se escucha una banda sonora poco motivadora. Del mismo modo que suena el típico hilo musical de los ascensores mientras esperamos llegar a la última planta de un rascacielos muy alto, las esperas en Planetbase combinan esa misma sensación de tedio con curiosidad por ver que deparará la espera. Vamos, que la banda sonora no añade emoción alguna y resulta, como el juego en general, algo muy monótono.
Coloniza con cabeza
Planetbase es una propuesta muy interesante, que puede ser todo un reto para los amantes de este género en particular. Colonizar un planeta y hacerse cargo de un grupo de colonos, bastante torpes, mientras cuidamos los recursos con gran precisión, es un reto que unos cuantos sabrán apreciar. El juego resulta muy interesante, pero posiblemente no despliega toda la ambición que se requiere para embarcase en semejante misión. La autogestión de las tareas puede ser algo que depara una falta de dinamismo a una propuesta que hará esperar para ver si el paso dado es el acertado.
Desastres de todo tipo amenazarán nuestra colonia
Da la sensación de que Planetbase podía haber dado algo más de si, prácticamente en todos los aspectos. Bien adaptado al control de la consola, su apartado técnico es correcto, sin lucimientos ni fallos. Esta sensación de copa medio llena o medio vacía, es algo que puede afectar de forma muy diferente a un producto que tiene muy bien planteada su base. No obstante, Planetbase parece requerir de un punto más de fluidez.
Dado que este género no se prodiga en consolas, no se puede decir que Planetbase sea un mal ejemplo de lo que se puede llegar a realizar. Juegos como Tropico, ya consiguieron demostrar que las consolas pueden recibir propuestas de este género y Planetbase es otro de esos ejemplos. Parte de la gracia de estos juegos es precisamente como se complican las cosas, donde los continuos puntos de guardado pueden ser buenas referencias para decidir tomar una decisión diferente. Las misiones y completar el juego en todas sus fases, será un reto extremadamente complicado que dará muchísimas horas de estrategia básica, pero desafiante.